The boogeyman es una propuesta de terror que asustará desde un punto de vista psicológico más que visual, aunque los dos cumplen correctamente.

La cinta crea y ambienta todo un concepto pavoroso alrededor del monstruo. La premisa surge de las pesadillas que tenemos durante la niñez, esos monstruos escondidos en la oscuridad, acechando desde nuestro armario o debajo de la cama para aterrarnos cuando vamos a dormir. Esa es la sensación que provoca The boogeyman: la desprotección ante algo desconocido, muchas veces más espeluznante en nuestro subconsciente que en la realidad.

Por esta razón, inicialmente la criatura no se deja ver más de lo necesario. En cierta manera, para que el espectador se imagine aquello que, particularmente, le hostigaba cuando era pequeño. La cinta se asemeja y recuerda al estilo de otras producciones estadounidenses, como Nunca apagues la luz (2016) o Barbarian (2022). Todas ellas son películas que juegan con la psicología del terror. Así, combinan momentos de tranquilidad en los que crean inquietud con testimonios angustiantes y demuestran que menos es más para al final asustar de verdad.

Otro punto a destacar es su realización. Se usan transiciones muy efectivas, donde la realidad se mezcla con las pesadillas, y los efectos visuales están bien ejecutados. Asimismo, las actuaciones de Sophie Tatcher y Vivien Lyra Blair sorprenden gratamente.

A pesar de todos lo puntos notables, es cierto que falta algo de profundización en la historia. Hay cuestiones que se dan por hecho o se pasan por alto, como el estudio de pintura, la relación entre la familia o la ausencia del padre a nivel emocional y físico. En relación a ello, hay escenas sobrecogedoras donde ningún miembro acude al rescate.

Con todo, el film entretiene y espanta durante sus 98 minutos y hará que más de uno compruebe dos veces su armario y debajo de su cama antes de dormir.

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