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Críticas de Lucas Liz
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Críticas 132
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
9 de mayo de 2013
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Según avanzamos desde la taquilla a la sala, nos van surgiendo algunas preguntas; a lo mejor conseguimos respuestas y todo. Preguntas como, ¿tiene ventajas ser un marginado?, ¿se es marginado o te marginan?,..., bueno, cuestiones de ese tipo. Al final veremos si nos da respuestas o no, o, si al menos, nos traslada a esos campos de reflexión.
Chbosky, autor de la novela, se atreve a llevarla a la gran pantalla y hemos de decir que lo hace con una buena dosis de honestidad y sinceridad. Con lagunas y deficiencias, sí, pero siendo muy honesta. Y qué importante es la honestidad. ¡Cómo nos gusta! Media vida nos hemos pasado clamando por ella y que poquitas veces la vemos. Nosotros tratamos de serlo... y alguien nos dirá que así nos va. Tendrán razón, pero la honestidad es lo que nos queda, por mucho que el día a día nos demuestre que es un valor que está en peligro de extinción.
No estamos ante la típica cinta para adolescentes; problemáticos y en edad de iniciación. No, no es sólo. Es mucho más, si bien, no podemos negarle ciertos defectos y excesos; pero en general es muy honesta y acaba atrapándote (¡no nos lo esperábamos!).
Es una historia ambientada en el instituto y las vivencias típicas de esa edad, pero no se queda ahí, profundiza en el terreno de la amistad, de los problemas de adaptación y de la marginación social que los jóvenes (todas las personas en general) sufren por distintas razones. Quizá la ensombrezca demasiado el hecho de que el protagonista arrastre un problema grave desde la infancia, lo que cuestionamos severamente. Nos preguntamos si era necesario o no, para hablar de la problemática que se nos plantea. La amistad y la inadaptación se podrían mostrar y desarrollar de igual forma, sin necesidad de ese elemento agravante. La película también se empaña y se emborrona en el tramo final.
La inadaptación se aborda desde la perspectiva de los tres protagonistas, quienes sufren cierta exclusión social por unas razones u otras. Eso tiende a juntarles, descubriéndose la excepcionalidad que en ellos habita, pese a lo que los demás en ellos observan. Eso nos hace pensar en la de veces que se prejuzga o se emiten juicios con total facilidad y sin criterio sobre personas a las que apenas se conocen, sin pensar en las consecuencias o en la trascendencia que pueden tener esas palabras sobre terceras personas. La excepcionalidad suele esconderse y sólo se muestra a quien lo merece. No todos son capaces de verla y curiosamente son esos los que osan a crear opinión a la ligera, los que son incapaces de descubrirla. Esa es una verdad de la que cada día estamos más convencidos y la experiencia así nos lo demuestra una y otra vez.
Con mucho tacto y desde la credibilidad de sus personajes, se expone un breve ensayo sobre la amistad, su importancia y su necesidad. En ocasiones es muy difícil hacer amigos; en ocasiones es muy fácil. Lo que realmente es difícil es encontrar buenos amigos; incondicionales y sin interés alguno. Honestidad, simplemente pedimos honestidad, una vez más.
El trío protagonista completan unas interpretaciones muy convincentes, pero por encima de todos hemos de destacar a Ezra Miller; secuestra todo el protagonismo y toda la luz de la cinta. De principio a fin. Está radiante y excepcional, sobre todo enfundado en el corsé de Tim Curry en The Rocky Horror Picture Show.
La película será agradable para todos aquellos que pasan de la treintena, sobre todo, porque notarán ciertos elementos familiares. A ello ayuda notablemente la selección de temas musicales. No les desvelamos ninguno, para que se lleven una sorpresa y los descubran ustedes mismos.
Y por último, vamos a nuestras preguntas iniciales. No van a encontrar en ella respuestas, pero ya por el mismo precio, podemos buscar respuestas que emanen de nuestras reflexiones. La experiencia nos dice que llegar a esa condición de marginado es porque te hacen; te apartan o te ves obligado a apartarte porque no se lo merecen. Así de fácil. Ahora bien, en ocasiones, no hay mejor escudo que el proporcionado por esa condición de marginado... Eso es una ventaja, como reza el título de la cinta. Además, como al personaje protagonista, siempre nos quedará la escritura para plasmar nuestras reflexiones y debates, aunque tengan escaso criterio, como el nuestro.
Pero no teman, no sufran, los que marginan se están perdiendo la riqueza exterior porque lo maravilloso y especial no habita en ellos, y ni siquiera son capaces de verlo fuera.
Lucas Liz
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3
9 de mayo de 2013
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una comedia no convencional-absurda, comedia negra si quieren llamarla, que atrae e inspira un halo prometedor de originalidad y aire fresco, pero no ha logrado seducirnos. Veredicto rápido: regulera. Bastante regulera. Empecemos diciendo que no sabemos muy bien si la hemos entendido (cada día somos más limitados y necesitamos de cine más simple y "mascadito") y por tanto nuestra opinión puede estar condicionada por esa falta de comprensión (más allá de los estándares normales de nuestra limitada capacidad de entendimiento y análisis). Quizá tampoco sea preciso entenderla...ni siquiera se busque...
