Una de las virtudes de esta película es que, aunque con reminiscencias teatrales, se separa de la obra de Shakespeare para adaptarse al lenguaje cinematográfico, más dinámico y visual; y lo hace bien, con una narración realista a pesar de la épica y la leyenda, con una interesante parte discursiva ligeramente teatral, que no resta fluidez a la historia, con una recreación de época impecable, unos excelentes personajes secundarios, una magnífica presentación visual, y un tratamiento atípico de la figura del rey, muy bien interpretado por un sugerente Timothée Chalamet.
Disfruté viéndola. La considero muy recomendable.

La historia que se nos cuenta es rebuscada y algo exagerada, pero está tratada con la suficiente coherencia como para que no proteste nuestro sentido común. Sin ser nada del otro mundo, es entretenida, tiene buen ritmo y buenas maneras cinematográficas. Y se apoya en la excelente pareja protagonista, un ejemplo de que no es imprescindible ser joven para resultar interesante y atractivo.
En fin, una película para pasar un rato agradable y disfrutar de Helen Mirren (yo soy fan).
PD.: Le iba a poner un 6, pero en honor a Helen le pongo un 7.

La historia que se nos cuenta no está mal, lo que no está muy bien es cómo se nos cuenta.
A la película le falta ritmo, chispa, vitalidad, verosimilitud en algunas situaciones, y le sobra la permanente expresión de intenso sufrimiento de Nicole Kidman.
El resultado es una película aburridilla, que se ve con benevolencia por cariño a una desmejorada Nicole Kidman que no te acabas de creer.

La película nos presenta un triángulo de amor, sexo e interés, muy predecible y poco sutil, que consigue mantenerse a flote gracias a las tres buenas actrices que lo interpretan.
Tiene también la película muchas ínfulas y pretensiones de epatar, sorprender y escandalizar. Para ello echa mano de unos efectos musicales y visuales con vocación de originalidad, no siempre interesantes o eficaces, y de una época y unos personajes históricos, reina incluida, tratados con tan poco rigor, que bien podía ser una fantasía inventada al estilo de Juego de Tronos.
En esas circunstancias, con un triángulo trivial, una recreación histórica muy poco creíble y mucho artificio irrelevante, la película termina siendo un tostón.

La película dura casi dos horas y media y ni me enteré; cuando terminó hubiera seguido viéndola enganchado a los personajes protagonistas y a su mundo. Demasiado.

Usa, eso sí, una violencia explícita a lo Tarantino, pero menos gratuíta y enfermiza. Y los magníficos actores consiguen dar vida a unos personajes bien definidos, haciéndolos humanos. Las historias de todos ellos, aunque esquemáticas y un poco tópicas, están muy bien expuestas y resumidas, consiguiendo introducirte en sus vidas. Los inesperados golpes de efecto y la estructura de la narración están al servicio del espectador, no para lucimiento del autor, y eso se nota, o mejor dicho no se nota, solo se disfruta. Y para redondear, la ambientación, la presentación visual, la música y los efectos sonoros, con un estilo de apariencia clásica, son casi perfectos para esta película.

Lo pasé muy bien.