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España España · Jerez de la frontera
Críticas de DavidFilme
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Críticas 237
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
15 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Willow" es un entretenido clásico fantástico de los 80s, producido por George Lucas y dirigido por Ron Howard. El granjero nelwyn Willow Ufgood se involucrará en una fabulosa y peligrosa aventura en que deberá proteger a una hermosa bebé que, de acuerdo a la profecía, será la elegida para destronar a la malvada reina bruja Bavmorda. Para ello, Lucas ofrecerá la dirección de lo que será el fim de Ron Howard, quién encargará la labor de guionizar la historia a Bob Dolman. Quién construirá una odisea fantástica, desde la peligrosa misión que emprende el protagonista, de raza baja pero con un alto sentido del honor y la valentía: que tiene la carga de proteger a la bebé, que debe enfrentarse a un malvado hechicero, con ejércitos batallando y héroes que encabezan la resistencia, y por último, el enfrentamiento final entre hechiceros. El director sabe aprovechar y expone de forma correcta elementos de fantasía, aventura épica, comedia familiar y el romance medieval. En líneas generales, la trama es interesante y amena.

Volviendo al film en sí, bien vale la pena señalar que una de las claves para que esta aventura funcione es la estructuración de los personajes protagónicos, aunque por supuesto no podemos esperar un villano realmente malvado tratándose de un producto familiar, que a pesar de ello tiene pensado sacrificar a una bebé de meses de nacida. Y me refiero al entrañable Willow Ufgood y al bribón pero locuaz y simpático Madmardigan, el primero reflejando el triunfo de la bondad y la voluntad a pesar de su estatura y derrochando valentía y determinación, y el segundo aportando con el aspecto cómico y, por supuesto, el porte varonil del guerrero implacable que prácticamente se enfrentará solo a las huestes de la malvada reina bruja Bavmorda. Y a propósito de Bavmorda, bien vale decir que corresponde a los típicos villanos ideados por George Lucas, resultan algo desteñidos en su maldad y poco inteligentes. En defensa del guionista, hay que decir que la reina bruja contiene en sí misma una maldad reprimida que nunca termina de desarrollarse, pero que sin embargo el espectador adulto puede advertir en sus acciones, como el hecho de querer asesinar a una bebé y a su propia hija, que se ha vuelto en su contra al percatarse de los errores de su madre.

La película es poseedora de varias escenas mágicas que quedarán grabadas en el recuerdo del público infantil, algunas más referenciales que cruciales, como las escenas en la aldea de los nelwyns en que se aprecia el día a día de sus habitantes, con Willow labrando la tierra y buscando la oportunidad de convertirse en un mago, así como aquellas escenas en las que buscará abrirse paso en un mundo hostil y violento, escenas que dan cuenta del eficiente trabajo de fotografía de Adrian Briddle, que saca el mejor provecho a las hermosos paisajes de Gales y Nueva Zelanda, lo que junto al trabajo interior en los estudios Elstree de Londres y el Skywalker Ranch, permitieron recrear el mágico y fantástico mundo del film, con brujas, enanos, trolls y monstruos gigantes. Uno de puntos fundamentales es el tratamiento de los efectos especiales, en que Lucas dio un salto decisivo en su carrera y en la historia del cine al promover el uso del morphing digital, en concreto en las escenas en las que Willow, inexperto mago, debe tratar de devolver su forma humana a la hechiera Fin Raziel, pero falla una y otra vez al convertirla en cabra, avestruz, pavo real, tortuga y tigre antes de lograrlo definitivamente. Efectos que no han envejecido del todo bien, pero que en su momento sí resultaron muy eficientes, y que complementaron de buena forma las técnicas de doble exposición para los traviesos brownies y el stop-motion para las escenas del monstruo bicéfalo que asalta el Castillo de Tir Asleen.

