La filmografía de Clint Eastwood es un caudaloso río que desemboca en este inmenso delta.

Clint llega al mar. Y lo hace con todo. Con referencias, citas y alusiones a muchos de sus personajes y a muchas de sus películas. Sin perdón, El jinete pálido, Un mundo perfecto, El jinete pálido, El sargento de hierro, El jinete pálido, Million Dolar Baby, El jinete pálido, Deuda de sangre, El jinete pálido, Harry el sucio, El jinete pálido.

El jinete abandona el desierto y llega al mar. En un Gran Torino. Con clase.

Interesante, para hacer parodias de ella.
Interesante, para ver cómo el tiempo no perdona a las películas malas o reguleras.
Interesante, para compararla con las grandes obras de Kubrick.
Interesante, para adolescentes que se lo monten de profundos, de "distintos".
Interesante, para preguntarle a una pibita, ¡¿cómo?!, ¿aún no has visto La naranja mecánica?

Creo que venden la batalla por separado. (O deberían).

Ay, Ridley, gañán, qué tostonazo grandilocuente. Sobre todo, locuente. Aquí sí que es literal lo de sobran las palabras.

¿Sólo a mí me parece malo Russell Crow?

Peor para ti, Ridley, que vas a ser recordado como: "del director de Gladiator". ¡Con lo que tú has sido, pichita!

Un borracho se bebe una llave que hay dentro de un pastel donde hay una carta que no es de corazones y una falda y una cámara lo graba todo mientras un coche pasa por el lado más ancho de una pelea y una rusa viene y una morena entra. Una morena entra. Gracias, dire.

Y una armónica y una ventana (recordando Taxi driver, ves esa ventana, mi mujer se está tirando a un negro), y sale el desierto, y la gente trabaja en los bares y en las cafeterías (el olor de las ¿cafeterías? me hace llorar a gritos), y la música, las caras, un cartel con un beso, y un borracho que se bebe una llave.

Y todas las puertas se abren con la tarta, y hay que celebrar que Wong Kar Wai siga dibujando, o pintando, o tocando, o lo que sea.

Te voy a hacer un truco.
Eso es lo que hace esta película, avisarnos de que nada es real, de que todo lo que vamos a ver es sólo magia, sólo cine. Y aun así, nos deja boquiabiertos, risueños y emocionados.

Pérez Reverte nos dijo un día en la facultad, que Visconti hacía llenar de ropa armarios que no se iban a abrir en una secuencia. Le parecía fabuloso. A mí me parece que es todo lo contrario a hacer cine. Cantando bajo la lluvia no sólo no tiene ropa en los armarios, sino que nos los abre para que los veamos vacíos. Eso es cine. Yo ya tengo un chubasquero amarillo.

Estoy algo atormentado.
Doy clases de Medios de comunicación en Bachillerato. Utilizo Cantando bajo la lluvia para explicar cómo se hace el cine. Por un lado sé que les hago cada año un regalo a mis alumnos, pero por otro creo que les fastidio la película con mis explicaciones. Eso sí, cada curso es, junto a Con faldas y a lo loco, la peli que más les gusta.