Esta película posee muchos elementos ya vistos en ‘Sin Perdón’ (es una historia de venganzas y odios que se resuelven con pistolas y rifles) y cuenta con interesantes mejoras respecto a su antecesora: posee unos diálogos mucho más afilados y no tiende a idealizar al protagonista, sino que nos lo muestra lleno de unas miserias que lo caracterizan de un modo mucho más humano.

En términos generales, prefiero esta ‘nueva’ versión a la ‘antigua’: es más verosímil, tiene un guión muy divertido (la escena de Mattie negociando el precio de los caballos y la de Couburn y LaBoeuf haciendo una competición de tiro-a-la-galleta resultan absolutamente hilarantes) y los actores hacen un buen trabajo: descomunal en su papel Jeff Bridges y muy bien Damon, siendo menos interesante la interpretación la (al menos, para mi) demasiado hierática Steinfeld.

Sólo hay un par de ‘peros’ a esta película: todavía no sé qué aporta la escena del extraño individuo envuelto en pieles de oso (el supuesto médico-dentista)… y no me gusta el final de la película (éste es el único punto en el que claramente me decanto por la ‘True Grit’ de 1969). Supongo que los hermanos Cohen, que habían apostado por un tono amargo y trágico en toda su película, consideraron demasiado ‘blando’ un desenlace como el de la anterior versión… opino que un final a medio camino entre ambos quizá habría sido el mejor. En cualquier caso, la película está muy bien y resulta una opción muy recomendable.

El film estuvo nominado, en la edición 2010 de los Oscar, en 10 categorías: Mejor Película, Director, Actor (Jeff Bridges), Actriz de Reparto (Hailee Steinfeld), Guión Adaptado, Fotografía, Dirección Artística, Vestuario, Sonido, Efectos Sonoros y Edición de Sonido. No gano ni una estatuilla (Steven Spielberg, productor ejecutivo de esta película, seguramente acabó recordando la edición de los Oscar de 1985, cuando su film 'El Color Púrpura' se fue de vacío... tras ser nominada en 11 categorías).

Un esperpento inaguantable de 107 minutos: eso es lo que nos ofrece 'Wild Wild West', una de las películas más estúpidas y absurdas que he tenido la desgracia de ver. La trama no tiene pies ni cabeza y el nivel interpretativo es ínfimo: Hayek se dedica a lucir su cuerpo, Branagh lleva la sobreactuación a un nuevo nivel y Kline resulta casposo en su papel de travesti; Will Smith hace de Will Smith: es decir, demostrar que es un tipo duro, con facilidad para conquistar a las mujeres y graciosillo... la mezcla de todos ellos es deprimente.

Más allá de la tosca actuación de Kline, Branagh y Hayek conviene decir que, si bien es el nivel interpretativo es penoso, ni siquiera es lo peor de la película: lo peor es comprobar como estos tres ¿actores? aceptaron participar en un proyecto tan abyecto, que rebajó el nivel de su dignidad a un nivel sólo comparable con el water que aparecía en el film 'Trainspotting': es lo que tiene venderse por un (muy abundante, cabe imaginar) puñado de dólares.

No voy a mencionar nada sobre los insufribles efectos especiales de la película... como tampoco merece la pena comentar nada ni de la silla de ruedas del doctor Arliss Loveless ni de la araña gigante mecanizada que aparece poco antes del desenlace final de este sub-producto. Tanto lo uno como lo otro es de chiste... y punto.

La justicia poética que existe en el mundo compensó el parcial éxito de taquilla (la película recaudó 22 millones de dólares, tras haberse gastado 170 millones en elaborarla) con una destacada presencia del film en los premios Razzies de 1999: ganó cinco premios (Peor Película, Director, Guión, Pareja en Pantalla y Canción Original) y estuvo nominada en otras tres categorías: Actor (Kevin Kline), Actor Secundario (Kenneth Branagh) y Actriz secundaria (por partida doble: Salma Hayek y el travestido Kevin Kline).

PD: Decir que esta película se basa en la serie televisiva 'The Wild Wild West', emitida en estados unidos entre 1965 y 1969, es como decir que Ana García Obregón posee un título de Biología.

'El proyecto de la Bruja de Blair' es, bajo mi punto de vista, el paradigma de película infravalorada. Una parte de la crítica la despedazó y otra la ensalzó: me resulta curioso que, en la edición 2000 de los Razzies, este film ganara un premio (a la Peor Actriz) y estuviera nominado en otra categoría (Peor Película)... y, en el Festival de Cannes, obtuviera el Premio de la Juventud a la Mejor Película Extranjera.

Bajo mi punto de vista, la película flojea en algunos aspectos... y en otros es simplemente brillante: en su intención por imitar los movimientos de cámara de video-aficionado, es cierto que se tiende a exagerar demasiado la inestabilidad del encuadre; del mismo modo, el algunos pasajes del film el diálogo resulta intrascendente (bajo mi punto de vista, para intentar darle una pátina de realismo al conjunto, mientras el espectador 'baja la guardia'... a la espera de lo que está por llegar).