Las actuaciones son correctas, el reparto fue encabezado por Warwick Davis y Val Kilmer, quiénes tienen un eficiente desempeño, en especial, Kilmer que acusa lamentablemente mucha irregularidad en su carrera. Davis encarna al entrañable Willow Ufgood, voluntarioso y determinado miembro de la aldea de los nelwyns, mientras que Kilmer al carismático bribón que resulta ser guerrero implacable, Madmardigan, que le ayudará a derrotar a la malvada reina bruja Bavmorda y salvar a la bebé Elora Dañan. En el reparto secundario, encontramos a las experimentadas Patricia Hayes y Jean Marsh como las hechiceras Fin Raziel y Reina Bavmorda. Además, una desperdiciada Joanne Whalley como Sorsha, hija arisca de Bavmorda, que termina “emparejada” con Madmardigan y en contra de su madre bruja. Y Pat Roach interpreta al General Kael, líder del ejército de Bavmorda. Cabe señalar que el reparto también destaca por una gran participación de actores de baja estatura, que dan vida a los nelwyns, y entre los cuales destacan David J. Steinberg como Meegosh, el mejor amigo de Willow. Mark Northover encarna al líder tribal Burglekutt. Y Phil Fondacaro como el líder guerrero Vonhkar.

En definitiva, un entretenido film de alta fantasía, probablemente una de las últimas incursiones eficientes e interesantes de un subgénero que acusaba evidente desgaste, y que alza como un clásica familiar con una eficiente combinación de fantasía, aventuras, drama, comedia y romance. Fue nominada a dos premios Oscar en las categorías de efectos especiales y efectos de sonido, nominada a los Saturn Awards incluyendo mejor película de fantasía, pero quedándose sólo con el mejor vestuario, y nominada al premio Hugo, a la mejor presentación dramática. Por lo demás, se convetiría con el paso del tiempo en una película de culto, especialmente entre los amantes de la fantasia épica.
DavidFilme
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6
11 de abril de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Oldboy" es un entretenido e interesante thriller de venganza, dirigido por Park Chan-wook. Oh Dae-su es un padre de familia que de repente es secuestrado y encerrado por 15 años en una celda, en la que sólo tiene acceso a la televisión. Sin saber la razón por la que está encerrado, un día cualquiera será liberado y comenzará a investigar las causas de su encierro. Animado por el enorme éxito de “Sympathy for Mr. Vengeance”, primera entrega de la llamada “trilogía de la venganza”, Park Chan-wook se pone a trabajar en una segunda entrega, a partir del manga publicado por Garon Tsuchiya en 1997, donde un tipo es secuestrado y mantenido cautivo en una prisión de la Yakuza japonesa para ser liberado 15 años después sin explicación alguna. Luego de salir, conocerá a una joven con la cual establecerá una relación de pareja, mientras investiga las razones de su encierro y busca venganza por tantos años de confinamiento. Estas premisas narrativas son las bases que el director tomará del manga para configurar una demencial historia de venganza de cultivo personal, en donde un hombre maduro, es secuestrado por unos desconocidos y confinado a años de encierro, para ser liberado y enterarse que su esposa está muerta y su hija ha sido adoptada y llevada a Suecia. Lo peor es que la policía cree que él la asesinó y está detrás de sus pasos. Llevado por la desazón y la ira, Oh Dae-su iniciará una investigación para llegar al origen de su rapto, mientras parece haber encontrado el amor nuevamente en una joven empleada de una cafetería.

El filme, comienza de menos a más, y el hecho de que sólo tome la premisa argumental del manga en los primeros 15 a 20 minutos, habla de la acertada decisión y habilidad de su director para construir una historia que pasa de una intriga dosificada a algo francamente demencial con el descubrimiento que hace Oh Dae-su sobre la identidad de Mido, su nueva amante. Sin embargo, en ello, lo más destacable es su habilidad para hacer que la venganza aparente ser el principal leitmotiv para desvelar en la segunda mitad de la cinta, una conducta vengativa previa que justifica el encierro de Oh Dae-su, y contrapone las venganzas. Así, el que parecía ser meramente una víctima pasa a adoptar un rol más bien intermedio porque generó, sin estar consciente realmente del alcance de sus actos en el pasado, una desgracia previa que justificó la venganza de Lee Woo-jin. La temática de la venganza ha sido llevada al hastío en el séptimo arte y sin embargo, hay directores que hoy en día se las arreglan para presentar historias altamente dramáticas, en donde lo más interesante es la forma en que cada director expone la construcción del héroe vengador. Y es que el tratamiento que el director dará a Oh Dae-su, será más enfocado al aspecto emocional que al maquiavélico, a diferencia de las otras dos entregas. La principal fuerza alimentadora de la venganza va estrechamente ligada a la demencia y la locura que la falta de avances en encontrar la verdad va mermando la cordura.

