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España España · Valladolid
Críticas de vircenguetorix
Críticas 1.091
Críticas ordenadas por utilidad
7
17 de mayo de 2008
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inusual película de cine negro en tono documental sobre un suceso real que asombró a los Estados Unidos y que se conoció como el caso del papel de Shanghai y en el que el Departamento del Tesoro puso todos los medios a su alcance para desmantelar la peligrosa banda con la infiltración de dos agentes dentro de la organización mafiosa.

Una de las grandes preocupaciones del gobierno federal fue de siempre el tema de la evasión de impuestos, delitos fiscales y falsificación de moneda, por estos temas fue Al Capone a la cárcel y para concienciar de ello y promocionar a los policías que trabajaban en dichos asuntos, durante los años cuarenta hubo un popular cómic que se titulaba como la película T-Men.

Este tipo de subgénero siempre ha gozado de la estima del público norteamericano y para que se hagan una idea sería una especie de aquella protagonizada por James Stewart titulada “El FBI contra el imperio del crimen”, aunque menos propagandística y más oscura y opresiva.

Protagonizada casi en su totalidad por actores casi desconocidos que hacen más real el aire semidocumental, destaca muy especialmente la fotografía y encuadres de John Alton con el que recorreremos los bajos fondos de ciudades como Detroit o Los Ángeles, aunque será en interiores donde encontraremos las mejores imágenes. Aunque no fue la fotografía sino el sonido el que fue nominado al Oscar.

Es la primera buena película de Anthony Mann tras unos titubeantes inicios –junto con “El Gran Flamarión”- que se confirmará en los años 50 sobre todo en otro género mayor, el western.

Recomendable para amantes de los film noir.

La nota clavada: 6,8
vircenguetorix
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8
29 de octubre de 2009
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El momento más álgido de la carrera de Nicholas Ray, coincidió también con su paulatino ocaso. Después de rodar “Rebelde sin causa” y una semana antes del estreno, James Dean fallecía en accidente de tráfico.

Aquello le afectó en sobremanera, entre ellos había surgido una fuerte amistad, y las malas lenguas dicen que Ray, bisexual, sentía atracción por Dean, bisexual también. Al margen de esto, se puede decir que empezó con sus problemas de drogas, de juego… de autodestrucción.

Su siguiente película, “Más poderoso que la vida”, pasó totalmente desapercibida en Estados Unidos, demostrando que triunfar con el cine de autor allí era una quimera.

Unos años después, desde el otro lado del Atlántico, unos jóvenes franceses que habían creado la “Nueva Ola” reivindicaron a Ray y a esta película. Sin ir más lejos Jean-Luc Godard decía que el cine era Nicholas Ray, y no le faltaba razón. Con el tiempo en Norteamérica se ha ido recuperando la importancia de este extraordinario director y personajes de la talla de Martin Scorsese ha incluido en repetidas ocasiones a “Más poderoso que la vida” dentro de su docena de películas favoritas.

Yo no llegaré a tanto, pero es evidente que es una obra muy grande, con una dirección de actores extraordinaria, literalmente James Mason, que es además el productor, lo borda pero es que Barbara Rush no se queda atrás en el mejor papel de su carrera. Atención a la casa, un personaje más dentro de la película, decorada y filmada de forma magistral.

Una historia emocionante, hermosa y ejemplarizante sobre la familia, el dolor, la enfermedad, las drogas y el amor que todo lo puede.

Nota: 7,8.
vircenguetorix
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7
8 de febrero de 2009
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los años sesenta en Estados Unidos comenzaron a aflorar todo tipo de grupos sectarios de corte satánico y luciferino, que llegaron con la libertad religiosa de la época. Muchas noticias aparecían a diario en los medios de comunicación referentes a estos temas, tales como sacrificios, misas negras y demás actos diabólicos.

El cine, uno de los mejores periódicos de la sociedad del siglo XX, no tardó en ocuparse de estos asuntos rápidamente. Quizá la más conocida fue “La semilla del diablo”, pero otras muchas se realizaron con tramas parejas. Del mismo año que la anterior, 1968, es “La novia del Diablo”, una de las mejores películas de la madurez de la Hammer, mucho más compleja, ambigua, barroca y diferente de lo solían ser sus películas habitualmente.

