Gran homenaje al mundo del skate. Con Tony Hawk doblando a Christian Slater como Brian. Sobre vivir la vida al límite y disfrutar en cada momento del aire y la adrenalina en esa extensión del cuerpo que es el skate para estos personajes. Steven Bauer intertreta al chulo y volátil policía que ayudará a nuestro protagonista a resolver el misterio de su hermano adoptivo. Veremos el cambio de Brian a partir de lo sucedido con su hermano como preguntarle a su padre ¿cómo estás? Por primera vez en la vida o cambiar de vestimenta a una más formal, dejando al skate de lado. Pero solo fue un momento, al final todos sabemos que nació para ello y volverá a volar con su tabla.

La mejor serie que he visto. Cada capítulo tiene la calidad de una gran película. Quienes se quedan en la superficie la pueden tachar de culebrón. Tampoco ayuda la escasa acción que tiene pero qué más da cuando el guión es genial. Jon Hamm hace el papel de su vida con Donald Draper, el absoluto protagonista, aunque la serie tenga un reparto coral. La ambientación roza la perfección y todos esos momentos fuera de la oficina son mágicos. Ver a Don conducir con su coche hasta tierra de nadie es un ejemplo de que el placer está en el viaje no en el destino... por lo menos así es en Mad Men.

Serie que todo niño debería de ver donde se ensalza la amistad y autosuperación hasta límites insospechados. Criticada por su doblaje, pero aún con sus fallas la historia funciona igual, también criticado sus excesivos planos largos y hacer que duren más los combates pero todo ello le da un aire a western que no tiene en tanta medida el manga original escrito por Toriyama. Era un ritual ver Dragon ball cada mañana antes de ir a la escuela y no importaba verla por segunda o tercera vez seguía siendo un deleite. Banda sonora majestuosa y peleas donde se sentía cada golpe y brotaba la sangre. Nada que ver a Super un producto para hacer dinero carente del alma de Z.

Manga infravalorado al ser contemporáneo de Dragon Ball y su autor, Togashi, haber hecho otro más reciente como es Hunter x Hunter, aun así nada tiene que envidiar a las dos mencionadas antes. Una sinergia entre sus personajes nobles y auténticos pocas veces vista y unos villanos memorables que infunden pánico, pero tambien pena y remordimiento. Retratando el mundo de los humanos como igual o peor que el mundo de los demonios. Nuestro protagonista, Yusuke, es un joven rebelde que no para de meterse en líos y la manera de resolverlos es pelear aunque tambien es verdad que de vez en cuando intentará primero dialogar. Un día cualquiera intenta salvar a un niño de ser atropellado muriendo por el, algo que nadie se esperaba en el mundo espiritual por lo que se le será concebida una segunda oportunidad. Con una marcada evoluvión en la que veremos aflorar su compasión a la vez que su crueldad cuando ya conoce sus raíces demoníacas. Aun con todo Yusuke escogerá el buen camino gracias al apoyo de nuestro grupo de protagonistas y a su gran amor Keiko.

Película que representa el ocaso del cine mudo. Sin duda, otro tipo de cine más visceral y sublime por la falta de diálogos, donde esas miradas profundas y gestos teatrales lo son todo. Esta historia, en la que un hombre supera la tentación representada por la mujer de la ciudad y así puede vivir de forma tranquila y como un hombre de bien con su mujer. La dirección de Murnau es sublime y el guión, que para algunos puede llegar a ser pueril, es seductor y romántico.