Este cortometraje, uno de los primeros trabajos fílmicos del realizador mexicano Guillermo del Toro es un buen chiste aunque muy floja película. Un chico que no sabe nada de geometría invoca a un demonio para que le conceda dos deseos, que no vuelva a reprobar geometría y que su padre regrese del mundo de los muertos. Para ello debe hacer un pentágono con su propia sangre. ¿Qué puede pasar?
Más allá de la historia, que es como un trabajo de bachiller, se reflejan los temas habituales de del Toro: el Bien y el Mal, los demonios, las almas oscuras, los juegos con el Más Allá. En fin, este es un trabajo de trámite para lo que ha sido la historia de uno de los grandes del cine mexicano reciente.

Esta película, entretenida y dinámica en su planteamiento, tiene muchas posibles interpretaciones sociales, pero solo una que realmente tenga poder: el valor de educar.
Nosotros los nobles es una película en la que se subraya el poder de los acontecimientos aleccionadores para dar la verdadera cátedra de educación que necesitan las nuevas generaciones. Hay algo de frivolidad en la manera en que se encaran los personajes principales, el padre y sus tres hijos, pero precisamente este condimento es el que hace que los espectadores sintamos la inclinación a comprender las moralejas que quiere dejar esta historia.
Aunque todo está mostrado en la manera de un filme de pleno siglo veintiuno, recién me entero, tras ver la película, de que esta historia pertenece originalmente al teatro español. Su autor, el no muy mentado Adolfo Torrado (1904-1958), escribió sobre un viudo al que sus herederos van lentamente diezmando tanto en el ánimo como en su riqueza. De allí surgirá la idea de darles una buena lección para aprender lo que realmente cuesta vivir y mantener el fruto del trabajo. Lo bueno es que la película y la obra dramática van sobre lo mismo aunque sus esfuerzos redunden en hacer creíbles sus argumentos para distintos públicos. A la par, Luis Buñuel hizo la primera adaptación fílmica de la obra teatral -cuyo nombre es por cierto El gran calavera- en 1949.
La historia, pues, que nos cuenta aquí Gary Alazraki tiene la salvedad de ser una grata adaptación para seres humanos que, por donde se les mire, siempre tendrán las mismas inclinaciones así el decorado sea completamente distinto.

Heráclito había dicho, según referencias de la filosofía clásica, que nadie se baña dos veces en el mismo río. Frase célebre por la cual el gran pensador griego se ganó un espacio influyente en el panorama de las ideas. Recordamos también que a esta especulación se oponía la de Parménides, que decía que los cambios son solo aparentes porque, en esencia, todo permanece. El debate quedó abierto.
The Place Beyond the Pines es una película en la que se plantea ese mismo debate. La vida cambia... la vida permanece. Las transformaciones son más de lo mismo. Lo mismo es el cambio. Nos ubicamos en el plano de una aporía en la que cada uno tiene que resolver el asunto. Este "cruce de caminos" es un relato muy interesante sobre cómo la existencia se ve atravesada por las ventajas y desventajas del juego mismo de llegar al mundo bajo diferentes ánimo y crianzas. Los personajes están muy bien concebidos y sus retos emocionales son muy convincentes. Sobre todo, en este caso, el de Ryan Gosling.
The Place Beyond the Pines es un filme que se deja ver con mucha altura, que lentamente va convenciéndonos de que algo profundo está ocurriendo en la historia y que somos espectadores que participamos de la vida con una extraña delectación por no saber si vamos o ya fuimos.

Este es el primer acercamiento que hago a varias figuras de la historia británica medianamente reciente. En primer lugar, está el político Lord Longford, una figura emblemática del catolicismo inglés que contaba como parte de su vida ser, a lo mejor, el político que más iba a la cárcel a visitar presos. Decía que era una de las cosas con las que mejor se había sentido a lo largo de su vida.
En segundo lugar, está Myra Hindley, una extraña mujer, psicópata, criminal, convertida al catolicismo -o al menos eso se puede entender en algunos elementos narrativos del filme. En otros, no-, mujer del no menos criminal Ian Brady y amante de una sus guardianas en la prisión.
En tercer lugar están los crímenes de los paramos (Moors murders), una serie de asesinatos y violaciones sobre niños ocurridos entre julio de 1963 y octubre de 1965. Los autores del macabro crimen: la pareja Brady-Hindley.
La película va sobre las extrañas relaciones del católico y muy moralista Longford con la encarcelada Hindley, a quien el político visitaba. También visitó a Brady, mucho más agreste en su forma de ser y sarcástico en sus comentarios sobre la vida tanto de Longford como de Hindley. En la película es el criminal quien llama Lord Porn al político precisamente por sus arrestos de moralismo contra todo lo que tuviera que ver con la prostitución y la pornografía.
Es una buena película, con una gran actuación de Jim Broadbent en el papel del Lord y con una tremenda historia de locura y tristeza. Longford es un documento importante para rastrear un pedazo de la historia inglesa.

Side Effects comienza con esa breve escena en la que la sangre mancha el piso de la cocina y de la sala. Hay un regalo sobre una silla y todo parece indicar que algo macabro ha ocurrido. Luego, tras la anticipación narrativa, nos devuelve en el tiempo tres meses atrás para comenzar a indicarnos por dónde deben ir nuestras expectativas. A pesar de la jugada inicial, sencillamente nos dejamos llevar por el relato de la depresión y el uso de los antidepresivos sobre Emily (Rooney Mara) y contamos nítidamente con el ambiente cultural y clínico para captar que las cosas no están saliendo bien en su vida, ni en su entorno. Y esa es una parte del filme. Candorosos, casi ingenuos, el espectador y el filme se van de la manito hacia las más sencillas conclusiones.
Pero las cosas comienzan a salirse de cauce y el filme cambia de objeto. Pasamos del drama a una aventura criminal impresionante que a nadie deja indiferente. Sin revelar más, solo puedo decir que se trata de una gran película, con muy buenas interpretaciones y una historia inolvidable.