Doce años llevaba Jane Campion sin filmar un largometraje, y visto el resultado no se puede decir precisamente que haya perdido el pulso necesario para llevar estos adelante de la manera más óptima posible. 'El poder del perro', que también escribe -adaptando una novela de Thomas Savage-, es una más que interesante y notable película, de esas con historia sutil para ir descubriendo a fuego lento (y más concreta de lo que imaginaba), envuelta además con excelente ambientación y factura visual.

En el aspecto interpretativo, Cumberbatch está estupendo y no dudo que merecerá más que probablemente el Oscar que creo que no le darán... en beneficio de una estrella mayor con la que se considera absurdamente que hay deuda, como pasa tantas veces. Dunst y Plemons también bastante bien en sus papeles, pero la sorpresa (relativa, porque ya había demostrado talento de niño en 'La carretera' o el remake de 'Déjame entrar', o más adelante en 'El congreso' o 'Slow West') viene del joven Kodi Smit-McPhee.

Un regreso de altura el de Campion, que más que probablemente será recompensado con el tercer Oscar de Dirección a una mujer.

Desde la Seminci 2021:

El jurado presidido por Deepa Mehta ha querido reconocer con la Espiga de Oro la simpatía de la película india 'Last Film Show', un agradable y cinéfilo “Cinema Paradiso” hindú que no se esfuerza en disimular tan descarado referente, al estar protagonizada por un niño amante del cine del que se narra, entre otras vicisitudes de su vida, su relación con el proyeccionista del cine de su pequeño pueblo.

Tiene un tono buenrrollista y entrañable, pese a mostrar -veladamente- algunas dramáticas realidades de una sociedad tan atrasada y desigual como la india, demuestra tener una buena capacidad de observación de costumbres y ambientes (se recrea, por ejemplo, en la preparación de las comidas amorosamente elaboradas por la madre del pequeño protagonista), y emana cinefilia debido a su trama principal, sublimando la experiencia del goce colectivo que supone ver una película en la gran pantalla, aunque estas sean bazofias de las que se hacían (y hacen) como churros y cutremente, y cuya selección mostrada en la película es hilarantemente desastrosa.

Una bonita y positiva película que, como en tantas otras ocasiones, no era en todo caso la mejor de las aspirantes al máximo premio.

Desde la Seminci 2021:

En la principal sección paralela, ‘Punto de Encuentro’, se han presentado propuestas de todo el mundo, sobresaliendo la francesa 'Mis hermanos y yo', protagonizada por un majísimo chaval de 14 años amante de la opera y admirador de Pavarotti, quien nos cuenta en primera persona su vida cotidiana y ambiente en una población del sur de Francia, con una madre enferma y tres hermanos mayores intentando lidiar con su día a día como pueden, sin poner pegas ni reparos a trapicheos y actividades ilegales.

El tono se acerca en ocasiones al de las denominadas "feel good movies", aunque sabe sortear el no deseable sentimentalismo que estropea muchas veces películas así. Sí que apuesta por la frescura y simpatía que le da su protagonista para aliviar la intensidad dramática de la situación familiar que se nos presenta. Y quizá a más de uno incluso se le escape una furtiva lágrima...

Esta película ha conseguido el mérito casi insólito de ser la favorita del jurado de la sección y al mismo tiempo la del público, que le han otorgado sus premios respectivos.

No siempre me gustan o interesan este tipo de propuestas del cine radical y transgresor, ese que parece concebido para provocar reacciones viscerales en el espectador, pero esta segunda obra para el cine de su autora (de la que no me convenció mucho 'Crudo') sí me ha gustado. Me daba miedo por lo leído previamente, desde su descubrimiento en Cannes, pero al mismo tiempo confiaba en que pudiera convencerme, y lo ha hecho.

Y ha sido así por numerosos motivos: por creativa, por atractiva, por original, por fascinante -no solo visualmente-, por sus personajes y los intérpretes que los encarnan, por sus (posibles) lecturas e interpretaciones (me gusta la de marksinosuke, aunque sea eso, una interpretación), por su concepción, por su diseño, por sus potentes imágenes, por su premisa argumental, por su arranque, por inquietante, por su anticonvencionalidad, por su realismo mágico...

Un matrimonio en crisis, interpretado por "Steve Carell" y "Charlotte Gainsbourg" (no, edusaenz, no eres el único :D), un hijo soldado con problemas de conciencia, un puesto fronterizo en medio de la nada, donde lo más emocionante es abrir la barrera para que pasen los dromedarios de la zona...

Muy buen drama israelí, impactante en varios momentos, y sentido en sus momentos de diálogos ente los -inspirados- intérpretes. Muy inteligente y sorprendente la estructura narrativa del guion, también. Y para rematar, gran realización y fotografía, con estupendas imágenes.

Sólo le pongo algo de pega al ritmo, en ocasiones algo discutible, pero en parte justificado por el drama de los personajes.

Un cineasta a seguir este Samuel Maoz, que con tan sólo dos largometrajes ya colecciona leones de la Mostra, y ya tiene la parejita, el de oro y el de plata.