El mismo personaje habla de que todo esto lo ha convertido en una bestia y la violencia explícita de la película es bastante elocuente, desde la escena en que le saca los dientes a un tipo con la parte trasera de un martillo hasta aquella de la mutilación de la lengua. Otro de los méritos de la cinta es su fotografía, dónde logra otorgarle una fuerza visual realmente destacable, con una armonía y naturalidad que alcanza por momentos cierto nivel épico, como la recordada y famosa escena en la que Oh Dae-su se abre paso entre medio de una turba de matones con solo un martillo, logrando salir apenas airioso entre golpes, patadas y apuñaladas, y otras bastante más mundanas pero impactantes, como cuando se come un pequeño pulpo crudo, mientras los tentáculos del octópodo se retuercen en su rostro. La banda sonora estuvo a cargo de Jo Yeong-wook, habitual colaborador de Park Chan-wook, quien opta por una ecléctica colección de temas, que combina el vals clásico con sonidos más bien modernos y electrónicos. El film fue nominado a la Palma de Oro del Festival de Cannes de 2004, sin embargo al final se quedó con el Gran Premio del Jurado. Fue premiado también el Festival de Cine Asia-Pacífico, el Festival Internacional de Cine de Bergen (Noruega), Festival de Cine de Estocolmo (Suecia), Premios del Cine Europeo y British Independent Film Awards, entre otros, además de ser premiado como mejor película en el Festival de Cine de Sitges.

Las actuaciones son correctas, tiene en su protagonista uno de sus grandes pilares. Min Sik Choi interpreta a Oh Dae-su, un hombre confundido y cegado por la sed de venganza, convertido en la práctica en una bestia lastimada, que terminará más horrorizado por las causas de su encierro que por los principios de su venganza. Su contraparte es Woo Jin-lee, interpretado por Yoo Ji Tae, que aparece como un villano arrogante pero muy inteligente, que ha planificado una enfermiza e increíble venganza contra Oh Dae-su. Si bien merecía más pantalla, pero entendiendo que la trama demandaba que apareciera más bien en la segunda mitad del film, Yoo Ji Tae logra hacer que el espectador tienda a equilibrar sus sensaciones hacia su personaje, cuando se descubre la verdad. Kang Hye-jung, finalmente, interpreta a Mido, la nueva pareja de Oh Dae-su, empleada de una cafetería, que simpatiza y ayuda en su misión vengativa, sin saber que comparte un horrible secreto.

En definitiva, una entretenida y lograda película de venganza, que tiene el gran mérito de retratar la conducta más humana detrás de la búsqueda de la venganza, y la de convertir una trama de interés en progreso en un desenlace realmente brutal y demencial. Una tortura psicológica, violenta, ácida, extravagante, morbosa y corrosiva. Es por tanto ese espíritu viejo, el de todos nosotros, que alcanzó el ocaso de su vida cuando la sed de venganza lo consumió completamente. Exactamente en el mismo momento en que aprendió que perdonando se vive mejor.
DavidFilme
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7
6 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Batman Begins" es un fantástico thriller de súperheroes, que da inicio a la trilogía de “El Caballero Oscuro", dirigida por Christopher Nolan. El director apostaría por explorar los orígenes del personaje, así como sus motivaciones personales para convertirse en el Hombre Murciélago, de forma tal de despertar el interés del espectador tanto en Bruce Wayne como en Batman y, al mismo tiempo, construir la trama desde un punto de vista más humano y realista, porque para Nolan el mundo de Batman es el de la realidad fundamentada, reconocible y contemporánea, de la cual puede perfectamente surgir una figura heroica, sin necesidad de tener que estar viviendo una fantasía narrativa. Inspirándose, entonces, en el desarrollo narrativo en donde la historia narra como nace y se desarrolla la figura del súper héroe. La infancia de Bruce Wayne: la caída al agujero de la Mansión Wayne, o el asesinato de sus padres, para profundizar en el viaje y formación de Wayne en un monasterio coreano, en donde terminará por adquirir sus habilidades en artes marciales y ciencias forenses. Es preciso señalar que el principal tema de la película es, el miedo. Ciertamente, el factor que desencadena el nacimiento de Batman será la confrontación de Bruce Wayne de todos sus miedos, el miedo a la oscuridad y a los murciélagos, a la incertidumbre del futuro y la soledad.

