La historia narrada por un adolescente residente en la Fortaleza de Brest, actual Bielorrusia, al ser una ciudad fronteriza fue una de las primeras en caer, la historia de la película comienza el 21 de junio de 1941, el día anterior a la invasión, los alemanes pensaron que iba a ser sencillo su ocupación, pero les llevo un mes tomarla totalmente, aun cuando el resto de Wehrmacht se encontraba a centenares de kilómetros dentro de la Unión Soviética.
Allí se escribió uno de los grafitis más famosos de la segunda guerra mundial “Me muero, pero no me rindo. Adiós Patria”. Recién a los 3 años volvieron a retomarla los soviéticos, en su avance hacia Berlín.
Yendo al análisis de la película las escenas de factura bélica son muy logradas, en especial de las bombas y las tomas aéreas, son muy buenas, primer acierto, los personajes son creíbles, sin embargo al ser una película de la ex Unión Soviética tiene alguna propensión al melodrama, pero en este caso no abusan de dicho recurso.
Es una película épica que trata de rescatar a quienes defendieron su patria frente a la invasión extranjera y que tuvieron que esperar la muerte de Stalin para tener algún tipo de reconocimiento.
En síntesis me parece una muy buena película, que merece ser recomendada.

La guerra es linda solo en las películas, en los filmes los uniformes son lindos, los tanques son fuertes, los aviones son veloces, los héroes son rubios y las bandas militares suenan bien, pero lo cierto es que la guerra en realidad es una mierda, por suerte algunos autores que escriben sobre la Segunda Guerra Mundial han empezado a hacer hincapié en el drama de los civiles, a modo de ejemplo Max Hastings en su excepcional libro “Armagedón” que relata el último año de la guerra en Europa o el conocido Antony Beevor en su obra “Berlín: La caída”, libros que recomiendo efusivamente y que hacen referencia al contexto histórico donde se desarrolla esta película.
La situación de Berlín se dio previamente en Prusia Oriental y no hay estadísticas de mujeres violadas, como tampoco las hay de aquellas que se suicidaron posteriormente o a fin de evitar esta situación.
Y esta película trata precisamente de eso del drama contado en primera persona y es un filme logrado, esencialmente en las actuaciones, Nina Hoss esta sencillamente soberbia en su papel.
A lo largo del filme no podemos menos que meternos en su piel y acompañarla en su drama, por suerte el director tiene la suficiente altura para no convertirlo en un folletín, más allá de un par de detalles que a mi criterio están de más.
La recreación histórica es correcta y a quienes le interesa leer “Diario de una mujer en Berlín” por suerte hay una reciente edición de Editorial Anagrama.
En síntesis una película que hay que ver y sentir el drama de la guerra.

Jack Strong es una película polaca sobre el Coronel Ryszard Jerzy Kuklinski, una figura que aun en la actualidad sigue generando conflicto en Polonia para algunos un traidor para otro un héroe. El traspaso de secretos militares va a depender de como termine la historia.
Respecto de la película está muy bien producida, las escenas de persecución estan bien logradas, interesantes actuaciones, manteniendo los cánones de película de espionaje en la guerra fría.
Digna de verse sobre todo teniendo en cuenta que se basa en una historia real.

El productor, escritor y guionista de la serie es Laurence Rees, Director Creativo de los Programas de Historia de la BBC. El asesor histórico más importante de proyecto ha sido el Profesor Ian Kershaw, autor de la biografía de Adolf Hitler y uno de los expertos en el Tercer Reich más destacados. Esta dividido en la forma siguiente:
I: Inicios Sorprendentes
II: Ordenes e Iniciativas
III: Fábricas de Muerte
IV: Corrupción
V: Muerte Descontrolada
VI: Liberación y Venganza
La producción es impactante por el material que aporta, por las reconstrucciones, por los reportajes, es adentrase en el horror y verlo en toda su dimensión.
Un documental notable que es imprescindible que todos lo veamos, para que la historia jamás se repita.

¿Que es la Patria? Esta es una de las preguntas que le hace Esteban de Corvalan uno de los pocos veteranos que quedan de la gesta libertadora al periodista que lo entrevista con motivo del retorno de los restos del General San Martin a Buenos Aires en 1880.
Las respuestas que balbucea el entrevistador son múltiples y tal vez todos tengamos una diferente, el mensaje de la película es que para San Martin la patria era algo más que el actual territorio argentino.
“Revolución” fue hecha con motivo de los festejos del Bicentenario, aunque se haya estrenado este y los aportes económicos que la han hecho posible han sido bien invertidos, con las limitaciones propias del sur del mundo se ha logrado un excelente producto.
La reconstrucción de época está muy bien hecha dejando de lado héroes inmaculados y uniformes impecables para dar una visión más “realista” de la historia. La puesta en escena de los campamentos, así como la visión del Plumerillo está muy bien lograda.
En este punto la producción solo merece elogios, amén de los escenarios naturales en la que fue filmada.
Respecto del guión es llevadero, no cayendo en grandes mesetas y no ser un continuado de frases hechas o altisonantes, si bien hay bastante documentación sanmartiniana y hay muchas frases famosas en sus proclamas, no se hace abuso de ellas.
También es importante destacar que no se hace una apología de la guerra, la revolución se hace porque no queda otro camino, asimismo las batallas no son encuentros de soldaditos de plomo con sus uniformes impecables, marchando gallardamente, en el filme la guerra se muestra como lo que es algo desordenado, sucio y profundamente inhumano.
Especial consideración merece que el filme hace hincapié en que la infantería había una gran cantidad de negros, situación que no siempre se enseña las escuelas.
En las actuaciones el peso mayor recae sobre Rodrigo de la Serna que cumple dignamente un papel bien difícil dándole el tono castizo adecuado de alguien que ha vivido desde los 7 hasta los 34 años en la Madre Patria y toda su vida ha sido un militar. Al momento del cruce de los Andes el Libertador tenía 38 años y varios problemas de salud que se ven reflejados en el filme.
Reflexión aparte merece la actitud de San Martin de volver a un lugar en el que ha nacido pero que apenas conoce y donde no vive ningún familiar suyo, no olvidemos que los hermanos del General continuaron sirviendo a la corona, internándose en un mundo poco conocido a los efectos de encarnar la gesta libertadora.
Finalmente vemos con alegría una cuidada producción argentina, digan de verse, quedándonos con gusto a poco ya que nos gustaría ver otros filmes que traten otros aspectos del Libertador.