El guión es malo porque apenas apunta datos históricos. Para comprender lo que pasó se necesita más información sobre la revolución del 68 y sobre la historia y personalidad de Prim. Aquí aparece como un arrogante cabronazo que no escucha a nadie y se cree lo más grande en defensa de los intereses monárquicos, pero jamás de los borbónicos. ¿Por qué? ¿Qué pasó con los borbones antes del 68? ¿Por qué Prim traiciona los intereses de aquel movimiento? No hay nada, todo es muy convencional.
A su favor una buena realización. Del gran elenco sólo se salvan los que tienen mejores personajes: Víctor Clavijo y Pedro Casablanc. Javier Godino encara al Pérez Galdós novelista incipiente, esforzado periodista, como si fuera un adolescente sin garra. No se reconoce al gran personaje.

Una película con buen empaque que desaprovecha un reparto de grandes actores de teatro que se adaptan al cine y la televisión con mucho talento. Eso sí, las caracterizaciones, la ambientación y el vestuario son muy buenos.

Un guión pésimo porque la película va de documental hasta la hora 45 minutos en que empieza de verdad cierta dosis de suspense. En general mezcla géneros pero la intriga brilla por su ausencia: como romántica es terriblemente convencional con un final de publicidad de perfume; los personajes se han visto miles de veces en el cine, pero es que además no hay desarrollo realmente interesante. Todo el interés se basa en las bien rodadas escenas de acción y en los paisajes.

Se me hizo muy aburrida porque estuve esperando que empezara todo el tiempo. Entretenido con los vaivenes, pero no encuentra nunca el tono adecuado. Penosa con un elenco magnífico que no cunde en absoluto.

El policiaco funciona con mucha atmósfera, precisión y buen suspenso. Aprovecha bien los tópicos del género y resuelve con eficacia los momentos álgidos en donde todo el entramado podría desbarrancarse.

La pareja protagónica funciona bien, pero el mayor impacto es ver a Enrique Pinti en un personaje completamente alejado de sus habituales monólogos; un trabajo estupendo en un contexto de serie negra impecable. La película es notable, pero en cualquier caso valdría la pena sólo por ver a Pinti en una composición atípica.

Por otra parte, el final es sorprendente, aunque se llega a él con la sensación de que será previsible.

Los protagonistas Pierre Niney y Guillaume Gallienne son grandes actores del sacrosanto teatro parisiense de la Comedie Française y se nota. Pero lo más excelente es lo bien que resisten los primeros y segundos planos, el arte de la interpretación cinematográfica.

Si las emociones son contenidas, como las relaciones sexuales omnipresentes en el último tramo, es porque las luces y sombras de un ser autodestructivo, bajo tratamiento como maniaco-depresivo así lo imponen: un deslizamiento hacia el horror que apenas se vislumbra.

La película cautiva porque está realizada —con una fascinante banda sonora— con un cuidado exquisito en todos los aspectos, una elegancia formidable a la par de los diseños del célebre modisto.

No pasa del notable porque el desenlace no está a la altura, demasiado brusco. Pero todo lo demás sumamente interesante. Desde el comienzo ya se dice que el protagonista ha muerto, lo que nunca se dice es que, a pesar de lo autodestructivo que fue, falleció a los 71 años y llevaba 16 años separado de su pareja-amigo y socio.

Es, en definitiva, una atractiva introducción a la vida de un creador genial que hizo una gran fortuna en el "chaleco de fuerza" de una pertinaz depresión.

Los diálogos, con una estructura eficazmente teatral, son acertados, tienen ritmo, y un defecto en la mayoría de los casos: la pasividad de los hombres y el tono implacable, seguro, decidido de las mujeres, en algunos casos con buena dosis de mala leche.

Hay un solo caso, el de Luis Tosar, en que se sustituye al hombre bobo, débil de carácter, tontorrón a más no poder por el cínico.

Todo lo demás es una sucesión de escenas con personajes de moderado interés, algunos de lo cuales se encuentran al final. Nada de esto tendría valor sin este reparto formidable, de lo mejor del cine nacional. Con la colaboración de Ricardo Darín.