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Críticas de Cinemagavia
Críticas 4.044
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
11 de diciembre de 2017
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oren Moverman, director de “Invisibles”, nos ofrece en esta ocasión La Cena, basada en la novela homónima "The Dinner’" de Herman Koch, una trama donde sus protagonistas (Steve Coogan, Laura Linney, Richard Gere, Rebecca Hall y Chloë Sevigni) acudirán a una cena de un restaurante de renombre, en la que en un principio dos hermanos que mantienen una mala relación intentarán tener una velada más o menos civilizada, pero ello se verá dificultado por las constantes interrupciones al personaje interpretado por Richard Gere por parte de su asistente para las elecciones a Gobernador, y la actitud negativa de su hermano, con problemas psicológicos, que acude forzado a la cena.

Receta para la cena familiar

Ingredientes:

·         Dos hermanos y sus esposas

·         Uno de ellos, es un político estresado, exitoso, honesto, a punto de ser gobernador

·         El otro, un hombre desagradable, mezquino, cínico, con problemas psicológicos, y que no soporta a su hermano

·         Un drama familiar que subyace bajo otro, que a su vez deviene de otro, que derivará en algo peor

Modo de hacerlo:

Agítense los ingredientes, elévese la tensión, y agárrense a los brazos del sofá. Todo puede pasar.

Una velada envenenada

La cena transcurre en semioscuridad en un clima tenso, el director nos lleva continuamente al pasado con flashbacks luminosos en los que rememora tiempos felices, y flashbacks muy oscuros en los cuales se desvela el verdadero problema que se va a tratar en la cena.

Al principio los personajes nos ofrecen una determinada imagen, que va cambiando a los ojos del espectador según se va desgranando la historia de la desventura de la familia.

Cuando se nos revele el verdadero problema que se va a tratar en la cena, se abrirá un debate muy interesante, sobre un tema de gran calado, que cambiará las vidas de todos, en el que cada uno de los protagonistas tendrá una opinión muy distinta de la de los demás.

Conclusión

Una mezcolanza de ingredientes ácidos, amargos, aliñados con toques de cinismo y honestidad, amargura y problemas psicológicos, y de tramas que subyacen bajo la historia principal, abren un dilema en el que se podría haber profundizado mucho más, y sin embargo se ha tratado de una forma ligera, desperdiciando el magnífico material que había para una gran película. Por decirlo de una manera gastronómica, los entrantes no dejan disfrutar del plato principal.

Los comensales pueden sentarse a la mesa. El debate está servido.

Escrito por Luz Nogues

https://cinemagavia.es/la-cena-pelicula-critica/
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9
10 de diciembre de 2017
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Caza, sorprendente largometraje danés dirigido por Thomas Vinterberg, fue estrenado en 2012 en la sección oficial del Festival de Cannes, además de participar ese mismo año en innumerables e importantes Festivales de Cine como Toronto o Karlovy Vary. Galardonada con 16 de las más de 20 nominaciones que tuvo en su momento, incluidas las de los Premios Goya a la Mejor Película Europea y la de Mejor Película Extranjera por los Globos de Oro. La película nos sitúa en una pequeña comunidad de Dinamarca, que aparentemente está muy unida. El problema surge cuando una noticia rompe la tranquilidad del pueblo y la gente actúa de forma totalmente hostil con nuestro protagonista.

En La Caza, el momento en el que Klara nos aporta con esa sorprendente revelación todo se nos pone patas arriba. En un momento podemos incluso llegar a creer que efectivamente Lucas ha abusado de ella, más tarde nos damos cuenta de que no, pero lo que realmente quiero resaltar es el comportamiento de las personas ante esta frase “explosiva”. Esos amigos con los que Lucas había vivido mil y una aventuras comienzan a desconfiar de el, lo rechazan y lo apartan de toda ayuda, el momento antes de la caza.

Resalto sobre todo la fantástica actuación de Mads Mikkelsen y su evolución en todo el largometraje. Actuación que fue galardonada con el premio a la interpretación masculina en el 65º Festival de Cannes. En un principio vemos a un Lucas “bonachón” que no sería capaz de matar a una mosca, pero, a medida que la sociedad lo rechaza y lo castiga vemos una clara evolución hacia un Lucas más salvaje, uno al que no le da miedo enfrentarse con tres dependientes de supermercado por un par de latas de comida. Pero sobretodo su momento cumbre lo apreciamos en el final, la escena en la iglesia el día de Nochebuena. Ese momento en el que Lucas no tiene reproches en darle una paliza a su mejor amigo en medio de la misa de navidad, y que acaba con una mirada en la que se intuye su futuro, el suicidio.

