Una mala mujer. Si, también existen, no son leyendas urbanas. Maneja a los hombres con sus encantos y con sus coitos. Y los que no caen en sus artimañas mueren a sus manos. Y tampoco dudará en sacrificar a sus zánganos. Una viuda negra, que devora a sus amantes. Y, por otro lado, un Mad Doctor de manual, de esos que hacen experimentos prohibidos, capaz de romper toda ética para satisfacer su ego. Y capaz de matar por ello. Ambos seres se encontrarán en una misteriosa región del África Negra, ella buscando oro y él viviendo entre belicosas tribus, intentando crear al monstruo perfecto, gracias al vudú local, pero dominado por su voluntad, un monstruo que deberá tener instintos asesinos.

Tribus de africanos que practican y viven un vudú un poco rarito, un extraño parador en la jungla donde puedes ser víctima de robos y de tu muerte con la permisividad del dueño del lugar, un francés corrupto y timador.

Frente a tanto desvarío tendremos a un explorador aguerrido, contratado para adentrarse en territorio inexplorado, el de esas tribus, al que le resbalan los cantos de sirena de la villana, al que quiere dominar con su sexualidad.

Un filme raro, mezcla de los filmes de la Universal de los años 30 y 40 con la serie B que se producía en aquellos años, producido por la American International Pictures, una de las compañías de Roger Corman, Pocos medios, bastante imaginación. Además de influencias de la Universal, también tendrá esa textura de filme antiguo de Tarzán e, incluso, aquellos filmes como "El malvado Conde Zaroff" o "la isla de las almas perdidas", con los que comparte ese aislamiento en lugares salvajes y primitivos en el que se encuentran los protagonistas del filme, frente a peligros reales. Todo rodado en interiores, muy oscuro, con una selva que no se ve y un monstruo que se ve aún menos, oculto entre las sombras, y que nos puede recordar a cualquier villano de la semana de las series de los Power Rangers. Dirigido por un buen artesano, el filme, aunque pierde chispa en su tramo intermedio, se deja ver con agrado.

Buddy movie de esas extremas que se rodaban en los 80, donde combinabas compañeros imposibles en misiones policiales. Dirigida por el maestro de los efectos especiales Stan Winston, es, sin embargo, una película fallida. La trama policíaca es simple y sin peso - descubrir a un ladrón de diamantes y asesino- y, sobre todo, el gnomo al que alude la película, es un personaje antipático, soso y sin carisma. No tiene nada. Además, a nivel actoral el filme está muy desequlibrado, con una sobreactuación irritante de A.Michael Hall, supongo que para compensar lo anodino del muñeco.
¿Y los efectos especiales? Un buen animatrónico para la cara del gnomo y un niño disfrazado para los planos generales.
Guión tonto, lleno de chistes fáciles y sin gracia, con personajes tópicos - vaya colección de policías bobos- pero una historia muy árida.
Mediocre. De esos que olvidas rápido.

Como comentó Juggernaut en la anterior crítica, este film lo ví de reestreno en un programa doble bajo el título de "Voracidad" y, efectivamente, hubo una buena campaña publicitaria en la tele -¡si salía en la tele debía ser buena!- y el cartel, con el buceador estirando su mano desde el agua, medio devorado, impresionaba. Pero ya, en aquellos años, empezamos a pillar el truco de las imitaciones italianas, ya que nos daban gato por liebre ...dos años después nos la intentaron colar con "L'ultimo squalo",estrenada aquí como "Tiburón 3" y con James Franciscus repitiendo de malo ...

La película es bastante mediocre. Como serie B no llega al nivel de la imitada, la estadounidense "Piraña"(1978, J. Dante) y eso que la original tenía menos medios ... pero más talento e imaginación. Unos ladrones causan un auténtico apocalipsis medioambiental, volando unos tanques de combustible de una refinería para robar unas esmeraldas. Vaya hijos de ... y el jefe de ellos no se le ocurre otra cosa que infestar un idílico lago de pirañas hambrientas para proteger el botín, como hizo Kirk Douglas en "El día de los tramposos"(1970), con la diferencia que morirán muchas personas por tan originales vigilantes. Lo dicho, vaya ramillete de hijos de p...

Un elenco de bellas actrices o más bien modelos como la Hemingway y la Berenson- junto a la Black, que en esto de actuar sí tenía tablas. En cada ocasión que hay un primer plano de la Berenson le añaden un flou que dejan en nada al mítico que empleaban con Sara Montiel ¡si pensaba que se me entelaban las gafas!. Lee Majors ejerce de macho alfa de manual y poco más.

Las pirañas casi ni salen y las tomas subacuáticas son bastante penosas. De acuario de casa. A la hora de destruir las instalaciones del inicio con explosiones emplean sobradamente un buen número de maquetas Mi duda es si son de otro filme y las reciclan. En fin, terrorcillo setentero del malo. Del que hacían en Europa o producían europeos.

