Una de las más sorprendentes series para niños que he tenido el placer de ver (y más aún, porque cuando la veía era un niño). Básicamente jastarloa dice lo que pensaba escribir aquí, así que queda poco que añadir, pero me gustaría resaltar el cuidadísimo guión, que sin tratar a los niños como retrasados mentales, no perdía el buen gusto y la perspectiva de que se trataba de una serie infantil. Intrigas relativamente complicadas, lucha por el poder, engaños...

Y todo lo anterior resulta sorprendente, porque he encontrado muy pocas series similares en ese aspecto. Los malos no eran gilipollas, ni acababan todos los capítulos gritando y maldiciendo a los buenos que les acababan de superar una vez más. Es más, recuerdo nítidamente estar enganchado a esta serie gracias a la inteligencia de Milady, que solía salir airosa... le tenía auténtica manía, pero a la vez me fascinaba. Por otro lado, los buenos (especialmente D'artacan) se encontraban a veces problemas que les superaban y contra los que no podían luchar.

En fin, una serie infantil e inteligente, una combinación muy difícil de encontrar.

Pues empieza a parecerme a mí que hacer humor inteligente es hacer humor "de moda". Porque esta serie se basa casi únicamente en el tópico del americano conservador, militarista y pueblerino (esto último lo añado yo, ya que no se parece en nada a los estadounidenses con los que he tenido el placer de trabajar), y esto es muy poco para que una serie sea catalogada de "humor, irreverente ácido e inteligente". Creo que hace falta algo más, y para bien o para mal (aunque creo que injustamente, por lo difícil de la comparación) siempre tendremos ahí el ejemplo de Los Simpsons.

Encima, si alguien hiciera una serie basándose en los tópicos sobre los gitanos, no la emitirían ni de coña. Pero si se basa en los tópicos sobre los americanos la cosa cambia, la fórmula triunfa y además será automáticamente una serie catalogada de "inteligente". Obviamente tiene sus puntos graciosos, pero basar una serie en un personaje y en una familia tan tópica da para poco, y cansa. A mí, al menos, sí.

Y si después de leer mi crítica me catalogas de "poco inteligente" o pro-americano, eres libre de hacerlo, obviamente.

Seguro que nadie lo recuerda. Pero Tong Po... es de esos malos que no se olvidan fácilmente. Lo que se dice un tipo con carisma, yo personalmente recuerdo que deseaba que le hiciera una cara nueva al panoli de Van Damme, pero no pudo ser, a pesar de que indudablemente era un tío duro.

La peli es mala, cierto. Pero no menos cierto es que popularizó un sub-sub-sub-género (o mejor dicho, le dio una vuelta de tuerca, después de Operación Dragón) de torneos de artes marciales. Y tampoco es menos cierto que tú, lector de mi humilde crítica, te quedaste a verla hasta el final igual que yo. Puedes reconocerlo ahora, que nadie te ve.

Esta película justifica por sí sola la existencia de una lista llamada "Lo confieso, pelis malas que me gustan".

Pues supongo que si no tomas ansiolíticos no le encontrarás la miga a esta película (aunque esto tampoco me cuadra, al ver las notas de los usuarios...). Pero es que el submundo creado por el señor Allen, en el que la gente necesita que la psicoanalicen para contarle la mierda que lleva dentro, no me atrae para nada. No me parece ni gracioso ni interesante, ¿es esto una radiografía de la sociedad? pues no, al menos la que yo habito.

Las ingeniosas frases que sueltan de cuando en cuando los protagonistas hacen que al menos no sea un suplicio verla, ya que muchas de ellas sorprenden por su agudeza. Sin embargo carecen de la chispa del humor absurdo que sí tiene por ejemplo "La Última Noche de Boris Gruschenko". Por lo demás la trama me parece aburrida, la fotografía poco arriesgada y las interpretaciones del montón. Incluso los personajes, a pesar de sus paranoias me resultan realmente planos. Además, la forma de tratar las relaciones entre ellos ni siquiera me parece valiente ni original, al menos desde este lado del Atlántico.

En fin, no me llega su mensaje y por tanto no puedo recomendarla. Allen ha hecho películas mejores, pero claro, están más alejadas de este submundo.

No me siento una nenaza ni nada parecido por decir que me gustó la peli. A priori el argumento puede parecer algo ñoño, pero resulta que está tratado con gusto y equilibrio y, aunque predomina el almíbar, las historias en general no dejan de ser creíbles.

La combinación de momentos dulces, agridulces y amargos, atrae rápidamente la atención y personalmente no pude evitar sentir simpatía por casi todos los personajes. Alguna historia está cerca de empalagar, pero el ritmo de la película hace que casi apetezca que empalague. La música es otro acierto, a veces emotiva, a veces desenfadada, a veces triste... pero siempre coherente, aunque no muy arriesgada.

El pero es que hay un par de historias con momentos facilones y cercanos al telefilme de sobremesa. Pero lo cierto es que cada cosa llega en su momento y a la hora del desenlace el espectador ha sufrido ya varias emociones encontradas (e intensas, hay momentos muy bonitos, como la declaración a la novia del amigo, y otros duros, como la "actuación" de la esposa ante los hijos), de forma que en general el regusto que deja al final es dulce pero no dulzón. Me sorprendí con una sonrisa bobalicona al acabar la película y bueno, me alegré de ello.