Por otra parte, la búsqueda de la figura paterna de Bruce Wayne, después de la muerte de su padre y la aceptación del padrinaje de Ra’s, y la figura de Albert, son parte de esa búsqueda por superar la incertidumbre emocional de saber que la soledad es parte de nuestras vidas en algún momento, aunque no la busquemos. Sin embargo, el miedo también es tratado por Nolan como un recurso utilizado por el crimen organizado para controlar todas las esferas sociales y apoderarse de la ciudad, siendo en ello la droga creada por el Dr. Crane "El Espantapájaro" una metáfora de ese poder en las manos equivocadas. Entonces, el guionista construiría una historia realista, perfectamente posible en nuestros tiempos en cuanto a la factibilidad técnica de un héroe anónimo y la incidencia casi omnipresente de la corrupción y el crimen organizado, contexto que no cuesta encontrar en nuestros días. El protagonismo del terrorismo y una guerra que la policía parece ir perdiendo día a día ante el crimen organizado, en consecuencia, no es una falacia ni mucho menos una distopia, aunque la aparición de un enmascarado justiciero para combatir esta realidad parezca demasiado fantasiosa. No obstante, la clave estará en la construcción no sólo de Batman, sino también los personajes antagonistas, con los cuales Bruce Wayne tendrá constantes conflictos personales y justicieros.

Así, el guión nos lleva a los orígenes de Batman, cuando Bruce Wayne viaja, por decisión propia al mismísimo infierno en la tierra (la cárcel en Asia), para intentar encontrar el origen de sus peores miedos, enfrentarlos y destruirlos. Entrenado por un enigmático líder de Liga de las Sombras, dónde decidirá romper con lo que su maestro tiene destinado para él, la destrucción brutal de la corrupción, sin justicia de por medio, para regresar a Gotham, tomar su lugar en los negocios de su padre y tratar de recomenzar su vida. En su búsqueda por cerrar las heridas del pasado y vencer sus miedos internos, creará su alter ego, a partir de un símbolo al que temía, pero ya no, y que todos temerán: el murciélago. Bruce Wayne es un hombre vulnerable, atormentado por el pasado, víctima del destino, contrariado por su sed de venganza y su afán de lograr justicia: características que denotan un personaje estructuralmente profundo, lo que lo convierte en un ser humano, al fin de cuentas. Los miedos y la búsqueda por un equilibrio mental parecen perderse en una confusa, indefensa y contradictoria Gotham.

Las actuaciones son inmejorables, Christian Bale está impecable como Batman, encarnando un personaje convincente que, en gran medida, resulta más creíble y lleno de matices. Liam Neeson es Henri Ducard "Ra’s al Ghul", el líder de la Liga de las Sombras, que podríamos llamar extremista ideológico, cuya peculiar forma de ver la limpieza del crimen es bastante draconiana. Para él, la purificación con fuego y destrucción constituye un atisbo de cordura en un mundo decadente y ciego. Cillian Murphy es el Dr. Crane "El Espantapájaros", un psicofarmacólogo que oficia de jefe administrativo del Psiquiátrico de Arkham, y creador de una toxina inductora del miedo, cuya base química es una flor que crece en el santuario de Ra’s. Tom Wilkinson como Carmine Falcone, el jefe de la mafia de Ciudad Gótica, un tipo de lo más clásico en el hampa: asesino, contrabandista, extorsionador... Refleja el abandono de justicia y la impunidad del crimen en Gotham. Secundarios de lujo como Michael Caine, en el rol de Alfred Pennyworth, el mayordomo que cría a Wayne y su pilar emocional. Morgan Freeman como Lucius Fox, el talentoso ingeniero mecánico, creador de las maravillas técnicas que Batman presumirá ante los villanos. Gary Oldman, encarna al honesto jefe de policía Sgto. Gordon, acaso el único que de verdad quiere acabar con el crimen. Y Katie Holmes como Rachel Dawes, la amiga de la infancia de Bruce y su interés amoroso.

