Nos dispusimos mi mujer y yo a disfrutar de un tipo de película que nos gusta, de época, romantica, con una "buena directora"??, nos empieza gustando, sobre todo el vestuario y la puesta en escena, pero con el paso de los minutos, la cinta empieza a caer en lo que no puede caer ninguna película, sea del tema que sea, aunque la quieras llevar de una manera pausada y lenta, esto es el aburrimiento. Con mucho empeño por nuestra parte llegamos al final, por cierto nada del otro mundo, como el que saca la cabeza del agua despues de estar aguantando demasiado sin respirar. En fin para una tarde de sesteo puedes tenerla puesta y cada vez que te sientas aburrido cierras los ojos y vale pero poco más. Desd luego solo la tendré en la memoria para no volver a verla.

Como dice el protagonista al final de la película refiriéndose a Margueritte, aparece de pronto atraviesa tu cascarón y se clava en el corazón, se va metiendo dentro llenándote cada vez más y al final quieres que se quede un poco más. Gracias Sr. Becker por descubrirnos estas joyitas y hacernos ver lo que tenemos delante de nuestras narices. Y gracias otra vez al Sr. Depardieu y por supuesto a Margueritte como no y a todos los que han sabido hacer un trabajo tan bonito. Esta me la guardo en las pelis que te gusta "releer".

El bueno de Clint, podrá hacerlas mejores y peores, como todos, que tenemos buenos y malos días, pero una cosa es segura, que hay un buen rato, que buenas frases, que gusto que te acierten en donde te escuece y que buen sabor de boca te deja a la hora de esos créditos, que tan bien maneja, a los que te quedas a ver sin ganas de que haya terminado.
Además, siempre se guarda en la memoria para volverla a ver a las primeras de cambios.
Por otro lado ha sido un placer, conocer mas de cerca a este personaje, historia viva, al que gracias a Clint guardaremos un sitito en nuestra parte digna del corazón. que ya es dífícil cuando se habla de un político.
He leído algunas críticas negativas sobre la sensiblería fácil que se usa en la película, yo no me atrevo a catalogar de fácil a esta sensibilidad que tiene el maestro, es fácil para él, porque es un maestro, pero tremendamente díficil para cualquiera que no lo sea. Supongo que a Leonardo o a Picasso también les resultaba fácil tocarnos el alma con sus pinceladas, pero eso no quiere decir que sea una tarea sencilla para calquiera, es fácil para los tocados de ese dón y el bueno de Clint lo tiene en este díficil arte del cine.
Que el año que viene nos sorprenda con otra sensiblería o lo que le venga en gana, me dá igual abstracta, que neoclásica, pero que me mantenga a gusto en el sillón hasta esos créditos finales.
Maestro lo que usted diga, me quedo a la espera.