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España España · Madrid, Jaca
Críticas de jaly
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Críticas 779
Críticas ordenadas por utilidad
10
10 de abril de 2007
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dawson Crece supuso un hito de audiencias y fenómeno Fan en Estados unidos ante todo, debido a la certeza con la que presentaba a una serie de personajes que se enfentan al dificil proceso de madurar, de convertirse en adultos y salir de una pequeña localidad ficticia de la costa este de EEUU. Pero los problemas a los que se enfrentaban los protagonistas de esta espléndida serie eran, son, y serán universales y ahí radica el secreto de su éxito. Presentada como una sere juvenil fue mucho más que eso, al adentrarse durante 6 años en la compleja psicología de sus personajes, los cuales fueron evolucionando conforme pasó el tiempo hasta llegar a uno de los finales más emotivos que haya dado la televisión.
La serie comienza con Dawson, un joven soñador y amante del cine que vive en una pequeña localidad costera y comparte su tiempo con su mejor amigo Pacey, menos simple de lo que parece, y su mejor amiga Joey, obligada a madurar por sus problemas familiares, prácticamente huérfana y con una familia que mantener. Su tranquilidad se rompe con la llegada de Jen, una joven de Nueva York enviada a modo de castigo a pueblo por su pronta relación con el sexo y las drogas, consecuencia de una tambaleante estabilidad emocional. Al pasar los años se incorporán nuevos personajes, como un joven que vive su sexualidad de manera confusa o una joven que lucha por salir de la depresión, y ya al llegar a la universidad (una apuesta arriesgada de la serie, ya que Campeside, el pueblo, se había convertido en un personaje más), las parejas y nuevos amigos de los protagonistas. Así mismo también se mostró la relacion de los protagonistas con sus padres.
Si algo se recordará de esta serie es la madurez e inteligencia con la que estaban presentados sus personajes y las relaciones entre ellos. Emocionantes fueron los caminos que siguieron Dawson con sus padres, con sus mejores amigos, todos ellos con sus ambiciones, que a menudo chocaban con la realidad. La relación de Joey con su hermana o con los dos amigos que le dividió el corazón y sobre todo el personaje sorpresa y estrella involuntaria de la serie: Jen, su relación con su abuela, atormentada por la vida y encarnada de manera maestra por Williams, al igual que todos los demás actores en los mejores papeles de sus carreras, encarnados con maestría y sensibilidad por todos ellos.
Recordamos también su preciosa fotografía y su gran Banda Sonora, tanto el score como los temas pop que presentaron a muchos artistas como Norah Jones o Damien Rice.
Para todo aquel que haya querido amar, crecer, y simplemente, vivir
jaly
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9
13 de noviembre de 2009
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nuevo triunfo de la magnífica cadena estadounidense HBO, capaz de tomar historias y actores que incluso para el cine se quedan grandes.

Grey Gardens me sorprendió profundamente por la insólita historia que cuenta, de la que tenía total desconocimiento, pero que no puedo parar de investigar tras haberla conocido. Se nos cuenta el avatar vital de una madre (Edith Ewing Bouvier, Jessica Lange), y una hija (Edith Bouvier Beale, Drew Barrymore), integrantes de una influyente saga americana, millonarias y excéntricas mujeres con ansias artísticas, que por determinadas circunstancias acabaron viviendo todos sus días en la vieja mansión familiar, en los East Hamptons neoyorquinos, rodeadas de basura, podredumbre, locura y soledad, pese a el esplendor de su pasado, y a su cercano parentesco con la mismísima Jaqueline Kennedy.

Tal historia, que fue rescatada en un mítico documental en 1975, provoca tal cantidad de emociones en mí, que me sorprende su total desconocimiento. Asistimos en Grey Gardens a la caída libre de dos mujeres hacia el abismo de sus propias soledades. Ambas, a pesar de sus privilegios sociales, de su afán de arte y estrellato, por circunstancias vitales como el hecho de ser mujer, u otras más personales como tener dos caracteres inestables, y hasta cierto punto, posesivos y dependientes, se ven abocadas al encierro a perpetuidad, recluidas en sus propios rencores y sueños rotos, en las pasiones que dejaron atrás y no pudieron llevar a cabo, en el recuerdo de una vida que no se dio ni se dará, y en el desánimo y la apatía que se apodera de allí donde viven, como termitas en madera muerta. La cochambre en la que pasaron la mayor parte de sus años de vida, no es más que un reflejo del estado interior de su ser.

Tal historia, triste y desgarrada, es contada en Grey Gardens con un cuidado espectacular, apoyado en un diseño de producción espléndido, y sobre todo, la piedra angular de la cinta, en dos actrices extraordinarias.

Tras rescatar alguna imagen de las dos Ediths “reales”, aprecio, más de lo que había visto, el sobrecogedor trabajo de Lange y Barrymore, a la altura de otras resurrecciones como las de, sin ir más lejos, Marion Cotillard como Edith Piaf o Sean Penn como Harvey Milk.

(Sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaly
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7
25 de setiembre de 2009
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alan Parker es un cineasta que politiza todas sus obras pero cuya máxima aspiración no parece ser la crítica social o política, sino el entretenimiento de consumo masivo. Hay a quien esto le hará sacar humo por las orejas, pero personalmente todas sus obras me parecen entretenidas y mucho más decentes que las de otros cineastas “de calidad”, que parecen películas rodadas con la única ambición de discutirse en forums de intelectualoides.

