Los niños del paraíso

Bonita obra que nos va a sumergir en el mundo del teatro parisino de la primera mitad del siglo XIX. Garance es una bella mujer, cercana a algún peligroso indeseable, que va a despertar el interés de dos jóvenes primerizos en el mundo de las tablas. El mimo mudo Baptiste y el vivaracho Frederick. Ambos hombres lucharán por su amor con suerte desigual mientras se abren paso en el mundo del teatro.

La película se divide en dos actos, en el primero se nos presentan los personajes y sus conflictos, como entablan amistad y unen sus destinos. Este primer acto es el mejor del film y funciona perfectamente como una película independiente. Cosa distinta va a ser el segundo acto. En este, han pasado unos años, los personajes han desarrollado sus carreras y vidas sentimentales, y se presenta una trama tele novelesca folletinesca menos elegante que la de la primera mitad.

Y es que el film presenta algunos defectos, una duración excesiva superior a las 3 horas, que hace que una vez disfrutado el sobresaliente primer acto nos de pereza sumergirnos en el segundo, unos personajes de edad inconsistente, se supone que Baptiste es un joven de ¿quizás 20 años?, pero el actor tiene 35 años, pero peor es el caso de la actriz protagonista, que presenta una belleza madura pero que no oculta los 47 añazos de entonces. <Por lo tanto tenemos actores muy maduros interpretando una historia propia de veinteañeros a lo sumo.

Y luego el segundo acto cae en su calidad, con un trio protagonista dispersado, buena parte del metraje se lo lleva la historia del conde y la del mafioso malvado del film, Lacenaire, amigo especial de Garance al comenzar el film, un par de personajes que no interesan y con una trama que, años después de perder Lacenaire a Garance, resulta inconsistente y simplona.

No obstante, notable film a disfrutar, tanto en aspectos formales como interpretativos, aunque a veces se pueda hacer pesada su duración y excesiva teatralidad.

Es pretencioso el tan solo suponer que esta buena producción francesa se pueda emular al recordar a la fastuosa “Lo que el Viento se Llevó”
Si bien es cierto que “Los Infantes del Paraíso” se queda muy lejos, a años luz de lo que fue el melodrama de Tara tan solo en lo que a interpretaciones se refiere, ya que un Gable nunca será igualado en su rol del capitán Rhett. Sin embargo recordemos que el mismo Clark surge del mundo del teatro, ese mundo que aquí se ve homenajeado por los mimos galos, que juegan ese juego infantil donde tratan de vivir un hermoso sueño en el casi final de una guerra de hombres que se habían olvidado del teatro de las emociones para derramar sangre. “Los Infantes del Paraíso” es un merecido homenaje a el alma de los seres que surgieron del teatro y que en el cine se mitificaron, que durante media década descendieron al infierno entre humo de cañones y luego regresarían al glamur de del cine y del teatro. Hombres que el mundo no había olvidado, hombres como Gable, Tracy, Olivier y tantos otros nombres que volverían para plasmar esa alma de niño en un arte que los humanos guardamos como un gran tesoro. Un arte llamado cine.

Acabo de ver la película en DVD. Menos mal que entiendo francés, porque los subtítulos son lo peor de lo peor. Dada la duracióm (183mn) tenía intención de ver la película en dos tandas, pero la vi de un tirón y no se me hizo larga.
LO PEOR: -alguna interpretación se ve antigua
- Arletty. Es un caso más de pifiarla por escoger a alguien demasiado mayor para un personaje. Además, se supone que todos pierden el sentido por su belleza y es más bien corrientita. La que está deslumbrante es María Casares.
LO MEJOR: Los diálogos, sobre todo los de Frédérick.