Un final en el que la verdad sale a la luz y Lucas es perdonado por todo el mundo es un final muy bonito, pero que no pega ni lo más mínimo con nuestra película, por lo que Thomas Vinterberg nos muestra una opción mucho más satisfactoria para mi paladar, un final más digno para La Caza. Ese disparo, que a primera vista parecía certero nos deja un mensaje muy claro: perdonamos pero no olvidamos.

La caza es en si una maravilla sin procedentes. Es una película ideal para aquellos a los que nos gusta reflexionar sobre temas un tanto filosóficos, puesto que es una clara crítica hacia la sociedad y el papel que le ha atribuido a los niños. La historia, las actuaciones, la evolución de los personajes, el suspense y el final son un deleite que sin duda alguna recomiendo para todo el mundo.

Escrito por Santiago Garayalde Jauregui

https://cinemagavia.es/la-caza-pelicula-critica/
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6
8 de diciembre de 2017
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película Corazón Puro, supone el debut en la realización del italiano Roberto de Paoli y está producida por Young Films, productora fundada por el propio director. La cinta está protagonizada por Simone Liberati y Selene Caramazza, que al igual que el director también ha sido su primer trabajo en la gran pantalla. Ambos interpretan a dos jóvenes procedentes de entornos sociales diferentes y distantes que al final se unen e identifican entre sí. Corazón Puro fue seleccionada para la Quincena de los realizadores en la 70 edición del Festival de Cannes y ha ganado el premio de Mejor Actriz (Selene Caramazza) en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Caramazza interpreta a Agnese, una chica de 17 años, a punto de cumplir los 18. Es muy católica y devota, que ha prometido mantener su virginidad hasta el matrimonio. Tiene una madre muy controladora y posesiva, que teme que su hija pueda desviarse por el mal camino. Por otro lado, Liberati encarna a Stefano, un chico de 25 años, con una vida algo movida y metido en líos, con carácter violento y un oscuro pasado. Entre ellos surgirá una cercana y amorosa relación que irá en contra de los ideales de ella.

Roberto De Paolis primero apuesta por presentar a los personajes por separado. Vemos como es su vida, sus familias, a qué se dedican, cuales son sus motivaciones, de esta forma podemos empatizar más fácilmente con alguno de los personajes. La trama se desarrolla con lentitud, en la que el director prefiere apostar por lo reflexivo en vez de mostrar el simple romance entre dos chicos totalmente opuestos. Por un lado, en el personaje de Agnese se representa todo ese conservadurismo que rodea a la Iglesia y a la religión católica, el cumplimiento de la moral, las leyes sagradas y el pecado, siempre presente en el ser humano.

Por otro lado, Stefano es un claro reflejo del mundo de las calles y los suburbios, la inmigración, la pobreza, la delincuencia, un realismo social crudo y directo que deja claro los problemas e imperfecciones de la sociedad. Abundan los planos cerrados, personajes caminando con una perspectiva tomada desde la espalda, buscando lo cercano e íntimo, y así dar una mayor sensación de agobio. Los primeros planos también están muy presentes a lo largo del film, captando muy bien las miradas, ya que a veces expresan más que las propias palabras.

En definitiva, Corazón Puro es una propuesta interesante que se aleja de los típicos romances imposibles entre una “chica buena e inocente” y un “chico malo y rebelde”. El amplio repaso temático y social resulta muy creíble, aunque en ocasiones no evite caer en el mero cliché y en sensacionalismos. Una película con carácter y personalidad propia pero que le falta ambición y ritmo, algo que puede producir un cierto aburrimiento. A pesar de todo ello, es compensada con un inesperado y abierto final que hace replantearse los valores del resto del film.

Escrito por Aitor Gallego
https://cinemagavia.es/corazon-puro-pelicula-critica/
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8
7 de diciembre de 2017
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de “St. Vicente” (2016), Theodore Melfi, nos cuenta en Figuras Ocultas la historia real, bastante silenciada, de las mujeres que se ocupaban de las matemáticas necesarias para llevar a cabo el proyecto de poner en órbita al astronauta John Glenn. Algunas de ellas consiguieron dejar de ser simples calculadoras humanas marginadas por su color de piel y por el hecho de ser mujeres en un mundo de hombres, y pasar a jugar un papel crucial en el programa espacial de los años 60. Figuras Ocultas está basado en el libro de Margo Lee Shetterley.

Imaginaos unas mujeres brillantes, con unos cerebros portentosos, diplomadas en matemáticas, astrofísica…, que trabajaban en la NASA, en los años 60, pero que por el solo hecho de ser mujeres, tenían un techo de cristal sobre sus cabezas.

Eran mujeres… y afroamericanas. Por eso, y pese a su enorme valía, estaban relegadas a un despacho oscuro en un ala oeste de la NASA, limitándose a hacer los cálculos matemáticos que les pedían los ingenieros para poner en el espacio a un hombre y traerle sano y salvo de regreso a la Tierra.

