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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Dante:
4
Drama Nueva York, 1863. La ciudad está dominada por la corrupción política, y la guerra entre bandas provoca muertos y disturbios. En este contexto, el joven inmigrante irlandés Amsterdam Vallon (Leonardo DiCaprio) quiere vengarse de William Cutting, "Bill el carnicero" (Daniel Day-Lewis), el hombre que mató a su padre (Liam Neeson). (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabido es que para Hollywood, New York es una especie de ciudad elegida por los Dioses en la que todo puede ocurrir, desde pandillas súper violentas del siglo XIX luchando a muerte con hachas, palos y piedras y con Gatúbelas harapientas incluídas, hasta la llegada de civilizaciones extraterrestres de lo más variopintas (99% de las veces con planes de destruir la humanidad). Desde ese punto de vista, que la historia esté ubicada otra vez en dicha ciudad es un tópico-típico. Sin embargo en esta ocasión los sucesos pseudo-reales van calzados en un momento histórico no tan abordado (al menos no hasta el hartazgo como otros) lo cual le da el espacio para moverse en un trasfondo con buenas posibilidades. Años 1850/1900, aprox. Está naciendo una gran metrópolis como Nueva York, los inmigrantes llegan de manera constante y se desarrolla la guerra civil. Esa parte de Norte América vive sumida en la violencia generada por la propia guerra, el racismo, la lucha de clases y la criminalidad que es típica de aquella gran urbe (parece) desde siempre. A esto le sumás Scorsese (“Buenos Muchachos”, “Casino”, “Cabo de Miedo”, etc.) y un plantel de actores de primera, algunos con más fama, otros con más talento, y parece que ya tenés media partida ganada desde el vamos.

Entonces para que todo sea redondo el "yeite" estará en dónde elijan poner el ojo el guionista y el director para encarar la trama, ya que hay muchas historias jugosas que podrían desarrollarse en este escenario espaciotemporal. Y ahí creo que está el mayor defecto de la película: el relato principal es de lo menos interesante que se podía elegir en ese abanico de alternativas. Y si me apuran un poco les digo que tampoco la elección del reparto estuvo bien. Pero vamos al primer punto. Los elementos que pertenecen al trasfondo de la historia y están rozados de costado se comen en interés e importancia al relato principal. Y es que están retratados de un modo en que hasta pueden tomarse como una crítica social y moral a situaciones que aún hoy están presentes. Como la estrecha relación entre la política y las bandas de matones de barrio, y la manipulación de las elecciones. Y ni hablar de cómo el tío Sam engrosó sus filas de carne de cañón históricamente con los más pobres y los inmigrantes. Pero en vez de esto el hilo conductor es una simple historia de venganza, donde el vengador es bastante torpe y demasiado paciente para mi gusto (se toma casi 20 años) y además se enrosca y trastabilla con una ¿historia de amor? de la cual realmente se podría haber prescindido del todo.

También se puede decir que Scorsese eligió la violencia y la sangre como protagonistas, porque realmente son 2 cosas que están presentes en todo el metraje, de manera que abruman, sobran y ya empalagan porque exceden con creces en presencia y tamaño a la propia historia. En este punto hay algo que ya no me quedó claro, porque si tan importante era retratar la violencia, entonces no encuentro explicación a que las escenas de peleas y algunas de revueltas sean tan malas, sobre todo la inicial donde se nota sobremanera que es una riña ficticia y coreografiada sólo a grandes rasgos. Es evidente la falta de intensidad y hasta de contacto entre los actores en esas escenas que deberían ser claves. Los personajes grotescos como la mujer de garfios o el grandote que anota las víctimas en su palo (por no hablar del bueno y el malo de turno) le restan realismo a una película que parece tratar de ser realista. Digo, por algo se ubica en un momento y lugar reales, con un marco de acontecimientos reales y hasta con los nombres de las bandas (gangs) y sus cabecillas reales. También me confundió sobre sus intenciones en que si bien hay unos movimientos de cámara y tomas a lo mega cine, la puesta en escena es absolutamente teatral, tanto en los actores (por ejemplo el comportamiento poco natural de las hordas embravecidas), como en los escenarios (hay 2 ó 3 que se repiten a lo largo del film varias veces).

Párrafo aparte para Daniel Day Lewis, que es lo más disfrutable de la película (casi) logrando con su gran oficio y carisma que su personaje no termine de desbarrancar, aún siendo la caricatura de un supervillano sádico. Una especie de Mr. Hyde pero sin Dr. Jekyll, que además gusta de comer carne cruda. Con Di Caprio me pasa que le valoro el tratar de salir toda la vida del papel de niño lindo para mostrar que es un actor en serio. El tema es que, aunque dotes tiene, pocas veces lo ha logrado hasta los últimos años. Y para Cameron Díaz, en esta le puedo dejar el beneficio de la duda porque su personaje en serio que es irrelevante e innecesario, pero recordando hoy su filmografía cuesta que me venga a la memoria alguna ocasión en que haya llegado a un 6. Lo de Liam Neeson por el contrario es, para mi gusto siempre correcto, aunque aparezca 5 minutos en pantalla como acá. Y de verdad que se lo extraña después, porque Di Caprio no está nunca a la altura interpretativa de su antagonista “The Butcher”, que se lo desayuna ya desde los primeros 10 minutos de cinta.

En definitiva un lío de elementos con ínfulas de gran película que para mi gusto elige el camino y el enfoque equivocado. No es un desatino total, pero lejos está de ser una genialidad, sobre todo teniendo en cuenta los nombres y el presupuesto que la llevaron a la existencia, lo cual le baja a mi parecer 1 punto más. Porque, vamos, que una cosa es hacer algo así con 10.000 euros y varios extras ad honorem, pero con los recursos que manejó esta gente... ¡Si hasta banda de sonido de lujo con U2! Y cuando termina, ni te acordás bien de qué iba la historia, o será que nunca me llegó a importar. Martin, cuando fuiste de los "infiltrados" con el mundo de la mafia parecías un "buen muchacho" y apostaste en el "casino", aunque con jugada repetida a la bolilla ganadora. Pero esta vez te convertiste en un "carnicero" que se comió a sí mismo, y así, con semejante "pandilla" incluída, no pudiste llegar ni a "los cinco puntos".
Dante
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