Sin duda, Ron Howard es un director experimentado que nos ha regalado muchas horas de buen cine ("Cocoon", "Apolo 13", "Una mente maravillosa", "El desafío: Frost contra Nixon"), aunque en otras ocasiones nos ha dejado más fríos que un día de playa en Islandia ("¡Qué dilema!", "Inferno", "EDtv"). Saberse la historia de antemano, tras haber visto el documental "Rescate en las profundidades", no es un problema, porque si lo fuera no veríamos las películas más de una vez (yo empiezo a batir récords con "La cosa", "El imperio contraataca", "Tiburón", "El resplandor" y "El apartamento"). Lo que sí es un problema es encontrarse con una realización sorprendentemente plana, como sin alma, y la distante interpretación de la pareja protagonista es prueba de ello. Mortensen y Farrell no se creen la historia, a pesar de ser apasionante, porque han sido abandonados por un general preocupado por lo superficial, y además Howard desprecia el talento de un gran compositor, Benjamin Wallfisch, al que ha robado la mayor parte de su música. Una oportunidad perdida de haber hecho una gran película.

Efectivas interpretaciones (Idris Elba siempre cumple) , excelente fotografía del francés Philippe Rousselot ("El oso", "Las amistades peligrosas", "El río de la vida", "Big fish"), partitura quizás demasiado atmosférica de Steven Price ("Gravity", "Nuestro planeta"), guion predecible en una interesante película de aventuras y terror. Sin embargo, el principal problema es el diseño de 'la bestia'. Si el león es la amenaza, si el león es, en el fondo, el auténtico protagonista que debería provocar inquietud en el espectador, un buen director tendría que haber desarrollado mucho mejor los momentos en los que aparece con un león auténtico y no uno diseñado digitalmente que provoca, en más de un momento, distanciamiento. Aun así, es una película recomendable si se busca cine de evasión sin demasiadas pretensiones.

Zemeckis siempre me pareció un director muy creativo. Con su aventura brujeril vuelve a demostrar su talento visual, pero el argumento, por desgracia, no da para mucho. Es cine infantil, con sus pros y sus contras, por lo que los actores (e indirectamente el guion) se ven abocados al exceso. Hathaway es una actriz extraordinaria, pero en esta ocasión su sobreactuación perjudica mucho el conjunto. Spencer hace lo que puede con un personaje sin chispa y Chris Rock....bueno, esa es otra historia.

El problema de 'Underwater' no es que se parezca, en mayor o menor medida, a otras películas del género de las que es deudora, como 'Alien', 'Aliens', 'Leviathan', 'Profundidad 6' o 'Esfera'. Su problema se llama William Eubank, un cineasta obsesionado por los primeros planos, la fotografía lóbrega (pero casi opaca) y el ritmo etílico digno del Michael Bay más asilvestrado. Cuando un director se aleja de la narración coherente y se acerca a lo incongruente, provoca en al aturdido espectador una desazón que aparece a los pocos minutos de la proyección. Si se carece de medios, la solución no es el montaje adrenalínico sino la creación de una atmósfera simple y llanamente creíble. Y si, además, incluimos en el conjunto a una serie de personajes sin profundidad, muy cercanos al esperpento, todo se viene abajo. Por favor, ¿no se darán cuenta en Hollywood de que estamos hartos de los chistes de patio de colegio? ¿Tan difícil es encontrar a un guionista que cree unos diálogos bien desarrollados?

Tiene más agujeros que un gruyer (los micos espaciales, los piratas a lo Mad Max, la caída desde tropecientos metros hasta un "pabersematao", la huida a través del cinturón de asteroides que ni Superman, la escena de buceo marciana.....nunca mejor dicho....,el estudio de grabación con cartones en las paredes,....). Sí, todo eso y aún más....pero, oh sorpresas de la vida, me ha acabado gustando pese a ser más surrealista que una semana laboral de 2 días. Será que el bueno de Brad me cae bien o que Sutherland y Jones son los auténticos extraterrestres de la película.