Ad Astra tenía todos los elementos técnicos para ser una sobresaliente película dentro del escaparate de la ciencia ficción, pero por desgracia no pasa de la mediocridad, de la eterna montaña de simplicidad que ha ofrecido el cine, y es qué, a pesar con un buen presupuesto, grandes estrellas y unos caros efectos especiales, el guion es intragable e insulso, como un bocadillo de nocilla con calamares en salsa americana. Un desarrollo difícil de aceptar en una sociedad avanzada tecnológicamente, lleno de agujeros como un queso de gruyere, con situaciones de fantasía resultas gracias al espíritu y el ingenio del guionista, pero para nada realistas y desenlaces más ostentosos que en Tom & Jerry.

Si una cosa me impactó, fue la primera escena, y la grandiosidad que se puede conseguir cuando toda la humanidad se une.

¿Recomendarla? No puedo decir, pero lo que sí es cierto, es que acabará decepcionando.

Atractivo remake de la película de animación con el mismo nombre, esta vez usando las nuevas tecnologías, para hacer más realistas a los personajes y a la vez experimentar para futuros proyectos.

Es cierto, que la música y el argumento, son sus puntos fuertes, como antaño, por ello reeditar, modificar y añadir nuevas escenas no ha sido nada difícil, como diría mi abuelo, ha sido pan comido.

El problema más importante es la caracterización de los personajes, la simpatía de los personajes, en la animación 1994 los personajes se presentan magistralmente, pero esta vez las nuevas tecnologías no han conseguido transmitir los sentimientos y menos aún hacernos empatizar con los personajes.

Otro defecto para mi gusto ha sido el reparto, las nuevas voces, estaban lejos de lo que se pedían y uno de los errores más garrafales y fáciles de ver ha sido la hiena Shenzi, en el 94 doblada por Whoopi Goldberg y ahora por Kasumba, registros diferentes para un personaje diseñado exclusivamente par Goldberg.

En resumen, no es mala la película, se disfruta, pero es inferior a la original.

Está claro que cómo tributo a Queen es insuficiente, dejando ciertos momentos estelares de este grupo aún en el olvido cinematográfico, como el ejemplo de Rio, que pasa de puntillas sobre la película o la evolución de sus protagonistas, que a día de hoy, 3 siguen vivos. Parece más un biopic a Freddy Mercury, insuficiente, ya que este personaje/cantante puede dar incluso para una serie televisiva, y es que su vida, desde su infancia traumática en un internado masculino, pasando por la deportación, seguido por el despertar sexual, acompañado de la música, derrotado por el sexo y las fiestas, tributando a Montserrat y la ópera para acabar como un luchador anteponiendo su la música sobre su enfermedad.

Afirmo que tiene sus momentos, y el dramatismo se impone en algunas escenas, pero hay un gran vacio argumental, hilos que dejan de seguirse para dar saltos temporales, pero en fín, creo que el que disfrutó con el film, acabará amando a este grupo a través de los documentales y sobre todo a través de sus Live, su MÚSICA.

Película, como tal, no lo es, y sino fuera por los 240 minutos de sus dos partes precedentes, sería vergonzoso haber pagado 9 euros para verla en una pantalla de cine, incluso pediría la devolución de la entrada. Yo he tenido la suerte de verla en casa de un amigo, cine season, y me ha costado 0 euros, por eso soy generoso.

Pesada, alejada de la grandiosidad y frescura de la original, con personajes oscuros, no por el personaje, sino por lo decadentes que se han vuelto, repetitivos y que caminan sobre el celuloide, al son de la eterna, eternidad, el ocho acostado, y una y otra vez, vuelta y re-vuelta, lo mismo, la repetición, el exceso de metraje para denotar grandiosidad, cuando sólo da arcadas por la repetitiva pesadilla que uno debe vivir durante 120 minutos.

¿Recomendable? Pues no. Tajante. Simple. ¿De obligado visionado? Pues sí, si estás enganchado a los Juegos del Hambre, no es que te vayas a perder mucho, pero, un par de cosas merecen la atención.

Esta vez, toda la acción, emoción y dramatismo, se ha perdido, por ello el Sinsajo, arde, ante el continuo aburrimiento, en un aletear sin parar de abrir y cerrar de boca, mientras la copa de vino se desliza, bajo un apetecible aroma, hacía los secos labios de una dulce tarde de amistad, en mi caso, en otros será bajo el continuo picor y malestar de una butaca de cine, rodeado de grandes bostezos y risas de complicidad de parejas ajenas al film casi desde su comienzo.

Esperemos que la segunda parte, condense toda la acción y dramatismo, que no ha habido en esta primera.

Doraemon no es de esas series infantiles procedentes del Sol Naciente que no han llamado mi atención, además tampoco pertenece a las series de mi infancia, por ambos motivos, principalmente, nunca me he interesado, hasta que me hace unos días me encontré con este film animado, representativo de una generación que creció con el espectacular "mapache" del futuro y su fiel pero pésimo compañero Lobita.

La película se nota que ha sido una gran producción, destinada directamente a los niños, lanzada por supuesto en 3D con personajes más vivos, aunque seguramente que los que hayan visto la serie les extrañaran, ejemplo del propio Lobita y Shizuka, aunque Doramenon está clavado, y por lo que he podido ver, un amplio resumen de la serie, ¿mejor o peor? No soy nadie para criticarlo ya que no conozco la serie, sólo puedo decir que el film mantiene su linealidad, y la evolución de los personajes es clara, además de contar con secuencias de acción y dramáticas que ayudan perfectamente a mantener la atención del espectador, además de ser una trama sencilla para que el niño no se pierda, llena de colores y sonrisas. Pero no es sólo para los peques, el adulto, también la puede disfrutar, ya que no llega a ser tan infantil, ni melodramática e irracional.

¿Tienes un peque en casa? Pues déjasela ver, le encantará, eso seguro.