Comedia protagonizada por Ágnes Jaoui, que me gustó en Un Air de Famille (1996). Una mujer de alguna ciudad de rango medio de Normandía tiene 50 años y no tiene perrito que le ladre. Su vida es un poco desastre. Tiene dos hijas, una amiga un poco loca, un ex marido y un día se encuentra con un antiguo compañero del cole. ¿Os suena? Pues sí, un argumento que se ha hecho unas cuantas miles de veces con desigual éxito.

La película se deja ver aunque tampoco es que se haya escondido muy bien.

Es una película deslumbrante, con un diseño de producción y de sonido muy cuidado. Todo intenta ser verosímil: los aviones vibran, el agua que levantan las bombas moja, la gente muere.

Para mí tiene dos partes bien diferenciadas: una primera que abarca la primera hora y cuarto donde Nolan describe la experiencia de la batalla: esa mezcla de caos y miedo que encoge el corazón del soldado. Lo hace con maestría y con ese gusto por la verosimilitud que es su marca. Después, hay una segunda parte donde todo el buen hacer se echa por la borda porque la narración se desliza hacia un tono patriotero y propagandístico bastante torpe. Se pasa de la experiencia individual del soldado (para mí, lo mejor) a la experiencia colectiva de un país con diálogos (de los pocos que hay) que dan vergüenza ajena. Y todo lo construido hasta ese momento de complicidad y solidaridad del espectador se destruye. Aunque imagino que en el Reino Unido, no.

Nolan, bien como creador de imágenes y atmósferas, pero no sé cómo ha caído en ese patrioterismo tosco. Lo creía más inteligente.

Esta es una película sobre un tema real que a primera vista resultaba muy interesante. Pero llega George Clooney, la verdad es que me sorprende y apena, y hace una cinta blandengue que tiene lo peor de las películas propagandísticas de la segunda guerra mundial con un tufo ideológico que da repelús.

Los protagonistas se comportan como maniquís acartonados. Escenas que se suponen que tendrían que ponernos en tensión solo nos hacen desear que se líen a tiros. Salvaría, siendo generoso, el personaje de Cate Blanchett que es el único personaje que se parece remotamente a un ser humano. Todos los americanos dicen frases grandilocuentes y son muy sensibles al arte. Todos los alemanes son o muy malos o muy ingenuos. No hay alemanes normales. Y eso, en estos tiempos, es un fallo gordo.

No entiendo cómo un cineasta inteligente y con buen ojo para las historias como Clooney ha podido hacer este pestiño.

Van Bullock, Clooney y el espacio sideral y se encuentran con algunos problemas que es para lo que se hacen las películas: para contar dramáticamente conflictos. ¿Se puede hacer una película con dos personajes? Pues sí, ya lo hizo Mankiewicz en La Huella. Y ahora Cuarón, aunque con truco.

Creo que su principal mérito es presentar al espacio exterior como un personaje más, uno de esos vastos y fríos, que no son malvados pero que no pueden evitar ser como son. Ya tenemos a Darth Vader, tenemos a Hannibal Lecter e, incluso, al doctor No. Hay un nuevo chico en la ciudad: el vacío oscuro y desolado de Cuarón.

Vuestra experiencia será más completa con el 3D, que fue el formato en el que se rodó y concibió esta película. Y se nota. Más en el espoiler.

Aquí está mi de la Iglesia. Ha vuelto. Vasquizado de repente, sumergiéndose en los mitos de brujas de su tierra y saliendo con una anécdota apasionante sobre procesos inquisitoriales a los restos del paganismo celtíbero. Una vez que tiene todo el material lo desecha y monta una comedia alocada con los elementos tópicos de las películas de viaje al páramo cuanto más oscuro mejor, pero retorcidos, vaciados y rellenados con el conocimiento que ha reunido él (o su guionista) sobre las relaciones con las mujeres, la crisis y las tiendas de Compro Oro.

El trío protagonista cumple con su labor de interpretar unos personajes ingenuos e ingeniosos y las brujas, qué decir de las brujas, para dejar que te devoren hasta el tuétano de las rodillas con el deseo oculto de ser el postre de Carolina Bang. Algo imposible, lo sé, sabiendo que Alex de la Iglesia es su merienda.

Si vas a verla pasarás un buen rato, que es lo que cuenta al final.