Quisieron hacer un experimento muy raro con Freddy. Tras el éxitazo de la primera entrega dirigida por Wes Craven, New Line Cinema buscó rápidamente una secuela para aprovechar el tirón del tio del guante de cuchillas. Les salió esto: Una película que casi se carga la idea inicial planteada por Craven llevándose al psicópata al mundo real y así hacer que perdiese su originalidad con respecto a otros asesinos de cine como Michael Myers o Jason Voorhees.

No comparto la opinión de algunos que dicen que es la peor de la saga cuando existe esa basura repulsiva y sin sentido dirigida por "La lumbrera" Rachel Talalay llamada "Pesadilla Final: La muerte de Freddy". Si acaso, en mi opinión; es la segunda peor, aunque lo dudo ya que la quinta película no es que sea, según recuerdo, una cosa muy decente que digamos.

Esta entrega tiene unos puntos interesante que si bien son escasos, al menos, existen. El maquillaje de Freddy, en general, es bueno y no han convertido en un bufón a Freddy como pasaria a partir de la cuarta entrega. Aquí Freddy es más serio, y a mi personalmente , me gusta, ya que aunque aprecio la socarronería del personaje, me parece excesivo lo que hicieron en otras entregas convirtiéndole en, como escribí antes, un bufón.

Algunos toques homosexuales que llaman la atención y son sorprendentes para una película que está estrenada en 1985, que recordemos que entonces ser gay no eran tan festivo ni aplaudido como lo es hoy. Siempre me llaman la atención las películas de cierta antigüedad que de alguna forma tocan esta temática y demuestra cierta originalidad salida de la mente del guionista o guionistas. Escenas desconcertantes como la visita al bar gay del joven Jessie (Mark Patton) o la de la ducha donde el profesor de gimnasia tiene su sesion de sadomasoquismo.

No me entusiasma la idea de que Freddy pretenda salir a la realidad a matar de nuevo como en lo viejos tiempos. El personaje era popular, aparte de por su indumentaria, por que mataba en las pesadillas, y alejarlo de esto, desvirtua el personaje.

Tuvieron suerte de que la gente, ansiosa por ver a Freddy, no mandara a tomar por saco este pequeño despropósito. Estuvieron dos años para estrenar la siguiente película "Pesadilla en Elm Street- 3. Los guerreros del sueño", que para mí, es posiblemente la mejor de todas.

Si no fuera por escenas memorables como la del autobus (esa si que mola), la cancioncilla de suspense que acompaña las escenas de tensión de Jessie o la muerte de Grady...No se podría sacar casi nada de este film que un Jack Sholder eternamente peleado con los mandamases de New Line Cinema llevó a cabo.