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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.369
Críticas ordenadas por utilidad
8
22 de junio de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era una mujer maravillosa. Se llamaba, Frances Farmer, y bien que sabía que, con su extraordinaria belleza, no sólo iluminaba cualquier espacio donde se encontrara sino que podía abrir cualquier puerta que le pareciese de su gusto para alcanzar el éxito; pero, queriendo ser una mujer integral, ella decidió formarse. Estudió drama en la Universidad de Washington y se inscribió en varios concursos literarios. En uno de éstos, se participaba con un ensayo donde se demostrara la No existencia de Dios, y ella lo ganó por su fluidez literaria y sus emotivos sentimientos. Era apenas una adolescente y era común que, en los años verdes, muchos renegásemos del temible creador de que nos hablaban en la iglesia. Luego, Frances se ganó un pasaje para viajar a Rusia. Ella quería ir porque anhelaba recorrer el mundo y, además, sería la ocasión de conocer el majestuoso, Teatro de Arte de Moscú. Pero, la gente más obtusa y conservadora de Seattle, asumió éste hecho como un horrible ideario y, a su regreso, la joven fue víctima de numerosos escándalos siendo tildada de roja y atea… Por enésima vez, la descompuesta estatua de la libertad tuvo que bajar penosamente la cabeza. El homo hipocrytus seguía demostrando que tenía cerebro de chorlito.

Superado este abominable incidente, pocos años después, Frances logró su sueño de subir a las tablas, trabajando en obras importantes como, “El bosque petrificado” y “El muchacho de oro”... y pronto, Hollywood se deslumbró con su belleza. Obtiene un contrato con la productora Paramount por un período de siete años, pero, de entrada, la joven actriz manifiesta su fuerte carácter negándose a ser usada como una muñeca; impide que le cambien el nombre aferrándose al que le dieron sus padres cuando nació; y reclama poder trabajar con otros Estudios cuando ella lo considere conveniente. Así, se pasea por la MGM, la Fox y la RKO, hasta que pronto se harta del mundo frívolo, hipócrita y manipulador que ha venido padeciendo.

El estrés que le causa esta situación, la tiene ya imbuida en el alcohol, y las presiones de los medios -sumadas a las de su madre para que jamás deje de ser una estrella, no obstante que ella anhela con ansia una vida sencilla en el campo, rodeada de flores y animales-, la van convirtiendo en un ser hostil contra todo lo que se llame Hollywood, contra la prensa ávida de una nueva víctima, contra las autoridades, los médicos… y contra el mundo entero.

Así, todos -incluidos los que tanto la admiramos y la reclamamos en nuevas películas- vamos convirtiéndonos en aniquiladores de un ser divino que se empeñó, con el mayor derecho, a vivir con un principio: “Hacer lo que tú crees que está bien, significa que se fastidien los demás”. Pero, para poder Ser, hay que seguir adelante… ¡aunque se reviente el mundo entero!

<<FRANCES>>, es un filme bien importante. Fiel reflejo de tan cruel infamia que, un día, la actriz se preguntaba: “¿Habrá realmente un mañana?”. Además de tener un notable parecido físico con su personaje, Jessica Lange, ha hecho su rol con verdadero profesionalismo; y el director, Graeme Clifford, ha demostrado una plausible sensibilidad y un gran aprecio por la memorable estrella.

¡Siempre te recordaremos, Frances Farmer!
Luis Guillermo Cardona
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7
20 de junio de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una corista ha sido siempre respetable cuando canta óperas o zarzuelas en salas destinadas a conciertos. Pero, cuando se es corista de espectáculos musicales, donde se canta y se baila exhibiendo en coreografías parte de la anatomía, ha sido visto como algo de dudosa moral y lo rechaza de plano aquella gente que se considera de muy buenas costumbres. Las chicas que hacen parte de estos espectáculos, que tanto éxito tienen en EEUU, en Francia y otros países, son repudiadas por muchas personas de la alta sociedad que, indiscriminadamente, las echan a todas en el mismo costal. Pero, como suele suceder, generalizar es no saber ver.

Hay muchos escritores y directores de cine que han tratado a algunas de estas chicas personalmente y, convencidos de la, con frecuencia, inmerecida discriminación que la sociedad ha sostenido con ellas, han hecho numerosas películas donde las reivindican y muestran las apreciables personalidades que pueden encontrarse en algunos casos. Títulos como “La trampa amorosa”, “Las chicas del coro”… o “ARDID FEMENINO”, ven con ojos limpios a estas muchachas y escudriñan (o trazan) historias que las reflejan como verdaderas heroínas o, cuando menos, como chicas dignas de quererlas para siempre.

Francey Brent, también canta y baila en una sala de espectáculos y allí conoce al profesor Peter Morgan Jr., el hijo del rector de una universidad y aspirante a heredero del cargo. El flechazo es instantáneo y, ¡sí señor! al día siguiente ya están casados… olvidándose Peter de que ya estaba comprometido con otra atractiva chica llamada Helen. ¿Cómo volver a casa para contárselo a papá?, ¿Cómo asumirán que un profesor universitario se haya casado con una corista de las que levantan las piernas?, ¿Qué sentirá Helen al saberse traicionada?

