Obra maestra de Tod Browning sobre la venganza y crueldad.
Este film supuso el final de Browning como director de prestigio en Hollywood, pese a su innegable calidad. Esto es debido a que el film estuvo prohibido en los EEUU durante 30 años, debido a la controversia que suscitó la película en su tiempo, por usar verdaderos personajes de feria en vez de actores con maquillaje. Incluso varios de los actores no hablaron muy bien del film al cabo de los años, pese a que les supuso la poca fama que habían conseguido. En España no pudo verse hasta los 70, en la Semana de Cine Fantástico de Sitges.

Iván Zulueta es uno de los "malditos" del cine español por excelencia. Artista underground, marginal por vocación, filmó múltiples cortos "alternativos" antes de dar el salto al largometraje comercial con una película insólita, UN, DOS, TRES, AL ESCONDITE INGLÉS, una cinta que podría parecer una más de las que en la época aprovechaban la efímera fama de los cantantes pop de la España tardofranquista, pero que, junto a una indudable mala uva en el tratamiento de las estrellas musicales de la película, mostraba un sentido del humor absurdo y algo cafre más cercano a las películas de los Beatles que a las que en nuestro país protagonizaban Juan y Junior, Bruno Lomas, Karina y demás luminarias de la "música joven" del momento.
Es una cinta que puede molestar o irritar al espectador medio, pero que, sin embargo, puede llegar a fascinar por su planteamiento perturbador de un sacrifico ( sacrificar la vida por el cine, porque sólo el cine es la vida) tan generoso como irremediable en el que la cámara-vampìro ejerce las funciones de un demiurgo todopoderoso al que sus acólitos se entregan voluntariamente resignados en un holocausto catártico y letal. Ver esta película es una experiencia recomendable para todos aquellos espectadores que no cierran ningún camino novedoso que pueda estimular diferentes formas de penetrar en mundos alternativos.

Este metraje de 17 minutos se considera la pieza vanguardista más famosa de la historia del cine. La violencia, la brutalidad y la sexualidad de las escenas son aún mayores si recordamos que estamos todavía en la época del cine mudo. La idea de Buñuel y del mítico pintor Salvador Dalí era escandalizar al público y romper con las formalidades de la época, cosa que el segundo ya hacía a menudo en sus cuadros. Se dice que fué el propio Dalí quién robó de un cadáver la mano cortada que aparece en la película, afirmación que nunca ha sido demostrada.

El guión del filme combina de forma bastante fiel y con una estructura clásica elementos de la novela de Stoker con todo el acervo previo de las cintas que previamente habían tratado el tema.

El diseño de producción es excelente y la fotografía de Douglas Slocombe es simplemente extraordinaria.
Encontramos rasgos ingeniosos (como cuando al comienzo del filme el león de la Metro se metamorfosea en vampiro) o interesantes referencias culturales (como la iconografía del personaje del posadero judío, que remite claramente a las pinturas de Chagall, aunque ¿era necesario que su apellido fuera, precisamente, Shagall?).

Una de las películas estandarte del movimiento mod en el Reino Unido que supo retratar aquel momento de explosión pop. Relata los pasos de un joven fotógrafo de moda de origen cokney encarnado por David Hemmings, (inspirado en el famosísimo David Bailey, el rey de la fotografía de aquellos años) obsesionado por lo transcurrido una mañana y que, sin saberlo, ha fotografiado. Imprescindible actuación de los Yardbirds.