Mientras veía la película pensaba "si yo fuera director, le robaría esos planos". La estética de esta película me resultó fascinante. No solamente por el encuadre de los planos fríos y distantes, sino porque la jugada de la cámara con los personajes hace que vivamos la historia (profundamente dramática) con una sensación de distancia y soledad muy intensas. Una historia de la posguerra que vivimos casi desde muy lejos, pero que sentimos muy íntima al mismo tiempo. Recomendadísima.

PD: si buscas una película en la que pasen cosas todo el tiempo y giros dramáticos, no es por aquí.