La película es buena y original mientras están en el campo, pero al pasar a la ciudad pierde todo su atractivo con escenas arto repetidas en el cine Argentino actual. Las caceroladas, la miseria, la falta de diálogos y un “feo” final.

Y es que estoy cansado del nuevo cine Argentino, demasiado real, demasiado melodramático, con personajes comunes y casi siempre un final trágico. Acaban de descubrir la miseria y parecen degustar rebozándose en ella. Tanto abuso del determinismo existencial cansa en extremo y a este ritmo me voy a abstener del cine Argentino como de las películas de terror americanas.

Recomiendo "Memorias de un saqueo" para conocer los culpables de la miseria de Argentina, y con ese material comprenderán que les falta compromiso en su cine.

Al Pacino no le da al personaje la magistralidad anterior y el guión tampoco ayuda. Hubiera preferido un Padrino frió y calculador, que presta dinero a la Iglesia y se enfrenta a su corrupción. En cambio se rodea de abogados y deja que su mujer eduque a sus hijos. ¡Por favor! ¡Si fue ella quien abortó el tercer hijo y se separó! ¿En que mente entra que un siciliano mafioso fuera a perdonar tal afrenta? ¿Qué pasóo con “le voy a hacer una oferta que no pueda rechazar…”?

No he leído el libro, pero el guión es penoso en comparación con los anteriores. Principalmente es confuso en vez de complejo, y le falta definición. Mientras que en la primera parte era una lucha de poder con el trasfondo del nuevo negocio de las drogas, y en la segunda los casinos, aquí parece apuntar a la corrupción de la iglesia, su relación con la mafia y un contable corrupto. Pero estas relaciones están carentes de definición y matices, sirviendo únicamente como trasfondo para vendettas y ajustes de cuentas.

Lo que sostiene esta nueva versión es Connie, cuyo odio infantil hacia Michael se ha transformado en cinismo y dedicación a la Familia, convirtióndose en su verdadero "Consigliere" y no esos abogados yuppies. Es ella quien introduce a Andy García, que interpreta correctamente al hijo bastardo de Santino.