Frente a estos inconvenientes, en el resto del metraje se nos ofrece un inquietante experimento cinematográfico, con un magnífico clímax ascendente y un final electrizante. Opino que nunca 22.000 dólares se invirtieron mejor en un proyecto cinematográfico (al menos, nunca de un modo tan rentable: el film recuadó 248.639.099 dólares en todo el mundo).

Básicamente, se nos ofrece un falso reportaje... porque todo comienza diciendo que los tres estudiantes desaparcieron en el bosque y que sólo se ha encontrado su filmación (una idea explotada anteriormente, por ejemplo, en el clásico del cine gore 'Holocausto Canibal'). A partir de entonces, comienza la historia. La propuesta no es original, pero sí efectiva.

Me considero un aficionado al cine de terror y puedo asegurar que uno de las principales virtudes es el el realismo que le confieren los actores... junto a la inteligencia de los responsables de la película, que supieron entender un concepto básico (bajo mi punto de vista): nada transmite mayor miedo al espectador que presenciar el miedo de uno de los protagonistas de una película...

... me refiero que, frente al absurdo cine de terror actual, que pretende asustarnos con zombies y vampiros, recurriendo a los superficiales trucos de siempre (un gato que sale de la penumbra, de forma inesperada; un cadaver que mueve sus manos, repentinamente) y que solo puede aspirar a sobresaltarnos durante un instante, en películas como 'El Proyecto de la Bruja de Blair' se nos presenta una situación cotidiana (casi anodina), en la que una serie de acontecimientos insólitos va minando la moral de los protagonistas y desbordando sus temores, al tiempo que la tensión del espectador aumenta, de forma paralela.

Lo dicho, la película logra su objetivo. Combina momentos épicos (las escenas de batallas) con varios gags humorísticos (básicamente, Dennis Storhøi en su papel de Herger) que no desentonan. La oración que se escucha en varios momentos del film ("He aquí que veo...") es, probablemente, el mejor momento de la historia... aunque depende del gusto de cada uno.

El desenlace de la película llega de forma demasiado abrupta, en mi opinión: los enemigos, al principio extremadamente fieros, acaban siendo presa fácil y su organización jerárquica se desmorona con excesiva facilidad, creo yo...

Hay también alguna escena 'forzada' (por ejemplo, el modo en que el personaje de Banderas aprende la lengua vikinga, cuando previamente ha demostrado ser incapaz de expresarse en latín o en griego); pero, en general, el film cumple bien con lo que promete previamente... y, a diferencia de otras películas de acción, en esta no tienen cabida ni unos diálogos absurdos ni un montón de anacronismos zafios (salvo alguna excepción a la que tampoco dedicaré un mayor comentario).

Estamos ante una de las mejores películas de todos los tiempos. A partir de una historia que podría ser propia de un telefilm, se despliega un ejercicio de virtuosismo interpretativo... una sobriedad narrativa... y una perfección en su guión que hacen de este film algo único e irrepetible. Hasta la canción 'As time goes by' ha quedado para la historia cinematográfica.

Excepcional papel de Bogart y magnífico trabajo de dos secundarios: Claude Rains, dando vida al Louis Renault, un corrupto y amoral capitán de la gendarmería francesa en Casablanca; y Peter Lorre, con un minúsculo papel en el que interpreta al despreciable Ugarte. Convincente en su actuación Henreid y muy intensa Bergman, como una mujer confundida... que ama a Rick y admira a Lazslo.

La película tuvo muchos problemas con la historia (hubo contínuos cambios de guionistas... y tanto los actores como el director desconocían cómo iba a terminar todo) y no dispuso del presupuesto de otras grandes producciones de la época. Sin embargo, posee un magnetismo irresistible y se mantiene la emoción desde el inicio hasta el final.

Bajo mi punto de vista, 'Casablanca' posee la mejor escena de toda la historia del cine: el momento en el que los mandos alemanes cantan el 'Die Wacht am Rhein' y Lazslo reclama a los músicos que toquen 'La Marsellesa'... el espectáculo visual y sentimental que se desata cuando se le unen las voces del bar, engullendo los acordes del himno nazi, es insuperable: la atronadora voz de Henreid... las lágrimas de Madeleine LeBeau (Yvonne, en la película), una francesa que había huído de su país tras la llegada de los nazis... la respiración entrecortada de Bergman... todo el montaje es maravilloso y consigue emocionar. Y es que se nota que muchos de los extras que actuaban en esa escena, que se rodó durante la II Guerra Mundial, eran auténticos refugiados que habían dejado atrás el horror alemán.

En los Óscar de 1943, la película ganó tres premios: Mejor Película, Director y Guión Adaptado'; además, estuvo nominada en otras 5 categorías: Mejor Actor (Humphrey Bogart), Actor de Reparto (Claude Rains), Fotografía, Montaje y Banda Sonora.