Cuando te enteras de que Michael Mann escribió, reescribió, hizo e rehízo esta historia te das cuenta de que «Heat» es producto de la pasión de un creador. ¿Cómo hay gente que dice que está sobrevalorada? ¿Qué película hemos visto? Puede que se haga un poco lenta en la primera media hora pero no es nada que influya de manera muy negativa en el conjunto, ya que los ciento setenta minutos que dura están bien empleados en el planteamiento, nudo y desenlace de una historia de policías y ladrones donde el carácter y carisma de los personajes es fundamental.

Qué criminales, señores. Yo creo que es el mejor papel de Robert De Niro, así de claro; es que no está, es que es Neil, un delincuente de impoluta presencia, de cabeza despejada y una férrea ley de los treinta segundos que, contradiciéndose sin darse cuenta, es posible que no pueda cumplir. Con un presente en el que se ahoga y un futuro en el que tiene que despertar, él mismo sabe que está llegando el final, sea cual sea, quiere que llegue, necesita que termine, gane o pierda, y eso es tan noir como poético. La historia del Chris de Val Kilmer es la más conmovedora; en serio que no entiendo que te pueda gustar un tipo como él, que tiene todos los defectos posibles, pero te gusta. Quizá porque lo percibes frágil e inseguro, sin verdadera maldad y en el fondo enamorado. Al Pacino como policía implacable, amigo y enemigo, sosegado y lleno de pasión al mismo tiempo, da la réplica perfecta con su justa moralidad. ¿La escena en el restaurante? Escenón para la historia del cine, sí.

Otra escena para la historia: el tiroteo. Maravilla cinematográfica. Mann plantea la escena con garra y furia, visceral, con unos efectos de sonido y una planificación espectaculares. Toda la acción en realidad está muy bien hecha, pero es que esta escena es la escena y además punto de inflexión en la trama. Hay quien dice que «Heat» solo tiene eso, dos escenas y dos actores, pero no es cierto y aparte de todo lo que ya he dicho te voy a decir qué más tiene «Heat».

Drama negro, thriller de acción y heredera de la fatalidad de John Huston, «Heat» es una obra ardiente contada con frialdad y de noche, como le gusta a Mann. De tan elegante, es afilada. Se cuenta lo que se tiene que contar, se muestra lo que se tiene que mostrar, se sabe lo que se tiene que saber. Cuánta concisión y destreza en los diálogos, qué forma tan bella de explicarnos la historia entera de una amistad: «¿Te acuerdas de lo que decía en el patio?». Ya está, punto. Un guion sin flecos ni agujeros, todo rueda, todo se precipita, todo tiene sentido. Además, tiene unos personajes femeninos bien construidos, sólidos y motores de la historia personal y vital de los personajes masculinos. Tiene una banda sonora fusionada con la historia. Tiene espíritu y tiene emoción.

Inolvidable.