En definitiva, vestido como si fuera un superhéroe, Christopher Nolan recupera la magia de uno de los más grandes héroes de todos los tiempos, con una visión realista, melancólica y fresca al mismo tiempo del Hombre Murciélago. Se convirtió en un sólido éxito de crítica y taquilla, siendo galardonada con tres Premios Saturn a la mejor película de fantasía, mejor guión y mejor actor (Bale). Además, fue nominada a la mejor fotografía en los Oscars y a tres BAFTA, al mejor diseño de producción, mejor sonido y mejores efectos visuales. Es, sin duda, una de las mejores películas de superhéroe de la historia cinematográfica. Interesante, absorbente, atractiva visualmente y provista de una banda sonora cautivadora.
DavidFilme
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8
4 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Indiana Jones y la Última Cruzada" notable y entrañable tercera entrega del famoso arqueólogo Indiana Jones, a cargo de la dupla conformada por George Lucas y Steven Spielberg. Indiana Jones se embarcará esta vez en la búsqueda de una de las mayores reliquias de la historia de la humanidad, el Santo Grial, la copa que Jesús usó en la Última Cena y que recogió su sangre tras su crucifixión. Un grupo de nazis, en tanto, secuestrará al padre de Indiana para obligarlo a buscar el tesoro y así conquistar la vida eterna. Mientras Lucas proponía la búsqueda del Santo Grial, Spielberg aceptaba, pero con la condición de que se le vinculara con la difícil relación que había caracterizado a padre e hijo hasta ese momento, como una metáfora sobre la búsqueda de la reliquia y una nueva oportunidad para ambos de construir una relación de afecto y entendimiento. De esta forma, no será extraño que el prólogo final de la cinta inicie con un adolescente Indiana arrebatándole la Cruz de Coronado a un grupo de mercenarios de tesoros, que planean vendérsela al magnate Panama Hat.

En dicha secuencia, en donde el futuro arqueólogo roba la reliquia y escapa espectacularmente de los mercenarios a caballo y luego en un tren circense que transporta a las bestias del espectáculo (cocodrilos, serpientes y leones), se plasmará la primera referencia a la dificil relación de Indiana con su padre Henry Jones, cuando el muchacho busca refugio en casa pero su padre le ignora y permite que el sheriff le quite la cruz y se la entregue al mafioso. Uno de los grandes detalles de este prólogo y que enlazará luego con el leitmotiv es precisamente el encuentro del joven Indiana con el líder de los mercenarios, que siente una inusual simpatía por el futuro arqueólogo, al punto de regalarle su sombrero de Fedora, que se convertirá en uno de emblema de la saga, junto con el distintivo látigo. En la mencionada escena, que acontece en el barco “Coronado” de Panamá Hat en la costa portuguesa, un ya adulto Indiana Jones nuevamente se ve enfrentado al magnate por la misma reliquia, que consigue arrebatarle, antes de que explote el carguero. Una escena en la que el director se da cuenta de que el espíritu aventurero y justiciero del arquéologo, su idealismo acerca la historia y la importancia de sus artefactos, son una característica distintiva en el héroe.

Sin embargo, lo más importante para los amantes del cine de acción, es que el film, está plagado de momentos espectaculares, en mi opinión, la mejor de la saga y reflejo de una madurez absoluta como director de orquesta de películas de acción. Las secuencias de acción no dan respiro: a la citada secuencia de búsqueda en las catacumbas venecianas, hay que agregar la persecución en lancha de la sociedad secreta que guarda el secreto del Grial y cuyo líder, Kazim, el viaje a Berlín en donde, en una quema masiva de libros, Indiana recupera el diario y se encuentra con el mismísimo Hitler a boca de jarro, el enfrentamiento en el dirigible cuando pretendían salir de Alemania y el escape en avión de caza, el enfrentamiento con las huestes nazi a campo abierto con misiles y tanques incluidos, y como no, la magnífica y emotiva secuencia final en el Cañón de la Luna Creciente. Conviene referirse a la secuencia final, ya que además de ser entretenida, resulta profundamente simbólica. Finalmente, héroes y villanos llegan al Canal de la Luna Creciente para conquistar el Grial, pero antes deben superar tres pruebas, que a la postre son pruebas de fe. El guión contrapone a Indiana Jones para que acceda al Grial, cuando Donovan hiere de muerte al padre del arqueólogo, y éste se ve obligado a aventurarse y superar las tres pruebas finales para sacar la copa y curar a su padre. Es, en definitiva, el amor hacia su padre lo que lo lleva a seguir adelante, y no la posibilidad siquiera de acceder al Grial como reliquia.