George Stevens logra una jocosa comedia con algunos momentos para carcajadas (la pelea entre Francey y Helen, el baile con la suegra…y sobre todo la escena con el camarero del tren). Otros para sentirse tocado por el romanticismo (el primer beso entre Francey y Peter) y en general, un ambiente amable y con contradicciones debidamente resueltas, hacen que pasemos un buen rato al lado de la pícara Ginger Rogers, el enamoradísimo James Stewart, y los simpáticos suegros Charles Coburn y Beulah Bondi. Pero, las mayores palmas se las concedo, en esta ocasión, al veteranísimo Willie Best, por esa estupenda escena donde atiende con rigor a Francey y a su suegra.

Título para Latinoamérica: “QUE NO LO SEPA PAPÁ”
Luis Guillermo Cardona
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6
6 de abril de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un hombre emprende el camino para luchar por su pueblo, siempre hay alguien que le espera. A veces, es el padre (o la madre), la esposa, y quizás el pequeño hijo quienes, ansiosos y a ratos tristes, esperarán el feliz momento en que se produzca el regreso.

Se prepara un milagro, ¡un gran milagro!
A veces mi puerta se abre sola
Y la urraca chirría delante de nuestra casa…
Quizás mi hermano vaya a volver de Siberia.

De allá, donde permanece mudo desde hace 4 años
Volverá alzando la voz con rostro sonrojado
Agita una bandera roja y corre
En el camino de vuelta con botas de siete leguas.
¡Date prisa hermano, date prisa!

Béla Kun, el líder fundador del partido comunista húngaro, estuvo preso en Siberia, durante 4 años, detenido por agentes del zar Nikolay I (Николай I) de Rusia.

(…) Cuando se fue allá echado por el knut sangrante del poder
Estaba triste y pálido y seguía con los ojos las efusiones de su sangre
Asombrándose tal vez.

“PROLETARIOS DEL MUNDO…UNÍOS”, escribió en las paredes de la cárcel donde estuvo preso, y allí, esperó y esperó con indeclinable paciencia el momento de ser liberado… o de poder escapar. Quedaban todavía muchas cosas que hacer por el pueblo.

¿Oyes su voz? ¡Se diría el trueno!
Mira el relámpago furioso de sus ojos
Miradlo, su brazo desplaza rocas
¿Y es esa fuerza la que querían aplastar, humillar?

(…) Posee por fin todo lo que jamás tuviste
¡Oh, Gigante hecho tirones, huérfano, mendigo!
Date prisa en regresar de tu Siberia
Que se ha vuelto roja.
¡Date prisa hermano, date prisa!

<<LLEGA MI HERMANO>>, fue el último filme de, Michael Curtiz, en su etapa húngara, inspirado y complementado con un poema de Antal Farkas, al que pertenecen los versos citados. En aquellos días, Curtiz (entonces Mihály Kertész) era miembro de la Comisión de Artes y, poco tiempo después de realizar este cortometraje en homenaje al líder cuyo gobierno duraría muy poco (de Marzo a Agosto de 1919), abandonó Hungría y se marchó a Austria. Algunos piensan que Curtiz hizo este viaje porque no le sentó bien que el realismo socialista nacionalizara la industria cinematográfica. Pero, yo pienso que fue porque, el gobierno de Kun no consiguió consolidarse como él y muchos otros esperaban.

Este cortometraje, aunque sencillo, está bellamente filmado y sus imágenes complementan adecuadamente el evocador poema de Farkas. La joven que aparece como la esposa del líder, es Ilonka Kovács (Lucy Doraine) con quien Curtiz se casaría cuando ella tenía 17 años. El filme fue reencontrado en el Ministerio del Interior en 1998, y al año siguiente, fue restaurado con tinta de color. Finalmente, en el año 2008, se le incorporó la bella música de Marc Perrone.
Luis Guillermo Cardona
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6
29 de marzo de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la productora Warner Bros., se descansaba trabajando. ¡No había paro posible! Pasabas de un esfuerzo extenuante a un esfuerzo más liviano, pero, un director bajo contrato, podía ser encargado de 4, 5 o 6 películas en un año… si le quedaba tiempo para ello. En la década de 1930, el director Michael Curtiz, no bajó de cuatro películas como mínimo, y hubo un año, 1933, que alcanzó a rodar ¡8 películas!... y como aún le quedaban algunos días libres, le encargaron que rodara unas cuantas escenas para añadirle a la película, “The Mayor of Hell” que acababa de rodar el director, Archie Mayo.

