Karl Marx es una de las figuras más importantes de la historia moderna. Su influencia, que llega hasta nuestros días, en diversos aspectos de nuestra civilización es importantísima e innegable. Su vida ha sido tratada muchísimas veces en libros, artículos, revistas, películas y documentales, pero casi siempre se presta atención a la etapa de madurez del pensador, a partir de la publicación del Manifiesto en 1848. Sin embargo, su periodo de juventud ha sido (injustamente) más ignorado. "El joven Karl Marx" se centra única y exclusivamente en esta época (sorpresa), en la década de los 40 de siglo. Sin duda tratar este periodo de su vida ha sido todo un acierto porque por su juventud nos ofrece un Marx distinto al que es común encontrar en el imaginario colectivo, ese Karl con barbas blancas, viejete, serio, con pinta de gruñón; y nos acerca más a una figura humana que a una histórica, o al menos eso intenta, porque no es oro todo lo que reluce.

Por desgracia el tratamiento de la figura del pensador no se termina de alejar de la típica que nos ofrecen los libros, documentales y clases, las del personaje histórico. Se nota que hay un esfuerzo en humanizar y logra verse en algunos momentos*, pero muy a mi pesar esos momentos son más que detalles, gotas de agua en un océano. La tónica general de la película es la de un Marx con las ideas bien claras sin ningún tipo de conflicto interno ni titubeo y, cuando el conflicto externo aparece, se resuelve casi siempre a favor de éste sin ningún problema y en un par de escenas, lo que hace que pensemos que los conflictos que nos muestran sean más una excusa para demostrar lo grandioso que mas que ser verdadero puntos de duda, tensión, sufrimiento, etc etc. En definitiva, que parece que quieran hacer del filósofo un típico tópico superhéroe superficial que es capaz de sobreponerse a todas las adversidades y salir airoso de cada situación sin ningún tipo de esfuerzo. Por estos motivos creo que al final de la película le coges más cariño a Engels que a Marx, porque éste es mostrado de manera más humana (no mucho más), con conflictos que no son solo intelectuales mientras que, por desgracia, en ocasiones Karl te llega a caer mal por pedante y chulo.

Esto es lo que para mí hace que no trascienda más allá del típico biopic de una figura histórica. Por lo demás, "El joven Karl Marx" sale bastante bien parado con una nota bastante decente: hay rigor histórico, buena ambientación, buen ritmo, buen guión y buena narrativa. No inventa nada nuevo ni reinventa, se basa en convencionalismos, pero logra usarlos bien y es capaz de dotar a la película de cierto carácter gracias a su curiosa atmósferas, ligera, nítida y llevadera (en cuanto a dirección artística y de fotografía) que existe sin entrar en conflicto con el ambiente sucio y pesado de la época industrial que requiere toda producción que trate el movimiento obrero. Esta atmósfera se deja notar fuertemente en algunas escenas**.

Uno de los aspectos más interesantes es el debate intelectual, que no se olvide y se muestra de manera cercana aunque no profunda pero no por ello de modo superficial o simplista. Además de Engels y Marx aparecen otros personajes como Proudhon y Bakunin que, en sinergia con los protagonistas, representan el ambiente intelectual de la época. Especialmente interesante es como fluye la idea a través de los diálogos de dejar de lado el romanticismo del socialismo "utópico" por la cruda realidad del socialismo "científico".

En resumen, "El joven Karl Marx" es una película decente, bueno, puede que más que decente, sobre un personaje histórico fundamental que además de personaje también fue persona, aunque esta faceta no se logre transmitir del todo bien. Durante su visionado puede que te intereses (o te vuelvas a interesar) por la filosofía, tanto la marxista como la relacionada con ella (la ilustrada, la anarquista, la liberal, la idealista, la materialista, etc etc) y captarás las ideas fundamentales de Marx y Engels, al menos de su "Manifiesto comunista" a través de unos más que cuidados escenarios.

Te he mentido con el título, esta serie no trata la perspectiva antropológica.

Pero sí que trata otra serie de aspectos y fenómenos que tienen que ver con la disciplina. A saber: la aculturación, enculturación, integración, arraigo, desarraigo, empatía, otredad/alteridad, multiculturalidad,pluriculturalidad, etc. También aparecen la fascinación por lo nuevo y lo desconocido, el miedo y el vacío por lo mismo. Surgen otros temas también relacionados pero mucho más fáciles de entender por el público profano: la atracción, la amistad, la admiración, la confianza, la lealtad y el cariño; aspectos de todas las buenas relaciones humanas (y aquí también con dragones) que se confunden con uno sólo.

O simplemente le esté dando demasiadas vueltas a todo. Bueno, da igual, está graciosa la serie y es entrañable.

Serie decente, más que decente tal vez. Una búsqueda del tesoro pero más centrado en la acción que en la resolución de enigmas (comparación: tira más hacia Uncharted que hacia las clásicas historias de piratas). ¿Centrado en eso? Ah miento, ¡se centra en... la Historia! O algo así.

