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Críticas de Martí Roures
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Críticas 142
Críticas ordenadas por utilidad
6
22 de marzo de 2023
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La explícita polémica de esta película puede desviar la atención de su auténtico mensaje. La desnudez y sexualidad perturbadoras de estos prepubescentes ciegan al espectador menos atento al esquema que a los genitales apenas legales o el erotismo. Maladolescenza es oscura, sombría, bruta y realista, respecto al crecimiento o la incipiente madurez. Es un cruel cuento de hadas que muestra de qué forma los sueños precoces pueden tornarse pesadillas.

La belleza del entorno, los paisajes, el ambiente agreste y salvaje es el contrapunto ideal a tanta maldad, y la idea de presentar solo tres personajes parece efectiva: nadie influye en los niños, lo cual ofrece un mensaje aún más inquietante. Los muestra tal como son, nadie les obliga a hacer lo que hacen (El Señor de las Moscas).

Fabrizio parece un indigente forestal sin contacto con el resto del mundo. Laura es tímida, obedece a sus padres para llegar a su hora y, paralelamente, tolera la humillante relación tóxica que tiene con su amigo de la infancia. Es una víctima perfecta para el bullying, para la vejación. Mientras que Sylvia es un producto moralmente contaminado por la civilización: no solo se adhiere al comportamiento acosador de Fabrizio, sino que inventa formas de tortura más creativas, adquiridas en su mundo moderno. Hará lo que sea para quedarse con el chico.

Con Maladolescenza se consolida uno de los mejores análisis del abuso y la intimidación que se haya hecho en la gran pantalla. Una novedad en los años 70, ciertamente, pero que hoy en día está convirtiéndose en una pandemia global gracias a las redes sociales. Aquí se presenta el acoso de una forma pura, porque Laura necesita a Fabrizio. Está sola. No tiene más amigos. Creció con él y tolera los cambios por los que está pasando, para evitar que la rechace. Laura no huye ni evita a su vejador, cada día regresa con la esperanza de que las cosas mejoren. Tal y como eran antes. Pero no lo hacen. Y esta obediencia es la que alimenta la fuerza del acosador, haciendo crecer ese sentimiento de poder.

La sexualidad en Maladolescenza no es el resultado del amor, pero tampoco es algo forzado. Para Laura es solo la forma en que debe mostrar su lealtad y obediencia. Mientras que Sylvia, que conoce la vida real mejor que Fabrizio y Laura, hace uso de su erotismo para manipular y tomar el control del hostigamiento. Fabrizio se rinde a sus encantos y, en una mezcla de sexualidad adolescente-adulta, se inicia una avalancha dramática que conduce a la tragedia.
Martí Roures
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8
24 de abril de 2023
17 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debora Cahn es codirectora de la mítica Homeland (2011), y muestra con ésta, su propia creación, una solvencia poco habitual para generar intrigas políticas sensacionalmente esbozadas con pinceladas sutiles de humor británico. Es una delicia poder disfrutar, una vez más, con la enorme presencia de Teri Russell tras protagonizar The Americans (2013). Pero es que, además, The Diplomat está felizmente salpicada de secundarios estupendos que consiguen mantener un ritmo narrativo adictivo, mientras que un guión estructurado milimetricamente te va empujando hacia el entusiasmo capítulo a capítulo. El cliffhanger final augura una segunda temporada aún más explosiva que esta, si cabe.
Martí Roures
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4
14 de febrero de 2022
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aburrida y monótona puesta en escena para una serie que ambiciona contar una historia supuestamente real, pero que se estanca en el reclamo. Pensé que Julia Garner podría ser el gancho que me remolcara hasta el final de la serie. Craso error. La paleta caravanera malhablada llamada Ruth en la serie Ozark (2017) resulta que solo tenía gracia justo por eso, por su verborrea injuriosa y agravante, pero por nada más. Aquí le queda demasiado grande un papel que, por cierto, está terriblemente mal escrito. En Inventing Anna no hay, por lo tanto, ninguna razón para seguir viéndola. El ritmo es tedioso, la narrativa carece de interés, y las actuaciones (salvando a la Chlumsky) apenas muestran personalidad.
Martí Roures
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4
27 de octubre de 2017
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su excesivo metraje no es más que la exagerada consecución de secuencias banales que, lejos de enriquecer el guión, lo perpetúan en la vaguedad argumental. El montaje pretende originalidad y cae en la confusión, mientras el reparto se mantiene a flote durante la primera mitad gracias a la eléctrica personalidad de Rosamund Pike. Cuando ésta pierde protagonismo se pierde también el poco interés y, aunque la segunda parte parece remontar, todo acaba a rebufo de un anhelo.
Martí Roures
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4
28 de octubre de 2017
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena que el talento no se herede con la misma facilidad que el apellido. Y lo digo porque todavía no he encontrado en Sofía Coppola una razón objetiva para compararla con su padre. Como diría aquel: “No digo que lo mejores... Iguálamelo”. Quizás algunos piensen que el estilo minimalista y naif de Lost in Translation (2003) era el paradigma de una forma muy personal de hacer cine, pero yo soy de los que estaban seguros de que esa cinta insípida y aburrida era solo el principio de una carrera mediocre y pretenciosa, saturada de planos inútiles y basada en una estética que enseguida quiso hacer suya en detrimento de todo lo demás, especialmente del ritmo narrativo. El film se convirtió en un escaparate de intenciones y, película tras película, la realizadora ha malogrado todos los guiones que le han llegado a las manos. Y, claro, lo ha vuelto a hacer con La Seducción. Cuando esta novela de Thomas Cullinan la descifró Donald Siegel en 1971 (El Seductor), los matices de producción, la fotografía, la tensión sexual, el morbo de los personajes, la banda sonora de Schifrin, y el propio Clint Eastwood al frente del reparto, bordaron un trabajo que ahora se antoja cursi y pedante en manos de la vástago del gran Francis Ford. Decepciona mucho que esta realizadora soslaye el carácter sensual y perverso de la historia, que destroce la naturaleza sexual de las situaciones, y que al final solo le dé importancia a una fotografía infrailuminada y con presuntos contrastes artísticos. Y es lamentable que eche a perder el caché de dos grandes actrices como la Kidman o la Dunst, que aquí parecen sendos monigotes al servicio de la vulgaridad cinematográfica.
Martí Roures
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