Sí, voy a ser de todo menos objetiva. Porque no puedo serlo, con La Llamada no. Cuando se trata de algo que crean los Javis no se habla solamente de la película, serie u obra de teatro. Se habla de buen rollo, de una atmósfera mágica, de unas sensaciones internas, de pelos de punta, de lágrimas con mil historias detrás, de abrazos, de canciones, de tantísimas cosas...no son simples imágenes, son pequeños milagros tratados con tanto mimo y juntados con tanto talento que no solo crean un largometraje, crean legiones de fans (hola, yo una), crean situaciones TAN especiales que hay que vivirlas para poder entenderlo. La película es maravillosa, con los puntos de humor de la obra, respetándola en todo momento, pero con un punto emocional que va más allá que las funciones del Teatro Lara. Parece increíble pero la película resulta más íntima que la obra, de repente te ves llorando a moco tendido con mil emociones a flor de piel. Ver esta película no es ver una película, es sentir un millón de cosas bonitas a la vez, es ser feliz durante 108 minutos más los posteriores si tienes la suerte de tener a todos los que forman parte del proyecto en la sala. Verles da todavía más felicidad. Ya, lo sé, he sido cero objetiva, ya os había avisado. AH esto sí es objetivo: QUÉ 4 INTERPRETACIONES SOBERBIAS. Goya para todas. Fin.