Solamente su excepcional talento y la desesperación de los ingenieros encargados del proyecto, que veían que perdían la carrera espacial, las sacarán de ser meras calculadoras humanas a hacer tareas más acordes con sus conocimientos, rompiendo el techo de cristal, y abriendo camino a otras mujeres en su misma situación.

La trama de la película es coral, con tres protagonistas: la principal y que lleva más peso, es Katherine Johnson interpretada por Taraji P. Henderson, a quién pudimos ver en “Vigilados: person of Interest“, Dorothy Vaughn interpretada por Octavia Spencer, ganadora de un Óscar a la mejor actriz de reparto por “Criadas y Señoras”, y Mary Jackson, interpretada por la novel Janelle Monae. Las tres actrices interpretan magistralmente su papel, igualando su talento escénico al talento matemático de las protagonistas.

La matemática Katherine Johnson en principio será contratada solamente para cotejar los cálculos realizados por los hombres del equipo de ingenieros encargados de trazar la trayectoria orbital para poner un hombre en el espacio; será marginada doblemente: por ser mujer en un mundo de hombres, y por ser negra. A esto se añadirá una dificultad casi tan difícil de soslayar como poner un hombre en el espacio, y es que en la zona de la NASA en la que trabajan, no hay baños para mujeres de color y deberá recorrer casi un kilómetro para acceder a los baños especiales para afroamericanos. Estamos en los años 60, la segregación racial está en todo su apogeo con asientos separados para blancos y negros en los autobuses, escuelas separadas, libros en las bibliotecas reservados a blancos o a negros, y por supuesto, aseos separados para blancos y personas de color.

Katherine trabajará aguantándose las ganas de ir al servicio, pero al final tendrá que recorrer la enorme distancia hasta los aseos, con la pérdida de tiempo que ello acarreaba, y el dolor que le produce semejante marginación. Ella es buena para hacer los cálculos de los blancos, pero no es buena para utilizar su lavabo. Casi se alcanzarán simultáneamente las gestas de poner un hombre en órbita espacial y la de que los negros puedan utilizar los mismos aseos que los blancos en la NASA, y no se sabe muy bien cual fue más difícil de las dos.

Dorothy Vaughn es una supervisora en funciones de todas las calculadoras, conocedora de las aptitudes de cada una de ellas, deseosa de ser supervisora, pero no le conceden el puesto por ser negra, pese al magnífico trabajo que realiza.

Mary Jackson es otra de las calculadoras, matemática diplomada que quiere ser ingeniera, pero no puede porque para serlo hay que hacer unos cursos que solo se imparten en una escuela para blancos. Otra vez el maldito techo de cristal.

Kevin Kostner, ganador de siete estatuillas con “Bailando con lobos” será el encargado de poner al astronauta John Glenn en órbita alrededor de la Tierra y será también el que sepa aprovechar todo el potencial matemático de Katherine, dejando a un lado los prejuicios raciales.

Theodore Melfi dirige discretamente esta película basándose en un guion que por fin hacía justicia a un grupo de mujeres silenciadas pese a su gran talento y aportes científicos a la humanidad, pone en escena una crítica de la terrible segregación racial que se vivía en EEUU en los años 60, y muestra con un relato sencillo y claro la carrera espacial que se vivía en esa época, consiguiendo un resultado que no por fácil por los buenos ingredientes que mezcla hay que menospreciar.

Figuras Ocultas es una película entretenida y aleccionadora, no demasiado profunda, cuya largura de metraje pasa completamente desapercibida y que nos hará ver la terrible marginación a que estaban sometidas estas científicas afroamericanas, resultando difícil no sentir otra cosa que admiración y respeto por estas tres mujeres que luchan tenazmente para que se reconozca su talento en un mundo de hombres blancos. Cumple su cometido que es poner en el lugar de la historia que se merecen estas figuras ocultas, a la vez que el espectador aprende un poco más de la historia desconocida norteamericana.

Escrito por Luz Nogues
https://cinemagavia.es/figuras-ocultas-pelicula-critica/
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7
7 de diciembre de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me estás matando Susana nos habla de una pareja: Eligio (Gael García Bernal) y Susana (Verónica Echegui) ambos en sus primeros treintas, donde él es un actor multichambas, machista, enamoradizo y no muy ambicioso en sus planes de vida. Ella está enfocada a la literatura y tiene deseos de hacer “algo más de su existencia”. Un buen día, al regresar a su casa con unos amigos para hacer un “after,” Eligio descubre con azoro, que Susana lo ha abandonado.

Desde ahí comienza un viaje para la pareja, en mucho más que el sentido geográfico o de translación de Eligio hacia Susana. Eligio no está dispuesto a dejar que ella lo abandone y va a seguirla hasta donde esté; por amor, por terquedad, por orgullo o por masoquismo.