La sci-fi y terror británico, tras la caída de la Hammer, sobrevivió gracias a productos televisivos y producciones independientes. Gran tradición en la TV, con el Doctor Who, Los nuevos vengadores y otras series televisivas autoconclusivas, con mucha imaginación pero pocos medios. En 1985, la visión distópica de "Max Headroom" pareció orientar a este tipo de filmes, con mucho cyberpunk y un futuro muy próximo y muy poco deseable.

Y aquí nos llega "Split second" ambientada en Londres en 2008, una ciudad inundada a causa del cambio climático, decadente, con mucha pobreza y muchas más ratas. No es muy original, ya que esto ya los vimos en los filmes italianos de imitación a Mad Max con el topónimo "Bronx" en su título. Este filme tiene más bien nada de cyberpunk, aunque la ambientación sucia está muy lograda. El protagonista absoluto de este filme es el gran Rutger Hauer, que nos volverá a poner todas las muecas y mohines de su personaje Roy Batty en "Blade Runner". Con unas gafas de sol todo el rato, siempre de noche, y sin entender demasiado bien el guión - parece ser que tiene una conexión mental con el malo- Rutger Hauer cumple con creces en ese filme de serie B. Pero no hay que darle muchas vueltas al guión porque es incomprensible en todo los relacionado con el malo, como relataré en el spoiler. ¿Es un ser sobrenatural o una mutación por el calentamiento global? ¿Qué falta hace lo del Londres inundado en la historia? ¿Y las ratas, que pintan? ¡Si ni siquiera aparecen en alguna secuencia!

Filme noventero, donde la estética prima sobre el contenido, con diálogos demasiado tópicos y manidos, al igual que los personajes, desde el jefe de policía al compañero un poco estirado, siendo el protagonista la conjunción de todos los tópicos posibles sobre policías: individualista, fumador, desafiante con la autoridad, abroncándose con los compañeros, vestido a la suya, con sus propias armas, viviendo en una pocilga, y con contactos en los bajos fondos. Todo mil veces visto.

Excesivo gore, con mucha sangre por paredes y demás superficies, en modo aspersor, acción más o menos apañada y un combate final en los metros que ya hemos visto en otros filmes y que, parece ser, no rodó el director del filme, sino alguien contratado para ello ¿Regrabación de escenas?

Verse puede verse, dentro de los parámetros de los filmes de aquellos años, donde la serie B buscaba su huequecito en los cines y en las estanterías de videoclub.

Sangre y tetas. El cine de terror de la Europa continental de los años 70 llevaba la sensualidad de los filmes de la británica Hammer a secuencias mucho más explícitas y, en ocasiones, muy burdas. Paul Naschy encontró en estas películas su nicho laboral e hizo de las mismas santo y seña del cine fantástico español, un cine con dos versiones, la censurada para España y la integral para el resto del mundo. Las películas de Naschy no contemplaban el historial argumentístico proveniente de los monstruos de la Universal o de la producciones de Hammer. Aunque las respetaba, decidieron empezar de cero, con toda una nueva imaginería, siendo su buque estrella el torturado hombre-lobo Waldemar Daninsky, siempre de cuero negro, romántico y seductor. En sus filmes siempre está rodeado de bellezas - magnífico casting el de esta película- y enemigos paranormales. En "La noche de Walpurgis" se enfrentará a una vampira cuyo nombre parece el pseudónimo de algún personaje de parodia, la condesa Wandesa Darvula de Nadasdy.

Bien dirigida por Leon Klimosvsky, en especial en todo lo relacionado con la aparición de las vampiras. Ruedan en lugares reales abandonados -que lástima de patrimonio español - con muy pocos medios. La transformación a hombre-lobo, gracias a una magnífica planificación de secuencias y un inteligente montaje, es muy notable. En cuanto a la sangre y las tetas, baste señalar el inicio del filme, cuando el hombre-lobo muerde a una desdichada joven, le arranca la blusa y la sangre se desparrama por sus pechos, en primer plano. Que zafio y que simple. Las escenas de desnudos gratuitos estaban rodadas de tal manera que eran fácilmente recortables para países con censura como la España de entonces.

Naschy, aunque con la voz doblada, hace suyo su personaje. No en vano, ya que era una creación propia. Un hombre-lobo que nada tenia que ver con la cinematografía anterior. Aire fresco para un género que buscaba nuevos caminos.

En cuanto a la BSO, de Antón García Abril, es quizás lo más obsoleto del filme. No pegan ni con cola la apertura en los créditos iniciales ni en los créditos finales. No transmite que estamos viendo un filme de terror. Parece la música de una comedia setentera española con Lina Morgan.

Con todo, es un filme de aquellos años, y como tal debe verse. No hay que buscar ni una gran producción ni efectos especiales de postín. Lo suyo eran las sensaciones, no tanto el espectáculo.