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España España · Galbárruli
Voto de Ramón:
3
Aventuras En la segunda mitad del siglo XI, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, se hizo célebre por sus victoriosas campañas contra los musulmanes durante la reconquista del Reino de Valencia. Acusado injustamente de traición, Rodrigo mata en duelo al padre de Jimena, que lo rechaza y se encierra en un convento. Este es el punto de partida de numerosas peripecias: las intrigas del conde García Ordóñez, el desafío del rey Ramiro de Aragón y ... [+]
18 de junio de 2017
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que envejecen mal, y esta es una de ellas. La ví de pequeño y afianzó en mí la leyenda; bueno... afianzó... ¡fue toda la información que tuve sobre este personaje! En un país en el que no se lee mucho el cine llena huecos. Y el cine, voluntariamente o no, es una gran máquina de propaganda: yo creo que mi tía va a misa porque vio muchas veces "La túnica sagrada" y "Ben-Hur".

Una película no envejece mal por el mero paso del tiempo, sino porque no está bien hecha. "Alien" (1979), por ejemplo, ha envejecido fenomenalmente. Es más, no ha envejecido, a pesar de todos los efectos especiales digitales actuales que creo la hacen cada día más grande. Igualmente "La noche del cazador" te sigue dejando pegado a la silla, y "Sopa de ganso" es más actual que nunca. Yo añadiría un apartado en las películas de más de 10 años en Filmaffinity llamado "envejecimiento".

Hoy he vuelto a ver "El Cid" y creo que de grandiosa sólo tiene la duración. Entiendo y acepto que el rigor histórico sea inexistente, licencias del productor que hasta la amenizan; llega un momento en el que esperas ver al fondo el puente de hierro sobre el Nervión o al Cid saliendo con Marco Polo del Palacio Real de Madrid. Eso no es malo.

Lo que la hace insoportable es la falta de coherencia de todo el guión. Como paso de describir nada en el "spoiler", generalizo con los increíbles cambios afectivos de los personajes: "me quiero cepillar a tu mujer pero luego soy tu mejor amigo, a tí te perdono por matar a mis hombres pero a tí te mato por insultar a mi padre, estoy enamorada pero te traiciono, encarcelo a tu mujer pero te admiro..." Los amigos pasan a ser enemigos en cada cambio de secuencia. No sucede tan rápido ni en el actual circo político español.

Con todo, creo que es una historia —o una leyenda— que merece tener una nueva versión, emocionante y grandiosa, porque tiene todos los ingredientes. El problema radica en la estupidez colectiva en la que vivimos actualmente: si hiciésemos un nuevo "Cid" políticamente correcto habría que decir "atacad a los musulmanes y a las musulmanas" (nunca "moros"), el rey de Castilla sería catalán, Valencia ya sería comunidad autónoma y Jimera sería lesbiana. Una tristeza.
Ramón
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