La advertencia del título de esta crítica es por si algun pardillo tiene la ocurrencia de verla creyendo que es la típica comedia “noña” de Navidad. Ni mucho menos; Harold y Kumar se ríen de todo y se meten con todo: razas, credos, sexo, clases sociales,… y encima en Navidad. Los tabús innombrables de la sociedad norteamericana (y, ahora, de gran parte de la sociedad occidental), lo políticamente correcto, es arrastrado por el suelo y pisoteado con humor, a veces grueso, a veces más inteligente, muchas veces barbaro, imnumerables veces absurdo, bastante mala leche y, también, con unas cuantas chorradas.

No se esperen nada distinto de las otras películas de la saga, es lo que promete, una comedia gamberra.

Tras el ver el primer capítulo de esta serie, la califique más alta, esperanzado en que fuera mejorando, pero a día de hoy (capítulo 3) no es así. La sensación que tuve con el primer capítulo fue de haber visto un episodio de “Entre fantasmas” pero en versión inglesa. No me refiero, por supuesto, a que sea ningún remake de esa serie, sino a que el tema es similar (por lo menos en lo que respecta al primer episodio) pero resuelto desde una perspectiva distinta y con esa ambientación inglesa que, en principio, se adaptaba mejor a una historia de fantasmas-aparecidos, aunque el desarrollo de la acción no es tan inglés. Faltaba ver cómo se iban desarrollando la trama (que amplio en la crítica con spoiler) y los personajes, pero, tras tres capítulos, el camino que lleva no es bueno, ojala tenga que rehacer mi puntuación al alza.

Ante todo hay que decir que la sinopsis de la película puede llevar a una idea incorrecta. No trata de una empresa que se dedica a capturar seres extraños por encargo (es, el corto en que se basa, el que trata de eso), por tanto que nadie se espere esa historia, sino una acerca de Santa Claus y de que tal vez no fuera como la Coca Cola nos lo ha presentado, sino algo muy distinto.

En cuanto a la película hay que destacar la originalidad de la historia, que si bien se podía haber resulto de diversas maneras incluso optando por caminos mucho más oscuros, tiende desde una historia de terror hacia un cierto humor negro/gris en su parte final. Seguramente se le podría haber sacado mucho más jugo y en el tramo anterior al final se podría haber continuado con el tono previo, pero se giró a ese tono que, como ya se ha señalado, tiene un regusto a películas como los Goonies. La presunta previsibilidad de la historia se evita con algún giro que mantiene el interés.

Una película para ver una tarde de invierno aunque sólo sea por lo original de la idea.

Parece una película de serie B a la que se le haya perdido la mitad del guion, eso sí, con muchísimo más presupuesto, lo cual no hace otra cosa que empeorarlo.

El argumento es previsible a más no poder y eso a pesar de no tener mucho sentido, los personajes son planos o vacíos.

Hay poco más que decir sobre esta película que no sea definirla como un desastre en toda regla, normal que la taquilla respondiera de la misma manera.

A pesar de lo disparatado que pueda parecer el argumento, la película tiene un tono y una calidad que ya quisieran muchas producciones pretenciosas.

Es recomendable verla y comprobar que Bruce Campbell y un excepcional Ossie Davis (en el papel del ¡Presidente Kennedy!) no sólo hacen un gran papel, sino que hasta hacen creíble una historia que antes de verla, y dado su argumento, no había por donde agarrarla.

Es una película que sorprende, ya que salvo algunos detalles, muestra una gran calidad y profesionalidad que, de primeras, ni se sospecha.