La primera entrega de este universo fue una auténtica maravilla visual, con una música cuidadosamente seleccionada y una historia trepidante. Todos los fans de esta película esperábamos encontrar al menos el mismo nivel de calidad en la secuela, pero nos llevamos una grata sorpresa al descubrir que la segunda parte es incluso mejor.

Desde el comienzo, la película nos sumerge en una escena inicial que establece el sobresaliente nivel que mantendrá a lo largo de toda la historia. El mundo de Miles Morales está lleno de escenarios impresionantes que nos dejan con la boca abierta, escenas de acción que desearíamos ver en películas con actores reales, y una banda sonora que te obliga a sacar Shazam en la misma sala de cine.

En cuanto a la trama, nunca decae en ningún momento, y los momentos de acción te mantienen en vilo, haciéndote pensar que el clímax de la película puede llegar en cualquier instante. El nuevo antagonista es escalofriante y uno de los mejores que hemos visto en cualquier película de Spiderman. Además, los personajes secundarios están bien construidos y los diseños son espectaculares, lo que te lleva a dudar sobre quién es tu personaje favorito.

La película tiene un gran "pero", que aunque no afecta a la calidad general, sí provoca una pequeña herida en el espectador. Existe un pequeño detalle relacionado con el final que sería considerado un spoiler, y por lo tanto, no lo mencionaré en esta crítica.