Una de esas diferencias más notables es que hasta Christopher Lee hace de héroe y no de villano, ofreciéndonos un papel lleno de matices y dobles lecturas.

Pero es el punto de partida del guión lo que la hace a esta película tan especial. Una de las novelas ocultistas de Dennis Wheatley, uno de los mayores expertos en el tema, hace que el material sea de un valor a mayores comparado con otros guiones de la Hammer más cercanos a historias más simples y lineales.

Es un terror más maduro y trabajado y por lo tanto produce más angustia su visionado. Si antes mencionaba la interpretación de Lee, hay que resaltar aún más la de Charles Gray, en el papel de brujo satánico, que resulta estremecedor con esos ojos azules.

El director, ese grande del género que fue Terence Fisher, nos ofrece con maestría como rodar en interiores, pero es que además nos brinda desde persecuciones de coches a travellings de gran valor. A pesar de que siguió haciendo cine, esta es probablemente su última gran película.

Altamente aconsejable al público en general y referencia obligada para los amantes del cine de terror.

Nota: 7,2.
vircenguetorix
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6
27 de octubre de 2008
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
No miento en absoluto si digo que “Memorias del ángel caído” tiene algunos de los momentos más lúcidos de todo el cine español de terror de la década de los noventa.

Su ingenio para desarrollar el brillante punto de partida, su malsana atmósfera, su absoluto desprecio por ciertos convencionalismos –aquí no hay historia de amor ni gente joven ni guapa- y un elenco de actores veteranos pero extraordinarios, la convierten por derecho propio en lo mejor de su tiempo en la materia del cine patrio.

Desgraciadamente si la primera hora larga asistimos a una película notable, con intensidad y fuerza de las que se recuerdan, en su último tercio se va cayendo hasta su efectista y tosco final, que no pasaría de un aprobado raspado siendo generosos.

Una pena que uno pueda cargarse una película tan bien llevada durante la mayor parte del tiempo, demostrando una falta de madurez enorme por parte del dúo de directores, también guionistas, que recuperaron su bisoñez en el momento menos oportuno. Posteriormente ninguno de los dos ha dado muestras de resurgir ni de encontrar los instantes de buen cine que aquí nos regalan.

Por destacar a algún actor me quedo con Juan Echanove y Héctor Alterio, aunque el resto raya a un buen nivel también.

En definitiva un producto muy interesante hasta que deja de pronto de serlo.

Nota: 6,2.
vircenguetorix
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7
6 de setiembre de 2006
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maravilloso Glenn Ford realizó con este su último western en el año 1969 cuando el género estaba agonizando en EE.UU y solamente los espaguetis de Leone y el western-violento de Peckinpah se hacían un hueco entre las cientos de producciones que se estrenaban todos los años.
En esta cinta tenemos el debut de un estupendo David Carradine ("Malas calles", "Forajidos de leyenda", "Kill Bill") que demuestra desde el principio que los papeles de malo lo borda.
También una de las primeras películas de una atractiva Barbara Hershey ("La última tentación de Cristo", "Hanna y sus hermanas") en el papel de una joven india que se queda huérfana y es recogida por el señor Ford.
Destacar el guión potente de Richard Carr, un tipo que ya había trabajado con Don Siegel en "Comando", y la dirección de un desconocido Lee H. Katzin que sin embargo hace un trabajo sensacional, años después rodaría su película más conocida junto con Steve McQueen titulada "Las veinticuatro horas de Le Mans", aunque peor que esta que comento.
La mezcla de predicadores, pistoleros, ovejeros, vaqueros, rancheros, mujeres, violaciones, prostitutas, venganzas...hacen un film fascinante, sin lugar a dudas de los mejores de ese estilo Peckinpah (de ese año es también "Grupo salvaje") que proponía un oeste más crudo y duro del que hasta ahora lo mostraban los clásicos. Glenn Ford da toda una muestra de saber actuar de pistolero a pesar de tener ya 50 y pico años y una barriga prominente, sin embargo vuelve a dar su lección de cine.
Western tremendamente recomendable, a rescatar del olvido en el que se encuentra y que demuestra que en los sesenta no se produjo la muerte del western sino el nacimiento de un nuevo western más comprometido con valores como la ecología, pacifismo o el feminismo, tratados de forma más realista.
vircenguetorix
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