En 1936, Curtiz rodó seis películas, entre ellas, títulos tan extenuantes como, “The Charge of the Light Brigade”, “Kid Galahad” o “Gold is where you find it”. Después de Galahad, el “descanso” le llegó con, <<EL PERFECTO EJEMPLAR>>, una comedia ligera con la que también se buscaba permitirle un relax a la estrella, Errol Flynn, pues, las dos comedias que hizo con Curtiz, fueron los únicos momentos en que el estrés no les colmó los ánimos y consiguieron llevarse bien durante todo los rodajes.

Escrita, entre otros, por Norman Reilly Raine, el guionista que luego se luciría con, “The Adventures of Robin Hood” y “The Private Lives of Elizabeth and Essex”, esta película dejaba en claro que lo de Flynn era la acción y que, para la comedia, pocón pocón con esa cosa que llaman histrionismo.

Se trata, aquí, de un hombre apuesto, culto y de moderadas costumbres, cuya rígida abuela ha convertido en el perfecto ejemplar de hombre que necesitan –según ella- las nuevas generaciones. Pero hay alguien que no cree en eso... nada menos que la inquieta y osada, Mona Carter; pero motivado por sus encantos, y muy especialmente por, “Don Quijote de la Mancha” de don Miguel de Cervantes, cuyas aventuras viene leyendo el contenido, Gerald Wicks, éste decide desfogar sus reprimidas energías y, en poco tiempo, hará de viajero incansable, boxeador, cocinero, fugitivo… y hasta de supuesto secuestrado, pues, la abuela así lo cree.

La acción es bastante liviana; los diálogos en cambio son ágiles, aunque sin demasiado interés; y no obstante que Curtiz se armó de un buen refuerzo de actores de reparto (May Robson, Allen Jenkins, Edward Everett Horton, Harry Davenport, Dennie Moore…), las cosas apenas se levantan del piso, encantadoramente, durante el encuentro que la pareja protagonista sostiene con Pinky, el boxeador pendenciero, y su singular, Clarabelle.

Tiene sentido romper la verja que te separa de una vida social y de aventura. Es necesario luchar con valor y atacar los molinos de viento que impiden tu felicidad. Hay que decir no al aislamiento y a llevar una vida lejos de la magnífica gente que te rodea. Estas son las proposiciones atinadas de este filme. Pero, entre lo que propone la abuela y lo que aplaude Mona, creo yo que, el punto medio entre ambas proposiciones, sería lo ideal.
Luis Guillermo Cardona
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7
5 de marzo de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante la segunda guerra mundial, un grupo de soldados japoneses ha naufragado en la isla Anatahan y allí permanece, desde el 12 de diciembre de 1944, cuando se produce el incidente. La espera por su rescate es inútil y los hombres permanecen largos días con una metralleta –su única arma- mirando hacia el horizonte a la espera de un enemigo que nunca aparece.

Sus días se vuelven entonces una rutina de buscar que comer, cantar unidos bajo las palmeras, y esperar paciente e inútilmente a que alguien se acuerde de ellos… hasta que, a sus vidas, llega la esperanza y el deseo vestido de mujer llamada Keiko. Ella y su esposo Kusakabe son los únicos habitantes de la isla, y para suerte de los soldados, se trata de una chica atractiva y decididamente coqueta. Dicen, que obedecer al marido es la primera virtud de una japonesa… pero, no es esa precisamente la mayor virtud de la sensual y descalza muchacha, quien se contonea y se exhibe dispuesta siempre a despertar el fuego en aquellos reprimidos militares.

Así, Anatahan se convierte en la isla de los deseos, y esto traerá consigo una lucha en crescendo cada vez más peligrosa, porque cada hombre ansía ser el rey de aquella irresistible Abeja Reina.

Escrita, fotografiada, narrada y dirigida por Josef von Sternberg, “LA SAGA DE ANATAHAN” resulta un filme exótico y singular en la carrera de un artista que hizo grandiosas películas, pero que, cansado de la prepotencia de los productores hollywoodenses, decidió marcharse un día. Y por el gusto de seguir haciendo cine, se interesó de pronto por esta particular aventura realizada en un estudio construido en Kyoto, con equipo y actores japoneses.

La protagonista, Akemi Negishi (1934-2008), fue descubierta por Sternberg danzando en un cabaret nocturno y de inmediato sintió que era el tipo de mujer que precisaba para su personaje. Desde este debut, muchos directores se interesaron en la chica, pero, fue quizás Akira Kurosawa, quien más se interesó en ella, pues la tuvo en cuatro de sus películas (“Crónica de un ser vivo”, “Los bajos fondos”, “Barbarroja” y “Dodes’ka-den”).

Estamos ante un filme que habla, con precisión, de aquellas pasiones que, cuando se salen de su cauce, pueden convertirse en una guerra interna que luego desata el olvido de toda regla y fuerzas incontenibles capaces de hacer mucho, pero mucho daño. Sternberg seguía pensando que el diablo es una mujer. Y párenle bolas al decantado final, pues contiene ironía de la mejor clase.
Luis Guillermo Cardona
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