Gael García Bernal nos ha demostrado que puede ser multifacético pero siempre le imprime a sus personajes un estilo propio. Su estilo. En Me estás matando Susana, comedia de tintes psycho, Gael nada como pez en el agua, balanceándose en equilibrio entre el “debutante en la adultez” con bagajes de tradición de “puro macho mexicano” pero al mismo tiempo inmerso en un mundo y en una relación que están absolutamente lejanos de esos moldes.

El adulto contemporáneo, que no quiere parecer un troglodita poco modernizado, ni sofisticado, se ha convertido por facto en un fenómeno demasiado común en las generaciones pertenecientes a las tribus urbanas en la actualidad. Se quiere romper con el pasado pero no con las comodidades que el pasado poseía, y se quiere ser moderno y civilizado pero aplicar la libertad es una técnica que implica habilidades, que muchas veces, no se han desarrollado lo suficiente.

Eligio es un clásico producto prototípico de lo que la sociedad ha denominado “generaciones de transición” y que se ha sedimentado en quienes hemos transitado las postrimerías del siglo pasado y los albores de este, heredando formas y conceptos que no precisamente son adaptables al “nuevo modelo mejorado” (¿?) de “conciencia social contemporánea”.

En el otro extremo ¿Qué sucede con Susana? Es la versión de la visión “de avanzada”; se la coloca como una mujer heredera del “furor del destape y los 80’s españoles” que genéticamente, ya posee otra perspectiva sobre lo que una relación es; que vez tras vez, no logra encajar a la perfección en la idea de Eligio.

Cuando Susana se va, conjunta en eso mucho más que un simple abandono; es cambio, es revolución, es deseo de superarse es, en fin, reintegrarse a un estado mucho más libre no correspondiente con las expectativas de Eligio; quien eligió sin pensarlo demasiado, seguir patrones más “tradicionalistas” y por eso, cuando Susana se va, sale corriendo tras de ella, de nuevo sin pensar, solo actuando por la guía de sus entrañas, revueltas y hambrientas, confundidas y tremendamente necesitadas, las cuales únicamente son comparables a su cerrazón a aceptar la realidad, que sin que él lo advierta se le había venido colando: en cada llegada después de la fiesta, en cada vez que ella se le negó porque no entendió su proceder, en negarse a verla en la manera en la que ella deseaba ser vista, argumentando que él no había escuchado lo que necesitaba que ella dijera.

Susana se ha ido a Estados Unidos a un programa internacional de escritores, obvio, Eligio lleno de ideas falsas llega buscando una explicación; ella tiene una nueva vida que desea, pero en el fondo, estar con Eligio también. Entonces ambos caen en una situación de espejo: ninguno sabe perfectamente que quiere, ni qué importancia tiene el otro en el universo que es su plan de vida.

El enfrentamiento, como es de esperarse, está lleno de reclamos y de pasión acorralada, de urgencias dependientes, de palabras cortadas, de ideas revueltas y de ganas de fundirse en sexo; porque se lo deben y porque además… hace frío. Porque sí. Ya está.

Y en este torbellino que hace trizas muchas cosas, las astillas vuelan y obvio se van a clavar directo en la duda.

Preguntas de las que de antemano se sabe la respuesta y se conoce lo torcido de su intención, pero el nudo entre pecho y espalda, que huele a infidelidad, a desconocimiento de la pareja y a morbo casi pornográfico sobre las dimensiones sexuales de “el otro” gana la batalla.

Preguntas que todos sabemos que no se desea saber la contestación, pero que se exige para ilusoriamente, pretender que sabiendo la respuesta se va a “sentirse mejor”. Bueno, eso nunca funciona.

Entonces en este romance en tiempos de las generaciones X y Y, todos los prefijos naufragan, las preguntas no poseen forzosamente una respuesta certera ni definida con anticipación y sin embargo, a cada segundo de inquietud, de deseo desenfrenado y de duda, surgen múltiples suposiciones de “por qué la relación va caminando como lo hace”.

La pregunta final es si se camina o si todo es un engaño o si se hace el “verdadero borrón y cuenta nueva”, si de verdad el amor perdona o si simplemente quiere dar unas nalgadas para escuchar una respuesta que por obvia, siempre se dio por sentada.

Me estás matando Susana es un retrato ácido, febril y cuasicompulsivo, con mucho de humor oscuro y retorcido, de las cada vez menos tradicionales y diversas maneras de llevar una relación en los tiempos del postmodernismo, o algo que podría catalogarse como: “idea de romance al estilo del siglo XXI” técnica mixta.

Escrito por Fabian Quezada Leon
https://cinemagavia.es/me-estas-matando-susana-pelicula-critica/
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