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España España · Barcelona
Críticas de picais
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Críticas 268
Críticas ordenadas por utilidad
7
16 de enero de 2010
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película narra de forma contundente algunas de las purgas que sucedieron, masivamente, al otro lado del telón de acero. En éste sentido la cinta es escalofriante pues te envuelve una especie de asfixia y claustrofobia, que si no lo tenías ya claro, te hace tomar partido de forma inmediata.
Las vejaciones y maltrato al que se ve sometido el protagonista ponen la carne de gallina y nos dice mucho sobre el ser humano, sus obsesiones y su ansia de poder, de controlar a los demás. Te quedas de piedra y te entra un desasosiego al comprobar lo que podemos llegar a hacer las personas, nos colocan dentro de un sistema, nos asignan un objetivo, nos dan vía libre y realizamos autenticas barbaridades.
Desde el punto de vista cinematográfico ya es otra cosa, esta muy bien la denuncia de hechos terribles siguiendo la historia de la novela de Artur London, los capta y los transmite de forma convincente, pero se hace sin duda farragosa y repetitiva, tanto interrogatorio, tanto bombardeo de nombres casi siempre complicados de recordar, tanta reiteración hace que tomemos conciencia de la situación pero resta meritos a la narración y capacidad de concentración al espectador. Entiendo que le sobran ahí bastantes minutos y le faltan quizás mas referencias a la vida personal del protagonista o a como su familia vive el largo cautiverio al que lo someten.
Nos da también una lección de cómo se pueden manipular las situaciones sin decir flagrantes mentiras, la manera de arrancar confesiones bajo la tortura y como se pueden cambiar y tergiversar los hechos para presentarlos de forma opuesta a como en realidad sucedieron.
El trabajo de Ives Montand es intachable y de su mujer también el la vida real Simone Signoret, muy lejos ya de la impresionante belleza de su juventud, también más que correcto.
La película impacta por lo que cuenta y por como lo cuenta, te deja como un poco conmocionado, esto probablemente es un merito, pero a mi en particular me hubiera agradado que no hiciera tanto hincapié en esa parte escabrosa y un poco más de énfasis en la parte humana del personaje y de su entorno.
picais
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9
12 de enero de 2010
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y yo aun no había visto esta película ¡Dios mío! Lo que me había perdido. A Bogart todos le conocemos su filmografía es extensa e imponente con muchos films extraordinarios y alguno mítico como por ejemplo Casablanca, pero y Gloria Grahame, sin duda una de las grandes, pero con mucho menos recorrido que otras y a la que le costaba ser la protagonista exclusiva. Aquí se muestra simplemente arrebatadora, nada que envidiar a Ava Gardner o Ingrid Bergman. Sensual, bellísima, turbadora y con una interpretación de muchos quilates.
Un guión redondo, unas interpretaciones magnificas, desde los protagonistas a los secundarios, Bogart en ese personaje ambiguo, encantador y odioso a la vez, y el director Nicholas Ray solo con Johnny Guitar volvió a alcanzar tamaña dimensión, aunque únicamente hubiera filmado estas dos películas ya se le podría considerar un monstruo, aunque hay alguna más que merece la pena.
El ambiente que te envuelve desde las primeras imágenes, el guión pleno de frases ingeniosas, algunas escenas con una fuerza que estremece y concluida de forma redonda con un final comparable al de El tercer hombre o Casablanca, es cine clásico del autentico, del que algunos tanto echamos de menos, del que nos mantiene pegados a la butaca de principio a fin, y aún a riesgo de ser pesado está la Grahame, preciosa, en plenitud, cuando ella aparece en pantalla hay como una magia especial añadida, para mi a pesar del enorme Bogart ella es la autentica reina de la película.
picais
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9
22 de noviembre de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la he visto por enésima vez creo que hasta ahora no le había observado ningún defecto. Hace unas horas la hubiera calificado de obra de arte, ahora soy algo menos generoso, pero sigue pareciéndome una película extraordinaria. Maravilloso guión de Trumbo, bordeando siempre el melodrama, pero normalmente contenido, estupendo Aldrich que aunque no es de mis preferidos, hay que reconocer que tiene un puñado de grandes películas, siendo en el género del western en donde mejor se mueve, muy buenas interpretaciones, sobrio Hudson e imponente en su corto papel Cotten, algo que en él era lo habitual.
Mención aparte merece Douglas, de lo mejorcito que ha dado el cine, una auténtica estrella, igual interpreta a villanos como a héroes, a tipos íntegros como a canallas y a todos con una solvencia increíble. Aquí da un recital y nos regala un minuto mágico intentando cantar en castellano, algo que no le resulta sencillo. Puede ser héroe de leyenda en ESPARTACO, manipulador en CAUTIVOS DEL MAL, poderoso sin escrúpulos en RETORNO AL PASADO, desahuciado en DUELO DE TITANES, o el inolvidable coronel de SENDEROS DE GLORIA, pudo y fue lo que quiso porque estaba tocado por los dioses. Aquí borda ese papel de tantos matices, agresivo, violento, romántico, encantador, duro, tierno, es un abanico impresionante en el que se recrea.