Porque el cine ante todo es el arte de entretener, y eso no se le puede reprochar a Parker. Y si además de entretener, consigue tocar realidades del mundo de hoy, pues mejor que mejor. Realidades como esta, la Pena de Muerte, que en Europa nos parece lejana, como de civilizaciones a años luz en la historia, pero que está tan cerca como un vuelo de avión y un trayecto por carretera de menos de 24 horas. Pues la ley de los hombres se quiere equiparar a la de Dios dando vidas, y quitándolas.

Parker retrata muy inteligentemente esa América de la Pena de Muerte con feísmo y claroscuros: Nueva York, o los planos antes de toda la sucesión de acontecimientos que llevan a nuestro protagonista al corredor de la muerte, están filmados con bella luz del día, árboles, parques, limpieza; los planos que cuentan la caída libre de David Gale, y la intrusión de Bitsey, la periodista, en ese mundo cerrado de mentalidades retrógradas y violencia a la vista e interior, están filmados con días lluviosos, barrizales, pobres viviendas.

La Vida de David Gale cuenta una historia de honor y de fanatismo, de defensa por la propia vida y de sacrificios sobrehumanos por el bien común. Y pese a todos los grandes temas que trata no consigue convertirse en una obra magna tal vez porque los trata de manera un tanto superficial, quizá por miedo a no quedar trascendente. Pero una película con semejante temática necesita grandes intérpretes para que sea creíble, y aquí reside el gran logro de la cinta, en las interpretaciones de Spacey (contenido y arriesgado), Linney (maravillosa y sensible) y Winslet (carismática y entregada). Sin ellos tres la película habría bajado varios puntos, pero sus comprometidas actuaciones son tan geniales como suelen serlo en todas sus carreras.
jaly
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7
7 de mayo de 2011
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Another Country, basada en la obra de teatro homónima de Julian Mitchell a su vez inspirada en la vida de Guy Burgess, es un buen ejemplo de la fusión entre la clásica tradición académica británica y el algo más arriesgado cine independiente planteador de temas originalmente tabú en la cinematografía de cualquier país.

Porque Anothe Country cuenta la muy interesante historia de dos jóvenes aislados y repudiados pese a su alto estatus social, uno por sus preferencias sexuales, y otro por su ideología política. Así, la historia es una original aproximación a dos apátridas de una sociedad clasista, en el microcosmos de una escuela de alto nivel inglesa. Ambos viven bajo el yugo de la opresión de esa sociedad, y ambos luchan día a día por ser como no pueden evitar ser, y llevarlo con principios, honestidad y la verdad por delante.

Pero como es bien sabido, la libertad es un bien muy codiciado, pero poco otorgado, incluso en culturas tan aparentemente civilizadas como la inglesa del siglo XX.

Sin embargo, tan apasionante historia no llega a trascender la pantalla en parte por las evidentes restricciones que se impondrían a un guión demasiado arriesgado en tiempos en que el cine independiente no gozaba, precisamente, de tanta libertad como hoy en día. Por eso el filme está teñido de un halo romántico que suaviza las asperezas de la trama, y de elipsis que obvian los detalles más escabrosos de la misma.

Pero Another Country no deja por ello de ser un placer para los sentidos, por su inteligencia, su lucidez, su sutileza y sus excelentes interpretaciones (de hecho, el trabajo de Rupert Everett es de lo mejor que ha realizado en toda su carrera).
jaly
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8
6 de julio de 2009
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede verse El Príncipe de las Mareas con muchos prejuicios, y la película no gustará. La figura central es alguien tan controvertido como Barbra Streisand, se trata de un melodrama romántico – operístico como los de antes. Hay puestas de sol preciosistas y musicón extradiegético que subraya cada emoción de sus protagonistas. Es una historia de Amor, de Familia y de Perdón con mayúsculas. Si, es cierto. Pero además de todo esto, es una gran película. Sus personajes no son de una pieza, sino más bien poliédricos y completos, su narración es profesional, emocionante y muy entretenida. Su puesta en escena es elegante y sin fisuras. Y sus temas de estudio son profundos, no de modo tracidionalista, y cargados de matices.

Basándose en la relación que se establece entre un cínico e infeliz sureño (impagable Nick Nolte, que disfruta de lo lindo con su emocionante y completa interpretación, acento incluido) con la psicóloga (Streisand, muy en su papel, sin meterse más protagonismo, creíble, emotiva) judía, adinerada, neoyorkina e infeliz, de una hermana escritora que va por su tercer intento de suicidio, los secretos de la familia de Tom Wingo – Nolte – saldrán a relucir revelando un traumático pasado de la familia llevó a los tres hermanos que eran a la desintegración emocional de todos ellos y a un lastre de dolor que han arrastrado todas sus vidas y sus relaciones.

Streisand se basa en esta relación – bomba para diseccionar los efectos del paso del tiempo, de las diferencias sociales y económicas de la sociedad, de las relaciones fracasadas, la madurez y la felicidad, de manera adulta y emotiva tratando con un material literario de primera, una historia que puede conocer muy bien y un reparto de altura, empezando por ella misma (mucho mejor actriz de lo que se le ha reconocido), por un perfecto Nolte, en una inmensa y probablemente su mejor interpretación, y grandes secundarios, entre los que destacan dos retratos muy diferentes de mujer en dos actrices secundarias de inmenso talento: Blythe Danner y Kate Nelligan.

Un drama maduro y académico rodado con elegancia, y con una trama y unos objetivos perfectamente identificables para cualquier adulto – medio del mundo, aunque no sea norteamericano, o no viva un romance con Barbra Streisand.
jaly
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