Las actuaciones son inmejorables, Harrison Ford disfrutó como nunca de su interpretación, asumiendo sus propias acciones de riesgo y teniendo una excelente química con Sean Connery, quién dicho sea de paso le otorga una seria y elegancia a esta tercera entrega que los fanáticos aplaudieron. Connery aceptaría con la condición que su personaje se alzará como una versión madura de la de Indiana, aunque el guión tendiera a presentarlo como un hombre letrado exigente y obsesivo con su trabajo. Alison Doody es la inteligente, pero obsesiva Dra. Elsa Schneider, siendo el personaje femenino más complejo de las tres primeras entregas. Es madura, muestra tener una inteligencia superior a la normal, lo que la coloca par a par con los Jones. Mucho más talentosa que Karen Allen y Kate Capshaw, que interpretaron a Marion Ravenwood y Willie Scott. El Dr. Marcus Brody y el amigo egipcio de Indiana, Sallah, interpretados por Denholm Elliott y John Rhys-Davies. Ambos sirven de actores bisagra que ayudan con su cuota de humor a canalizar mejor las emociones y la acción del film, lo que refuerza la entretención. Los principales villanos, Walter Donovan y el Coronel Vogel, fueron personificados por Julian Glover y Michael Byrne, respectivamente. Glover como el magnate estadounidense que contrata a Indiana, aunque clandestinamente apoya a los nazis en su búsqueda. Y Byrne, interpreta a un sádico y propotente coronel nazi que muestra una inusual antipatía por los Jones y que se convierte en una de sus peores pesadillas.

En definitiva, un clásico entrañable y notable que cierra con broche de oro la trilogía inicial de Indiana Jones, en donde destaca un ritmo vertiginoso y una enorme variedad de elementos narrativos de acción. Con una banda sonora que es una delicia, una historia interesante y unas grandes actuaciones, la química entre Ford y Connery es impresionante. Sin duda, una de las mejores terceras entregas jamás realizadas. La película de aventuras por excelencia, y que debió haber sido el cierre definitivo de la saga del intrépido arquéologo, que tuvo una tardía e innecesaria secuela.
DavidFilme
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9
2 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Django" es un brillante western moderno, dirigido por Quentin Tarantino. La trama gira en torno a la historia de un esclavo, Django, que se ve liberado por un dentista y caza recompensas llamado Dr. King Schultz, el cual necesita su colaboración para capturar a los hermanos Brittle, tres asesinos sin ningún tipo de escrúpulos. De esta relación nace una importante amistad entre estos dos personajes, reforzada sobre todo por la hasta ahora desconocida faceta de Django de terminar de una manera muy eficaz con todo tipo de criminales entusiasmados con el maltrato y el abuso. Ambos llegan a un acuerdo, y se ofrecen cooperación mutua: el Dr. Schultz ayudará a Django a encontrar a su esposa si éste le ayuda a capturar delincuentes. Este periplo llevará a esta pareja ante Calvin Candie, propietario de una plantación y multitud de esclavos, entre los que se encuentra Broomhilda, la amada de Django. En medio de esta situación encontraremos también a Stephen, fiel esclavo, el cual tendrá un papel clave en el desenlace de la trama.