La sala no estaba muy llena (incluso menos de lo que hoy en día se llenan -tiempos en los que lo de ir al cine se empieza a convertir en un lujo-); algunos de los espectadores comienzan a desfilar a mitad de film y a la salida, caras extrañas. No parece que haya gustado demasiado, al menos no ha entusiasmado. Y a nosotros, pues eso, regulera.
Al enfrentarse a este tipo de producto, uno piensa que se echará a los ojos una buena dosis de locura y diversión, alentada por la figura e ingenio de alguno de sus protagonistas. Cuando sales del cine y haces un breve repaso de lo visto (breve, porque no merece la pena echarle más tiempo), enseguida te das cuenta de que ni una cosa ni otra. Acabas de contemplar una película disparatada, algo caótica y escasa de gracia, por lo que la sensación de engaño se apodera de ti.
Se nos muestra un escaparate de personajes odiosos y algo despreciables, envueltos en tramas absurdas, sin criterio alguno (al menos así nos lo parece), lo que acaba por hacerte bucear en tus pensamientos y alejarte cada vez más de la cinta, hecho que sin duda no es muy buena señal, al menos si lo que buscas es evasión y divertimento. El montaje no ayuda nada, es más, contribuye notablemente a lo caótico del conjunto (hemos leído en alguna columna con más experiencia y criterio que ésta, que este aspecto es loable, apreciable y casi magnífico; nos ratifica en lo justito de nuestro criterio).
Buen trabajo del genial y excéntrico señor Walken, pero del resto poco destacamos... A la señorita Kurylenko casi ni se le ve. Farrell, en su línea, es decir, justito. Harrelson cumple y Rockwell da lo mejor de sí en ese personaje alocado y fuera de lo común; acaba por adueñarse de ti y convertirse en protagonista absoluto. De lo mejorcito de la película.
No nos queremos entretener ni extender más, porque tampoco lo merece. Ni gran diversión, ni buen entretenimiento, ni siquiera nos ha permitido evadirnos (será cuestión de ánimo, que sin duda también influye). Si siguen nuestro consejo (que esperemos que no lo hagan muy a menudo), se la pueden ahorrar. Eso sí, en ciertos círculos "entendidos" gustará, y mucho.
Lucas Liz
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5
9 de mayo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta comienza de forma brillante y excitante lo que te engancha desde el primer minuto, convirtiéndose en un digno producto de entretenimiento. No obstante, el ritmo decae en distintas fases de la película, lo que provoca algunos bajones, convirtiéndola en una montaña rusa de sensaciones.
Es una obra fría, como si su clima de procedencia se impusiera. Es cínica y nos habla del vacío moral y de la ausencia de escrúpulos, mostrándonos unas vidas en las que todo vale con tal de conseguir lo que se desea, ya sea profesional, como personal. Vamos, como la vida misma, pero elevándolo al máximo exponente y desarrollándolo en extremo. Esa idea conductora está muy bien desarrollada y expuesta, con buen ritmo, en general, y adornándola con acción y buenas dosis de violencia (exagerada en ocasiones). Todo ello consigue fascinarte en el tramo inicial de la cinta, pero que, como ya hemos dicho, decae en algunos tramos a lo largo de todo el metraje, lo que la rebaja a lo mundano. Finalmente, culmina de forma correcta, pero previsible y falta de chispa, con cierto tono de renuncia a la frialdad inicial y al vacío moral del que quiere hacer gala en ese tramo.
Recurre a elementos clásicos para engancharte y entretenerte, lo que no deja de ser un artificio barato y poco original. Así el sexo, los desnudos, la acción, la violencia y la sangre son recurrentes y no siempre justificados. Casi tramposos.
Los actores completan buenas interpretaciones y sus elecciones han sido todo un éxito. Nos quedamos con la impresionante puesta en escena de la hermosa Synnøve Macody Lund y la increíble planta del "mata-reyes" de la saga Juego de Tronos, el actor danés Nikolaj Coster-Waldau.
En conclusión, es un buen producto de entretenimiento, por encima de la media, que se nos pasa rápido y de forma amena. Su inicio muy prometedor, acaba pasándole factura, y pese a algunos esfuerzos, al final, te quedas con la sensación de que no era para tanto. No obstante, desde aquí se la recomendamos para pasar una buena sobremesa o para recuperarse de un día duro y frustrante.
Lucas Liz
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2
9 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En línea de otras recientes cintas sobre la (actual) crisis económica y las banalidades del sistema financiero-capitalista desprovisto de toda moralidad, como Marging Call, The Capital o Inside Job, en el año 2012 se presentó esta adaptación de la novela de Don DeLillo.
