Haz click aquí para copiar la URL
España España · Alicante
Críticas de Pabloody
<< 1 3 4 5 10 13 >>
Críticas 61
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
24 de diciembre de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muchos años, cuando era un crío que fantaseaba con sus propias películas, se me ocurrió que sería la leche una película en la que se viese crecer a los protagonistas, pero no cambiando de actores ni con maquillaje, sino rodando la película a lo largo de los años. Muchas veces me acordé de "mi proyecto" cinematográfico cada vez que veía a los protagonistas “madurar” con cambios de actores que impedían que sintieses ese paso del tiempo como algo real (algo que sí pasa en las novelas, pero que el cine siempre ha sido incapaz de reflejar). Por eso cuando me enteré de que un tipo había tenido los cojones y la paciencia para poner por fin en práctica esa idea mis expectativas fueron enormes. Más aun cuando todo el puto mundo la calificaba como la mejor película del año (o incluso de los últimos años).

Qué gran decepción.

No soy mucho de escribir por aquí últimamente, pero cuando uno ve que Boyhood ha sido aplaudida por el 100% de la crítica, cuando no hay lista de lo mejor del año que no encabece, cuando parece inevitable que gane los Oscar y cuando hasta el churrero de la esquina habla de haber vivido con ella una experiencia cinematográfica inolvidable… es difícil contenerse si uno no ve la maravilla por ningún lado.

En Boyhood no pasa nunca gran cosa, ni los acontecimientos de la vida de Mason son demasiado interesantes, ni hay grandes dramas, ni épica, ni emociones, pero ese no es el problema, porque es lícito que si se quiere reflejar con realismo la infancia de un chaval cualquiera sea todo muy cotidiano y normalucho. Quizás la mayoría de las vidas de la gente son también sosas y normaluchas. Quizás por eso la gente suele ir al cine en busca de aventuras únicas con las que vivir esas emociones intensas que no tienen en su vida. Boyhood no es esa película.

Otra razón para ir al cine es para que arrojen luz sobre temas que sí son comunes a todos los mortales. Películas que aunque traten lo cotidiano consiguen capturar y descifrar los pequeños enigmas de la vida a través del arte. Un plano de dos manos que se rozan estallando en mil significados antes ocultos o quizás una mirada furtiva a través de una puerta resumiendo una vida entera. Boyhood no es esa película.

El problema de Boyhood es que no hace ninguna de las dos cosas. Se limita a contar la anodina vida de un chaval, sin grandes acontecimientos y a contarla sin ninguna profundidad de miras. Dejando que sea la peculiaridad de su forma y nunca el fondo lo que deje poso. El espectador ve crecer al chaval y no puede evitar pensar "¡oh Dios! ¡cómo pasa el tiempo! ¡qué flipe! ¡la vida! ¡la vidaaa!" Pero... ¿y? No deja de ser como un vídeo de Youtube de un padre que le ha hecho fotos a su hijo todos los meses durante 10 años si la película en sí no intenta ir más allá de su propia condición de experimento. La forma de estar rodada no es más que perseverancia y fuerza de voluntad, en ningún caso talento artístico. De eso veo muy poco en Boyhood.

El guión es un topicazo tras otro y la mirada del Linklater es aséptica, carente de ideas y de talento estético (algunos lo llamarán naturalidad), su capacidad para emocionar está limitada al nivel de identificación que el espectador pueda tener con la vida de Mason. Y esa baza conmigo la ha perdido. Quizá porque mi niñez juega en una playa distinta.
Pabloody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
24 de diciembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Thomas Anderson es el legítimo heredero de Kubrick y de esa capacidad tan perturbadora de provocar extrañeza y desasosiego ante lo puramente humano. Esa capacidad de desautomatizar la realidad y que lo cotidiano se nos presente como amenazador, inhóspito y desconocido, ayudado al igual que en There Will Be Blood por la magistral banda sonora de Johnny Greenwood, a la vez primaria y posmoderna como un grito al cielo.

Es aplastante la brillantez de Anderson a la hora de trabajar cada plano, de construir cada secuencia como si fuese una obra independiente con sus propias reglas estéticas y narrativas, como si de una instalación artística se tratara. Provoca la sensación de estar siendo manejado por una inteligencia superior que te pone a prueba y te obliga a clavar tu mirada sin pestañear, como el personaje de Philip Seymour Hoffman (colosal) hace con Joaquin Phoenix (colosal) en la propia película. Para un buen viaje trascendental yo me subo sin duda al barco de Paul Thomas Anderson antes que a la barquita con tigre de Ang Lee y su panfletillo misticista.
Pabloody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
24 de diciembre de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
Qué fácil es ser pesimista. Buscarle a todo la parte mala, sacarles los defectos a los demás, bajarle la moral a la gente que te rodea, pensar que todo va a salir mal, ser un Haneke...


Ben Stiller ha hecho una película muy ambiciosa. Desde el minuto uno su labor como director es espectacular. Lejos de demostrar mero oficio técnico, como suele ser habitual en la mayoría del cine familiar, aquí hay mucho mimo y planificación y, sobre todo, creatividad. Aunque se le puede achacar un excesivo efectismo demuestra que cuando quiere tiene mucha clase, calma y amor por los pequeños detalles que hacen grande a una escena.