El film, trata la brutalidad de la esclavitud en los estados sureños americanos de una forma inteligente, sin pasar de puntillas y con respeto. Tras una primera hora absolutamente fascinante con escenas memorables y un ritmo trepidante, la película entra en una fase más madura, lenta y con paréntesis de humor muy bien dosificado. Es en esa primera parte donde tienen lugar las mejores escenas y los mejores diálogos, más ingeniosos y críticos. La escena inicial, en la que se presentan a los dos protagonistas es puro cine y la escena del bar, en la que Django y el Dr. Schultz se toman una cerveza mientras esperan al sheriff es de las que hacen amar este vicio. Desde su inicio, que evoca directamente a los spaguetti western de los 60 y 70s, pasando por todas las subtramas durante el desarrollo del filme, hasta su final, la cinta se hace como mínimo amena y divertida, con situaciones típicamente tarantinescas violentas, magníficos diálogos, una tensión en algunas escenas que se sale de la pantalla, y por encima de todo, un estudio de personajes particularmente bueno: es impresionante ver personajes antágonicos entre sí tan casi perfectos como un mayordomo negro que destila racismo y crueldad por todos sus poros, la fría crueldad del esclavista, la transformación de un esclavo en hombre libre, y yo diría que por encima de todos está la figura de Christoph Waltz, cuya actuación da gusto ver y oír.

La historia está muy bien narrada, los personajes secundarios son igual o más importantes que los principales y están igual de trabajados y eso se nota. Los juegos con la velocidad, las secuencias a cámara lenta y los zoom tan drásticos funcionan a la perfección. Tampoco puedo olvidarme de mencionar la excelente fotografía. Con solo ver algunos planos se nota que el film no está hecho por ningún aspirante a cineasta, sino por uno ya perfectamente consagrado. Las más de dos horas y media dan para mucho, pero incluso con sus abundantes tiempos de calma, no cansan. Tenemos esclavitud, venganza, drama, oeste, tiros, violencia, humor negro inteligente y bueno, y hasta un romance que es el trasfondo de toda la historia. La verdad es que antes de la Guerra Civil americana coincidieron los últimos años de esclavitud en las plantaciones de algodón con el entorno clásico que llamamos "el Oeste", pero nunca hasta ahora nadie se había atrevido a mezclar ambas ideas hilvanadas en la misma historia. También consigo apreciar por parte de Tarantino un punto de vista un poquito más comercial, sin abandonar su estilo propio. Es una constante loa a la extravagancia. Su visión de la realidad se sitúa fuera de los límites de lo común.

Las actuaciones son sublimes, empezando con el grandioso Christopher Waltz encarnando al Dr. King Schultz, que como he mencionado antes, está por encima del resto, qué manera de comerse la pantalla, el cual hace la mejor actuación de su carrera. Creo que el mundo agradece a Tarantino haberlo sacado del anonimato y presentarlo como uno de los mejores actores de la actualidad. Prueba de ello, son los 2 Oscar que ya lleva a sus espaldas. El protagonista Jamie Foxx como Django, cumple con creces en su rol, en el papel del esclavo negro que ha venido a rescatar a su esposa de inescrupulosos traficantes de esclavos. Sin duda, su mejor interpretación. Samuel L. Jackson encarnó a Stephen, siempre odioso y con un gran papel de un miserable traidor de su propia raza. Leonardo Di Caprio como Calvin Candle, es quién domina los terrenos de Candyland y maneja las peleas mandingas. Posee una mirada punzante capaz de matar a todo esclavo, y una mente privilegiada. Y para finalizar, destacar la correcta labor de Kerry Washington, que encarna a Broomhilda, la amada de Django, sufrida como la que más.

En definitiva, un western moderno que bebe de tantas fuentes cinematográficas que parece imposible nombrarlas todas. Tarantino nos deleita con esta obra tremenda con una concepción visual y atmosférica a destacar, altas dosis de gore y humor negro. La ambientación, su vestuario, los parajes, la atmósfera, es un gran mérito del equipo de producción. Diálogos inteligentes, momentos de suspense alrededor de una mesa, una banda sonora tan transgresora como potente y acertada, momentos de ironía, sarcasmo y risas. El western perdido, que generaciones enteras arrasadas bajo el yugo de la esclavitud esperaban. Monumental, lírica y geométrica. No apta para racistas, ni insensibles, pero todo aquel al que le duelan las injusticias, tendrá en este film, un rato de justicia poética para deleitarse.
DavidFilme
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