Aunque tenía ciertas dudas con esta película después de no ser seleccionada por parte de nuestra academia a los Oscar, ahora y después de haber visto las tres precandidatas, creo que la academia ha perdido una oportunidad más que probable de conseguir nominación. Consciente de que Campeones es una gran película, dudo mucho que pase el primer corte.
Todos lo saben comienza con la llegada de Laura desde a Argentina a un pueblo de la España rural para celebrar la boda de su hermana, comienza este interesante thriller. En el contexto de esta celebración, Farhardi nos presenta a uno de los mejores repartos que ha dado nuestro cine español.
La recreación que este director iraní hace de nuestro país está totalmente conseguida. Quienes pertenecemos a esta España de interior que se describe, podemos certificar la autenticidad de estos matizados personajes así como su entorno y costumbres.
Todo comienza con una boda llena de luz y alegría donde los personajes sacan su lado más jovial y cómico. No hubiese imaginado una novia con más arte que Inma Cuesta, ni una borrachera mejor que la de Bardem y Eduard...
De repente se apaga esa luz festiva y da paso a un drama del que se apodera Penélope Cruz bordando un personaje cargado de dolor y sentimiento. Su recreación de esta Laura desesperada por la pérdida de su hija, es más que sobresaliente. Siempre a su lado y en perfecta sintonía, nos encontramos a un versátil e inmenso Javier Bardem y un más que correcto Ricardo Darín, aunque su personaje sea bastante más discreto.
No podemos pasar por alto la versatilidad de Bárbara Lenie a la hora de poner cordura en esta trama, ni la dolorosa contención de Elvira Mínguez y Ramón Barea aportando la cota de rencor que tanto protagonismo cobra en la historia.
Todo este engranaje perfecto de actores sumado a una excelente factura técnica (mención especial para la fotografía de Alcaine) ayudan a suplir ciertas carencias en la trama.
Como curiosidad decir que en el cine dónde vi la película, la gente no se movía de sus asientos al salir los títulos de crédito. Quizás todos nos quedamos con ganas de más... ¿positivo o negativo? Véanla porque vale la pena y juzguen ustedes.

Ma Ma fue presentada como la historia de Magda, una mujer con cáncer que ante los momentos más trágicos de su vida se crece ante la adversidad, sacando lo mejor de sí.
El resultado es tan sugerente como irregular. Presentar un drama desde el lado más optimista, ayuda a digerir una historia tan dura como esta. Pero en este caso llega a darle un tono artificioso y algo incomprensible. Prueba de ello son las reacciones de Magda ante sus diagnósticos, en principio enternecen pero se vuelven demasiado redundantes. Capítulo aparte, merecen la surrealista complicidad con su doctor (sus cancioncitas en quirófano, rozan el patetismo…) y la constante presencia de una niña siberiana con la que no termino de conectar...
Pero pese a dichos artificios no puedo evitar verme lastrado por esta historia de pocos personajes unidos por el dolor y la tragedia y que conforme avanza la película van iluminándose con la luz de una Magda que termina dando un auténtico canto a la vida.
Medem impregna con su estilo cada escena de la película cuidando mucho cada detalle, como muestra su gélida fotografía o la omnipresente banda sonora. Descuida no obstante, el guión dejando que los actores lo saquen a flote, dotándolo de verdad y sentimentalismo.
Mientras el siempre solvente Tosar se encuentra con el pesonaje más serio y contenido tanto de de su carrera, como de la película, a Asier le cuesta defenderse como puede con el personaje más extravagante de la historia. En cuanto a Penélope Cruz aunque al principio también se vea afectada por torpezas del guion, conforme va avanzando el film se mete de lleno en la piel de Magda contagiándonos su dolor, sus sentimientos y sobre todo su amor a la vida.

18 años han pasado desde que aquella niña de tus ojos arrasase entre crítica y público conquistándonos a muchos y haciéndonos quedar con ganas de más... Quizás por el exceso de intervalo entre las dos entregas o quizás por un injusto boicot, esta segunda parte que tanto prometía, ha pinchado en la taquilla. Y me sorprende mucho, puesto que aunque el desarrollo y ritmo de la historia sean mucho más irregulares que en la primera entrega. No cabe duda que estamos ante una gran película, CINE con mayúsculas donde un reparto coral extraordinario y de primer nivel componen personajes perfectamente construidos. Fernando Trueba ha sabido darle nuevamente su momento de lucidez a cada personaje sin descuidar ninguno y acompañándolos con nuevas caras como las de Darín, Cámara o Ana Belén que se integran a la perfección entre estos exuberantes personajes ya míticos y capitaneados por una inmensa Penélope Cruz. Esta Macarena resulta ahora menos fresca, pero más segura de sí misma y exagera su acento como así lo hacían las estrellas patrias de la época... Más guapa que nunca, Penélope se mueve como pez en el agua por unos impresionantes decorados y luciendo espléndida con un vestuario digno de las superproducciones de antaño.
Trueba rinde su particular homenaje a los cómicos de aquella España sombría, todos inmersos dentro del set de rodaje de una caótica superproducción hollywoodiense. Sus exageradas anécdotas nos vuelven a divertir, pero siempre con ese punto agridulce, que hace que estos divertidos personajes llenos de vida, se vean nuevamente lastrados por la desesperanza de un contexto histórico que los oprime.
La Reina de España no obstante, peca en sus excesos y en la repetición de situaciones demasiado parecidas a las de su predecesora. Si pretendemos comparar ambas, está claro que en esta entrega se pierde ritmo y originalidad, pero volvemos a toparnos con buen cine, ese que deja un buen poso y nos hace reflexionar.
Aunque analizando los datos comerciales de ambas películas, está claro que reflexionar con nuestra historia suele ser más arriesgado que cuando lo hacemos con una Alemania nazi que se nos hacía más ajena, aquella era otra historia...