Pero uno de los puntos flacos de la película son precisamente las ensoñaciones de Walter. Números de circo aislados, más o menos espectaculares o más o menos ridículos que no aportan nada a la historia, son un fin en sí mismo. Habrá gente a la que le hayan encantado. A mí simplemente me parece que no pintan nada, salvo alguna excepción, como el del karaoke/Bowie (qué grandísima banda sonora), el único que sí tiene sentido dentro de la trama y la hace avanzar. Quizás la película habría ganado enteros si Stiller hubiese hecho caso a una frase que pronuncia el propio Sean Penn: "las cosas realmente bellas no buscan llamar la atención".

Por suerte estos sketches dejan bastante pronto de interrumpir y estropear la historia real, que concluye con unos últimos 30 minutos enormes. Y aquí ya da igual que el guión haya flojeado en algún momento, el exceso de efectismo y los pegotes de fantasía. La película alcanza un climax final en la cumbre tan hilarante como conmovedor y acaba triunfando donde lo tenía más difícil, cumpliendo las expectativas levantadas por esa fotografía perdida y poniendo un punto final sencillamente perfecto y luminoso.


...Lo difícil es que entres en una sala de cine y salgas amando la vida más que cuando entraste. Y por encima de sus fallos (qué fácil es sacarles los defectos a los demás) eso es lo que consigue La vida de Walter Mitty.
Pabloody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
24 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Queremos ver la casa donde te criaste, papá
-¿Para qué?

No es ninguna tontería lo que consigue Payne en esta película. Desde el anti-romanticismo más absoluto, a través del frío blanco y negro de una fría Nebraska, con unos personajes emocionalmente inválidos hace un película increiblemente cálida y tierna. Una oda a las vidas aburridas nada aburrida. Una delicatessen. Seguramente la primera película de la historia en la que la odisea de los protagonistas ya ha fracasado antes de empezar. Unos personajes embarcados en una aventura sin sentido sencillamente porque no tienen nada mejor que hacer, que se casan porque no tienen nada mejor que hacer, cuyas acciones están motivadas no por grandes ideales sino porque no tienen nada mejor que hacer, pero que quizás todo ello, aunque no se lo demuestren, al fin y al cabo lo hacen porque se quieren. Y es que Payne (su mejor película), Dern (el anciano más memorable del cine reciente) y Forte (genial, es él quien lleva el peso de la película) consiguen que sea imposible no querer a este padre y este hijo como es imposible no querer a un brote repentino de calorcito en mitad del frío invernal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pabloody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
24 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie en su sano juicio dirá que es una mala peli, y ese es su secreto para arrasar en los premios. Pero de la misma manera que no puede no gustar, es difícil que fascine. En cualquier arte para maravillar a unos pocos tienes que arriesgarte a asquear a muchos. Hay que jugársela. Y McQueen no ha querido arriesgar, como sí hizo en sus primeras películas. De tan correcta casi me deja frío.

Desde las primeras escenas ya se comprueba que por desgracia esa naturalidad, esa autenticidad tan cercana de sus dos anteriores películas no está presente. Hubiese sido un logro artístico gigantesco que McQueen hubiese optado por la frialdad quirúrgica y la narración seca y cruda de Hunger y que con eso hubiese logrado emocionar. No es la opción elegida, pero tampoco opta por el sentimentalismo y la lágrima fácil. Se queda un poco a medio camino y a mí, aunque me parezca una película estupenda y más que interesante, no logra emocionarme del todo. No me parece la peli definitiva sobre la esclavitud cuando, sin ir más lejos, el año pasado había dos películas mejores sobre el tema. Dice muy poco de la academia que lo que le negó a McQueen con Shame se lo vaya a dar con 12 Years a Slave. Irónicamente, es como premiar la docilidad al amo/industría. Y que Lupita Nyong'o acumule premios es lo que más me sorprende cuando ni siquiera me ha parecido buena actriz y no hace gran cosa. También me ha decepcionado la partitura del gran Hans Zimmer que aquí se limita a reinterpretar (usando más los armónicos) el tema central de Origen y poco más.

De todos modos, sería injusto no reconocer las virtudes de 12 años de esclavitud porque no cumpla las altísimas expectativas y las promesas de obra maestra absoluta que nos han vendido. Hay una estética estupenda, buenos detalles, un gran Ejiofor (la magnífica escena en la que, al principio indiferente, se va involucrando poco a poco emocionalmente al canto de los esclavos, acabando totalmente entregado), un Fassbender, carismático como siempre, que clava la versión a color de Amon Goeth (aunque está claro que lo que hacía en Shame está a años luz), muy buenos momentos y la maravillosa escena citada por Para en la que, sin ningún énfasis, ahora sí, desde la distancia y la sutileza consigue una brutal fuerza simbólica que expresa más sobre la esclavitud que el resto de la película junta.
Pabloody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 10 13 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow