Desde que vi esta fascinante y experimental obra de arte conceptual mi vida no es igual. Como mi corta mente de sapiens macho es incapaz de admirar todos los matices de tan megalómano arrebato artístico, me la veo desde entonces todos los domingos a la noche con una botella de vino y un kebab.

Sigo en la zona espoiler.

Dentro de este sugerente experimento que es Escenario 0 nos encontramos con Mammón, seguramente la más híbrida de las obras de la serie de HBO, una especie de encuentro entre Quentin Tarantino y La Fura dels baus en los camerinos del metalenguaje teatral.

El episodio parte de una leyenda de tradición oral aramea para acabar en el lado más perverso del capitalismo, todo narrado con voz en off y lenguaje teatral, pero usando recursos cinematográficos para engrandecer algunas tomas. Los actores están geniales y la propuesta es arriesgada y no va a dejar indiferente a nadie, basta decir que yo mismo no aguantaba la proyección al principio y, cuando entré en el juego de humor de mandíbula loca y colores lisérgicos, empecé a valorar la obra.

Sin embargo, el resultado final es a ratos agotador y desquiciante, sobre todo hacia el final, donde todo se precipita. Desconozco la obra original (que según he sabido se representó en Madrid durante meses con éxito), pero esta "remezcla" para Escenario 0 es poderosa y original, por lo que recomiendo su visionado (al igual que toda la serie, una proeza de cine dentro de teatro y viceversa).

Desigual película que claramente va de menos a más, en la que tardas bastante en entrar pero que al acabar te deja con ganas de un poco más.

A mi parecer, los puntos fuertes están claros: el reparto, donde destacan Bagdá y su hermana pequeña astronatuta; la banda sonora, potente y muy bien adjuntada a cada momento; algunas escenas de corte surreal, como la de la pelea coreografiada en el campo de fútbol; y el final (*ver spoiler)

Sin embargo, hay ciertas cosas que impiden que esta película sea redonda. Una, un abuso de escenas molonas de skaters patinando a cámara lenta rollo anuncio de Vans. La otra es más grave, y tiene que ver con el ritmo de la película. Hasta casi sus últimos veinte minutos no llega a interesar como ente único, al parecerse más a un compendio de escenas de la vida de Bagdá que a un film con inicio, trama y desenlace. De hecho, todo se precipita al final, donde además tienen relevancia personajes que no habían casi dicho nada. Una cosa es lo que queremos narrar (muy interesante aquí), y otra la narración en sí, bastante defectuosa y desordenada.

De todas formas, es recomendable por su frescura, estética y mensaje.

¿Cómo es posible que, después de ver un documental durante 90 minutos, tengas la misma idea de lo que te cuentan que al principio? Pues eso pasa aquí. Nos vamos a una especie de comuna donde un grupo de gente excéntrica se afeita la cabeza, entrenan hasta la extenuación, rezan a Dios y de vez en cuando se marcan una rave. ¿Por qué? Vete tú a saber ¿Con qué fin? A la directora no le parece trascendente. ¿Están chalados o han escapado de nuestra podrida sociedad? Dirímelo tú mismo en base a ningún dato o testimonio.

Eso sí, el blanco y negro es fabuloso, con su viñeteado y ese grano tan auténtico. Pero para observarlo sobran 15 minutos de película. O a lo mejor no he entendido nada.

Si se tratase de una superproducción americana de superhéroes al uso con transfondo psicológico, sería una película fallida. Aquí los juegos de rol en vivo son los EFX que nos descolocan sobremanera y nos impiden (a mí por lo menos) conectar con Veera y su trauma. En Hollywood da igual que quieras contar una ruptura de pareja que la pérdida de un ser querido, saben que con marcianos o samuráis todo entra mejor, y para mi gusto este documental bien filmado y muy poético abusa de una parte residual pero efectista de la vida de una persona (los LARP) haciéndonos creer que es efectivo en la lucha contra sus demonios. Por eso no acaba de funcionar.

Demasiado fría y distante por momentos, desconcertante a ratos y algo perturbadora (menudos videos caseros, solo superados por la campaña publicitaria más abominable que he visto), contiene alguna reflexión interesante que detallo en spoiler.