Destacar también a Dorothy Malone, mostrando su atractivo y personalidad, actriz quizás menor o de menor filmografía, en esta cinta se mueve con soltura rebosando sensualidad y erotismo. Nombrar aunque solo sea a Carol Lynley, de la que ya poco más se supo, entonces jovencísima, y la verdad es que mantener el tipo entre tanto monstruo ya tiene su mérito.
Como todas las grandes obras, aquí no sucede nada que no tenga sentido, todo está estudiado y calculado, el ritmo se apodera de ti, ni metraje innecesario, ni pausas de relleno, hay algunas escenas cumbre, preciosa cuando recogen al ternero, en esos paisajes abiertos y grandiosos, intensa cuando los protagonistas se enfrentan, romántica en otros pasajes, sin caer en la cursilería, sutil y a la vez pasional pero siempre plena de fuerza. Para mi estamos ante uno de los mejores westerns que ha dado el cine y ha dado muchos y algunos muy buenos.
Podemos disculparle a Aldrich el exceso de ímpetu de algunas fases, incluso que el duelo final que da título a la cinta no sea al atardecer y tenga lugar al mediodía, yo le disculpo casi todo, la he visto varias veces, sigue emocionándome, sigo vibrando con ella, tiene un arranque perfecto, un final redondo y en medio casi dos horas de goce y disfrute.
picais
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8
7 de abril de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez en un lugar de la Costa de Florida con un calor asfixiante. El abogado Ned consume sus noches entre amantes ocasionales y el intento de saborear la brisa marina, y de pronto sucede. Una de esas noches mientras deambula sin rumbo fijo, aparece ella, impresionante, espectacular, con su vestido blanco, dejando ver sus encantos, es como eso, lo dicho, una aparición, Esas piernas, ese pecho, esa mirada.
A partir de entonces ya lo sabes todo, en ese momento ya adivinas todo la que va a suceder, ignoras el cómo, pero sabes el que, y casi puedes asegurar el cuándo. Cuando ella irrumpe, él debe pensar, hoy es mi día de suerte, es como el premio gordo de una lotería. Esa tal Matty es la clase de mujer por la que harías cualquier cosa, y cuando dices cualquier cosa, significa exactamente eso.
Debut primoroso de Kathleen Turner, atractiva, sensual, puro fuego, solo en “El honor de los Prizzi” volvió al alcanzar un nivel similar, una autentica mujer fatal, dispuesta a todo por conseguir sus propósitos. El ingenuo Ned (estupenda también la interpretación de Hurt) cae en sus redes sin la más mínima oposición, pero quien puede culparlo, acaso no haría lo mismo cualquiera. A pesar de que intuimos todo lo que le va a suceder, lo único que podemos hacer es envidiarle, desear estar en su lugar.
Kasdan nos traslada durante casi dos horas al cine negro de hace décadas, (hasta en las formas, muy poca luz, se fuma continuamente, nunca falta la bebida) potente historia, mejer fatal y hombre utilizado, casi a la altura de la pareja de “Forajidos” o “Retorno al pasado”, excelente puesta en escena y muy buena banda sonora. Poco más podemos pedir o hacer, solo dejarnos llevar por la pasión de las tórridas noches de Florida.
picais
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7
5 de febrero de 2013
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que le ocurre a Spencer Tracy en esta película es fácil de comprender. Entra dentro de lo normal enamorarse perdidamente de Hedy Lamarr, también me sucede a mí y presumo que a millones de personas en todo el mundo, a pesar de que solo la vemos a través de la pantalla. La mujer que protagonizó al parecer el primer desnudo en una película comercial, la mujer que fue calificada por algunos como la más preciosa de la historia del cine, aunque calificativos similares los recibieron muchas otras. Y es que en ese mundo, y si de belleza hablamos, ciertamente la competencia era mucha. Lamarr era una mujer espectacular de una belleza casi dañina, tanta como quizás su inteligencia superdotada o su destreza para los inventos. Lástima que en el mundo del cine no le acompaño la suerte pues no siempre eligió las cintas adecuadas.
La película diría que en simplemente normal, posee algunas cosas magnificas, como la altura moral de los dos personajes principales, especialmente el doctor, los ideales que ensalza, algunas perlas del guión (es un diamante sobre terciopelo negro en una vitrina), buena puesta en escena, excelentes secundarios, el enorme talento para la interpretación de Tracy, o el buen hacer y la impresionante hermosura de Lamarr. Pero es a la vez una de esas películas que yo llamo tramposas, alguien que sea proclive puede derramar litros de lágrimas, ya que si bien es cierto que consigue momentos de notable emoción, en otros exprime esa parte menos agradable del melodrama, cuando sin pudor, se adentra en el terreno del morbo, explotando esa porción sensiblera que anida en el corazón de todo espectador, y olvidando lo que en el cine debiera ser norma imprescindible, que no es otra que la mesura y la contención.
Pero si hay que admitir que Hedy Lamarr era un auténtico diamante, pulido, refinado, exquisito, y desde luego no necesitaba ningún tipo de envoltorio.
picais
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