¿Soy yo, o todo el mundo ha enloquecido?. ¿Cómo puede esta película tener las críticas que tiene?, ¿cómo puede ser elogiada como obra maestra o superar al Joker de Todd Phillips en los Oscar?

Tiene un buen arranque, interesante y correctamente planteado, pero sin más. Luego un desarrollo decepcionante y un desenlace caótico y nefasto.

Como digo, la primera parte consigue despertar el interés con una idea y un tratamiento de la misma que hace pensar que las buenas críticas cosechadas no eran del todo desacertadas. Error. Hacia la mitad de la historia se produce una irrupción o giro de guión que bajo mi punto de vista echa por tierra lo poco bueno que contenía la obra, para hacerla desembocar en un sinsentido cada vez más desordenado e incoherente (¿Oscar al mejor guión?, alucino). En los 20 minutos finales, Bong Joon-ho va tan pasado de vueltas, que ya le da igual que todo acabe en una absoluta barrabasada nada creíble y tan llena de agujeros argumentísticos que ya no hay por donde cogerla.

Las actuaciones, al igual que todos los demás apartados del film son del montón, están bien pero no para tirar cohetes. Como comedia negra es floja, como drama no cala y como crítica social no posee ningún rigor. Pero quizás sea yo el que ha enloquecido.

Sorprendente apuesta de, la cada vez más estereotipada y repetitiva, Netflix. Se desmarca de todo su catálogo, (lleno de formatos e ideas mil veces trillados) con una serie de 8 capítulos distinta de lo que habitualmente nos ofrece. Distinta por transgresora, por estar destinada claramente a un público mucho más minoritario y, lo más importante, por tener un gusto cinematográficamente hablando muy por encima del resto de sus propuestas.

"Nuevo sabor a cereza" se encuentra en ese tipo de trabajo que gusta a los que ven más allá del argumento y el puro entretenimiento. Es verdaderamente un trabajo de autor, donde el concepto personal a la hora de afrontar el relato prima más que el relato en sí, y eso es todo un alivio entre tanto cliché. Se ha hablado de su semejanza a Lynch y Cronenberg, totalmente de acuerdo, no lo oculta, es más homenaje que plagio. Veo un Lynch más accesible, un Cronenberg más sutil, se puede decir en ese sentido que se queda corta, pero lo hace desde el buen gusto, con visión vanguardista, porque, a pesar de algún momento más tedioso, la serie engancha e innova dentro del panorama televisivo.

Resumiendo: bien realizada y con un gusto estético que es una delicia ,actuaciones de primer nivel, banda sonora acojonante y guiños hacia cierto cine muy añorado por algunos.

Netflix no le ha dado mucho bombo. Espero que el boca a boca haga su trabajo. Ese es el verdadero reto de la plataforma, apostar por este tipo de productos más autorales y personales.

Hacía tiempo que no me reía tanto con mi hijo viendo una película. La nueva obra de Pixar, además de poseer la calidad habitual e inconfundible a la que nos tienen acostumbrados, es sumamente divertida.

El diseño artístico, tanto de escenarios como de personajes, es como siempre maravilloso, y el guión, pese a tratar temas tan recurrentes como los vínculos familiares o la aceptación social, no deja de tener su punto de originalidad. Pero donde radica su mayor logro es en lo delirante de su propuesta y su comicidad. Una suerte de alocado road-movie a lo Este Muerto Está Muy Vivo, totalmente desternillante.

Puede que Onward no sea lo más original e imaginativo que ha realizado Pixar, pero si es de lo más divertido de sus últimas producciones.

Quiero empezar mi primera crítica en filmaffinity con el que es uno de los mejores ejercicios cinematográficos en lo va de siglo.
Y lo es (entre otras muchas razones), porque Joker se te queda grabada en la retina para siempre, sobre todo para aquellos que somos cinéfilos de los buenos tiempos del cine de Scorsese, Coppola, De Palma, etc.
Pienso que lejos de copiar esa forma de hacer cine, lo homenajea y actualiza. Resurge en mí al visionar la ese aroma a buen cine, esa sensación de estar ante una cinta que pasará a la historia del celuloide. Sabes desde el primer minuto que estás ante algo trascendental, no sólo por la magistral actuación de Phoenix, sino por todo el conjunto en sí (la escena de la escalera es desde ya un icono del cine actual y lo comprendes nada más verla).
Después de Joker no comprendo la mayoría de las votaciones en filmaffinity (7,8 incluso 9 y 10) para otras muchas películas, porque entonces el 10 se me quedaría corto para ésta.
Un 15 pués.

Muchos de los que en 2010 quedamos absolutamente asombrados a la par que horrorizados por la controvertida Martyrs y por su novedosa y cruenta forma de abordar un cine tan manido y estereotipado como el de terror, creímos encontrar en Pascal Laugier nuestro particular enfant terrible. Pensamos entonces que por fin había aparecido el verdadero genio dentro de esa interesante ola de nuevo cine de terror francés de principios de siglo y esperábamos con auténtica ansia su próximo proyecto.

Y entonces llegó El Hombre de las Sombras y la cosa ya no pintaba tan bien. Producción canadiense, actores americanos y un enfoque hollywoodiense que parecía alejarse del formato que presentaba Martyrs. Pero era un guión de Laugier, al igual que su anterior obra y ese era suficiente aliciente, ya que uno de los puntos fuertes de la misma era precisamente el tratamiento tan peculiar a la hora de plasmar la historia, como una auténtica caja de sorpresas temática, pasando del terror puro al thriller más visceral y sangriento en un solo corte argumental, drástico e inesperado, para luego desembocar en el más angustioso torture-horror, jamás tan creíble y correctamente filmado.

Pero fue el primer jarro de agua fría. El Hombre de las Sombras no alcanzó las expectativas generadas. Sin ser un film tan mediocre como algunos se empeñaron en acuñar, distaba mucho de las cotas de calidad logradas con Martyrs. Y eso que en las formas de ejecutar la trama y girar el guión poseían unos cuantos puntos en común la una con la otra.

Luego vino esta Ghostland y llegó el siguiente jarro, éste mucho más frío, helado diría yo. Reaparecía esa sensación de no estar ante un trabajo de pésima calidad ni mal realizado, más bien al contrario, pero en el que ya no había nada nuevo. Los giros de guión ya no sorprenden, resultan poco convincentes y reiterativos. Pero sobre todo es que en esta Ghostland estamos ante otro tipo de cine, uno mucho más habitual dentro del género, cargado de tics usuales en la mayoría de las cintas de terror, del slasher, etc. Tienes la impresión de haberlo visto todo miles de veces y contado de formas muy similares, algo que no ocurría con Martyrs.

Con Ghostland, parece que se desvanece esa última esperanza de haber encontrado al gran regenerador del género que se esperaba del francés. Y todo lo que significó y supuso Martyrs para gran parte de la comunidad cinematográfica no tiene continuidad ni se ve reflejado en el resto de su obra.

Empiezo a cuestionarme la capacidad de innovación de Laugier y su personalísima visión del cine de terror.
Quizás es que una vez Laugier tocó la flauta.