Las maletas las tienes preparadas. La ropa, el pasaporte, todo está listo para viajar al otro mundo.
Cuando dormimos viajamos. Pero cuando nos acostumbramos a una rutina morimos. Nos recostamos sobre el ideal del sufrimiento y nos aparcamos de toda sensación y vivacidad.
Más allá de los sueños nos plantea una historia en la que dejamos de lado todo lo que creíamos ver, y nos adentra en lo más personal de nosotros mismos.
Me gustaría hacer entender a los productores de cine que cuando se hace una buena película es para conseguir un objetivo, aunque sea pasarlo bien. Y desde luego esta película lo consigue.

Decir que la fotografía y la dirección de arte van sobradas y son un buen vehículo para el viaje. Los actores nos agarran bien fuerte de la mano.
Ya te puedes olvidar de todo lo que conocías, porque ahora vas a querer vivir más de lo que pensabas.