Hay grandes películas que pese a estar enfrente nuestra, cuestan ser descubiertas. Había leído alguna crítica o visto en alguna dársena el cartel que anunciaba “La Mejor Oferta”, de la que la definían como obra de arte como testificaban alguno de los premios recibidos en certámenes internacionales.

Para los seguidores terrenales del Séptimo Arte, los prejuicios sobre el cine italiano pueden ser un freno para adentrarnos a descubrir películas del país mediterráneo. La sombra de Sofía Loren, Roberto Benigni o Manuale d`Amore marcan un listón alto tras el cual parece haber un vacío difícil de llenar, pero sin duda Giuseppe Tornatore recoge el testigo y se eleva a la categoría de genio del celuloide.





El guión, intriga y magia con la que mueve los hilos de la trama en “La mejor oferta” le convierte en referencia en el noble arte de narrar historias, de hacer cine y generar arte.

Dos horas en la que es capaz de mantener la atención y tensión del espectador, gracias en parte a la interpretación de Geoffrey Rush en el papel en el que encarna a Virgil Oldman, un añoso subastador de arte, tan rico como solitario en eso de las relaciones interpersonales. Una historia donde la rutina se desmorona, donde se descubren sentimientos que no pueden ser comprados con dinero, donde todo lo real no lo es tanto y donde la confianza ganada sutilmente puede perderse tras la sombra del interés ajeno.

Una película que gira en torno a las subastas de obras de arte, que hace honor a su trama y se convierte en eso, en una joya inesperada que descubres cuando el telón blande con los créditos finales.

Os dejo mi crítica: http://www.juantoral.com/mis-blogs/recomendaciones/25-la-mejor-oferta.html