Siempre que uno se acerca al cine de Cronenberg no lo hace en busca de comedia, ni permítannos, tratando de tener "cine ligero". No, nunca lo es. No obstante, en este caso, como lo era en el caso de Crash, estamos ante un producto denso, árido, claustrofóbico y falto de oxígeno. Adjetivos que, como ya pueden prever, anticipan nuestro alejamiento de la doctrina mostrada.
En anteriores películas del director canadiense, sobre todo en Una Historia de Violencia y en Promesas del Este, se disfruta de algo exótico, sorprendente y atractivo. Productos cinematográficos que te enganchaban y no te dejaban indiferente, pero que eran comprensibles, entendibles por los espectadores modestos y sin pretensiones, como lo somos nosotros, y no provocaban el sofoco y la falta de aliento que en este caso se suscita.
Desde este espacio tenemos que reconocer que no la hemos entendido. Desde los primeros minutos comienza a ponerse distancia entre nosotros y la pantalla, acabando por encontrarnos a ambos extremos del Universo, rondando por nuestro cuerpo y alma la certeza de que no sabemos muy bien lo que acabamos de ver. Sentimos que hemos visionado algo vacío, algo sin alma; excesivamente cerebral e inerte, cual sílice inorgánica desprovista de cualquier vida en su superficie.... Un denso navegar por un desierto de incomprensión.
La adaptación se constituía en todo un desafío de esos de los que el director canadiense no suele desaprovechar y entre los que se encuentra cómodo, pero, a nuestro modesto entender, en esta ocasión el fracaso es notable.
Si nos centramos en las formas y en la puesta en escena, el film se convierte en un desfile de personajes sin criterio (como el nuestro), sin saberse muy bien las razones por las cuales aparecen. Tanto en lo personal como en lo profesional. Cual ventanilla de la administración por la que desfilan distintos individuos con distintos roles, muchos de ellos agónicos, el aburrimiento nos invade, nos acaba por alejar de la película y nos hace desear que el castigo acabe lo antes posible. Final, por cierto, aún más asfixiante y desconcertante.
Lucas Liz
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3
9 de mayo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta ocasión escogimos una película de esas llamadas apocalípticas, tan poco usuales y tan poco vistas dentro de la cinematografía española, y por contra, tan explotadas en el universo americano, al que inevitablemente tiende a recordar. Eso sí, sin contar con el presupuesto y los medios de éste, y posiblemente también sin un guión todo lo redondo que era necesario como para convertirla en la punta de lanza de un nuevo tipo de cine en nuestro país, en el cual los jóvenes talentos técnicos y artísticos pudiesen desplegar todo su potencial.
Metiéndonos algo más en harina, se trata de una cinta atípica en nuestro cine que se adentra en un futuro apocalíptico a partir de un "injustificado pánico" que aparece en la población mundial a los espacios abiertos. Injustificado porque en ningún momento se explica la procedencia de "esta enfermedad", su causa. Es, sin duda, una apuesta arriesgada; la de zambullirse en el terreno apocalíptico, a la par que brindarle un homenaje a la ciudad condal y plasmar una más que digna crítica a la sociedad actual, cual merecedora del mal que sufre, por lo que en este espacio hemos llamado "ombliguismo ilustrado"; esa falta de humanidad que reina en la impersonal sociedad actual, donde sólo cabe el interés propio y el egoísmo profesional y personal es una máxima que se cumple día a día. Donde ni siquiera somos capaces de preocuparnos, que digo, de fijarnos en lo que hay a nuestro alrededor. Hay personas, con sus problemáticas, sus necesidades... que sienten, sufren, necesitan. La película parece por momentos queremos decir que la sociedad global se merece "esta enfermedad", este pánico a los espacios abiertos, porque al fin y al cabo, y cada vez más, uno se encierra en sí mismo y es incapaz de "ver" a los demás; de ver lo que hay a su alrededor. Así, el film nos muestra el final de mundo, tal y como se conoce actualmente, y dando forma al comienzo de una nueva sociedad. Los últimos días de lo que hoy conocemos, dando paso a un nuevo modelo.
Como comentábamos al principio, el guión dista mucho de ser algo redondo y ha de recurrir a continuos "anzuelos" que tratan de engancharte y justificarte posteriores acontecimientos dentro de la historia. La falta de ritmo es también un pecado más que aparente. Los continuos flashbacks iniciales son recurrentes en exceso y algo injustificados. Pese a que en un tramo consigue engancharte, entre los túneles de metro y alcantarillas, momentos en los que se afianza la amistad y la química entre los dos protagonistas de la cinta, la sensación se va desvaneciendo, convirtiéndose en un largo transcurrir hasta un final previsible, lleno de elementos obvios, que incluso llegan a rayar lo ridículo (un poco también en las formas). En ese tramo final nos encontramos ante una llanura de lugares comunes y elementos ya repetidos hasta la saciedad en el cine, trayendo a nuestras mentes un montón de similitudes e inevitables comparaciones. Muchas de ellas poco favorecedoras.
No es un mal entretenimiento, pero no como para pagar una entrada de cine. Arriesgada apuesta que necesita mejorar en contenido y en formas para lograr su propósito y abrir brecha.
Lucas Liz
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