La serie entra, al menos a mí me entra, por la ambientación, una ambientación que supera la mera ambientación histórica (Japón de las posguerra tras el conflicto ruso-japonés) , ya que se centra en la cultura ainu, pueblo indígena del norte del país nipón. Como antropólogo en formación me llamó la atención pero me acerqué con dudas porque normalmente cuando se presentan sociedad indígenas se suele hacer de una manera que... bueno, seguro que no hay mala intención pero se hace de aquella manera (errónea), desde una perspectiva muy de generalizar, banalizar; tratar al otro como ese algo exótico que solo tiene valor como algo curioso.

Aquí no.

Bueno, a ver, no se hace de la manera óptima (almenoscomodecimoslosantropólogos ejem), pero se agradece. Primero porque se hace con respeto, no ridiculizando nada ni banalizando, y por consiguiente (esto es lo segundo) se evita una visión colonial, es decir se trata como algo que nos puede resultar extraño e incluso desagradable en algunas de sus formas, pero que dentro de su mundo (por tanto fuera del nuestro), es algo de sentido común. Es cierto que cae en errores metodológicos como mostrarnos solo algunos elementos materiales e inmateriales como en una burbuja, sin que se articulen, y pasando por alto otros elementos igual de interesantes (e importantes) como el conjunto de las relaciones sociales e instituciones; otro error, típico del anime, y de tipo narrativo, es que se explica más que se muestra (esto está más que trillao).

Para finalizar decir lo que muchos (el que me lea, que en realidad será nadie) viene a leer: ¿cómo es la serie? Resumen: buen ritmo, buenos personajes , carismáticos, aunque hay momentos en que te lías con tantos; buena animación aunque algunos elementos 3D creo que sobran, historia interesante etc etc. No innova en lo cinematográfico y narrativo, aplica de manera decente lo aprendido a través de la tradición y es disfrutable. ¿Su mayor valor? La presencia central de la otredad.

La caza es en general un tema polémico que genera debate. Incluso en nuestra sociedad occidental se discute día a día sobre su situación legal, su legitimidad, su tradición o su moralidad. Pero el debate se ve dejado a un lado cuando trasladamos la actividad de la caza a otros contextos culturales donde no se mata a animales que en Occidente tenemos asumido culturalmente que se matan para comer o por alguna otra razón, como pueden ser las focas (además estás son bastante bonitas y da aún más cosina matarlas).

Este documental nos ofrece una versión diferente, una versión pro-caza (al menos en cuanto a la caza de focas se refiere), pero lo más interesante es que es la visión del grupo más afectado por las legislaciones sobre la caza y la comercialización de productos derivados: los inuit, grupo étnico al que nadie a tenido en cuenta a la hora de regular la actividad. En este testimonio desde dentro no solo se alegan motivos ancestrales sino que ponen sobre la mesa argumentos convincentes y legítimos basados en su situación actual en la que los inuit no son un pueblo semi-perdido ajeno al mundo "civilizado", "moderno", sino que se ven imbricados dentro del sistema capitalista global y globalizador (tanto en lo económico como en lo cultural) conservando gran parte de su antigua vida pre-globalización, lo que ha acarreado graves perjuicios a la hora de seguir adelante con su cultura y modo de vida.

Además se agradece que no haya imágenes duras y grotescas de la caza de focas, imágenes duras que habitualmente se ponen para ilustrar este tema.

La nota puede parecer injusta, y puede que lo sea, pero es que comparativamente se lo merece. El apartado técnico y la ambientación es, como suele ser, bastante bueno aunque se parece mucho a todo los demás capítulos producidos por Netflix en cuanto colores, luces y toda la pesca; en la fotografía. Es ya, en lo estético, una serie de Netflix más.

La premisa no es totalmente nueva en la serie, ya lo vimos en un capítulo: la realidad virtual, un juego, sus consecuencias. La diferencia es que en el que no es este (no me acuerdo ni de título, ni de temporada, ni de número de capítulo) se aprovecha mucho mejor para hacer distopía a través de la videojugabilística con todo el tema del terror y una experiencia realmente inmersiva. En cambio, en "USS Callister" , se podría haber tirado por los caminos de los efectos psicológicos del avatar del jugador en un videojuego, como durante un momento, al principio, pareció ser, y se puede entrever algo si se le hace una forzada segunda lectura. Pero no, deciden soltarnos el cliché de ciencia ficción, la IA con autoconciencia, aunque no solo de su existencia, ya que esta vez también lo es de ser una falsedad y de haber un mundo real (no virtual) allí fuera.

Se ha perdido una oportunidad seria e importante (por tratarse de una obra de tantísimo alcance y tan bien valorada) de inmiscuirse en la naturaleza del juego y del jugador, si con nuestros avatares asumimos un papel o sacamos lo que llevamos reprimido, lo que realmente somos, si liberamos al Ello y el Yo del Superyó (tal vez incluso reduzcamos al mínimo el peso del Yo).

Como producto independiente de la serie, como obra de ficción con entidad propia, podría funcionar como obra evasiva, comercial, para pasar el rato. Pero al ser parte de esa genial serie que es "Black Mirror" es una pena que este capítulo sea una cosa tan corriente, sin alma, insulsa, pese a que su buena estética y ambientación, además de un elenco con buenas caras conocidas, haga del visionado una experiencia más llevadera.