Resulta muy fácil hacer una crítica a Nine, ya que como casi todo musical que se precie, conjugar música y canciones con un argumento general, es una tarea difícil y son muy pocas las ocasiones donde esta cocktail sabe bien.
Nine tiene todos los ingredientes necesarios para el éxito: Un casting de lujo y con buenas interpretaciones, una dirección artística sobresaliente, un director oscarizado y una historia que ya había triunfado en teatro. ¿Y entonces? ¿qué falló? ¿por qué esta historia ha pinchado en la taquilla y en la temporada de premios, para la que estaba prediseñada?
Estas son mis respuestas:
1.Por no cumplir las fuertes expectativas creadas.
2.Por tener una predecesora (Chicago), difícil de superar y que ya se aprovechó del efecto sorpresa, de la vuelta a un género perdido.
3.Por versionar una obra maestra ya anteriormente versionada.
4.Por contar con un guión vacío, sin una historia clara, novedosa e interesante que contar.
5.Porque hay demasiados elementos que parecen desaprovechados en esta impresionante superproducción, haciendo un especial hincapié en algunos intérpretes (Nicole Kidman, Sofía Loren o Kate Hudson).
A favor tenemos a unas coreografías impresionantes (grande Fergie), buenas canciones y sobre todo grandes interpretaciones, ofrecidas por:
-La dulzura y fragilidad de Marion Cotillard (la mejor en la función) espectacular tanto en diálogos como en sus dos números musicales (muy diferentes y muy bien interpretados)
-La sensualidad encarnada por Penélope Cruz que nos deleita con un número musical que hará historia. Su visceral personaje recuerda a las grandes divas italianas (veánla en V.O.S.)
-La madurez y el carácter de Jude Dench, perenne en toda la película con el personaje más sólido de la función.
-Y Daniel Day-Lewis, que a pesar de las críticas, creo que sale airoso de su difícil reto.
El resultado final no deja de ser entretenido, muy visual e interesante. Aunque cuando acaba la película, captas perfectamente el tema general del argumento: la crisis creativa, dándote la sensación de que Marshall debió pasar por un proceso semejante durante el rodaje, lástima que rodara antes de tener la idea final...

Cuando uno ve una película tanto tiempo después de su estreno, es inevitable sentirse influenciado por las críticas, noticias y trayectoria comercial que ha seguido la misma.
En base a esto, debo aclarar que me he llevado una grata sorpresa después de visionar las cerca de tres horas que dura el film. Con un pausado ritmo narrativo (como ya es habitual en Garci), se nos presenta a una sucesión de desiguales personajes que en conjunto con sus también desiguales historias, consiguen introducirnos en el Madrid de la época. La siempre sobresaliente dirección artística con la que nos deleita siempre Garci en su cine, brilla en esta película de forma especial. Maravillosa la luz, los decorados, el vestuario, música y la fotografía (pena de premios Goya que se escaparon…)
Las interpretaciones mantienen un buen ritmo: Millán, Guillén, Rellán y sobre todo Galiana sacan el máximo partido de sus grandes personajes. Sainz y Larrañaga parecen más caricaturas que personajes, mientras que los jóvenes y solventes: Lucía Jiménez y Quim Gutiérrez (alma del film) realizan unas buenas interpretaciones, aunque demasiado atemporales… me resulta difícil ver a una mujer de la época hablando como el personaje de Lucía Jiménez o como el propio Quim, que parecen estar moviéndose por el Madrid de ahora. Mención aparte me merece Paula Echevarría con un personaje decorativo y prácticamente igual al que interpretó en Luz de domingo (gran película y por cierto muy semejante en muchos aspectos a Sangre de Mayo).
Se alcanzan momentos de gran intensidad dramática, la gran reflexión final de Larrañaga (precioso homenaje a la comedia), el último encuentro de Millán con Quim o el maravilloso cuadro final… (hubiese sido una bonita forma de cerrar el film, sin recurrir a ese panfleto turístico de Madrid con el que finalmente acaba) También se echa en falta más intensidad en las escenas de Guerra así como en las románticas. Pero el cine de Garci tiene un sello propio y éste imprime ciertas diferencias con el cine español actual. Aún así, si queremos diversidad y un cine completo, con sitio para grandes clásicos, debemos reservarle un hueco a Garci, porque independientemente de sus defectos, el resultado final es notable y obras como ésta son necesarias en nuestro cine.