Jasón y los argonautas

La verdad que es increible los efectos especiales para la época. Un "spot motion" muy bien conseguido. Está claro que si la ves ahora, te echas unas risas, ya que todo es un poco happy-flower, pero encajar una leyenda de esas dimensiones está muy bien conseguida.

Es raro que no estuviera nominada a ningún Oscar, ya que es merecedora, al menos por las partes técnicas.

Algunas secuencias son altamente tontas, pero por el resto merece la pena darle una oportunidad.

Jasón, heredero del reino de Tesalia, es alejado por Pelias, quien logra engañarlo con la idea fantástica de conseguir el Vellocino de Oro. Nadie sabe dónde está pero el joven reúne una esforzada tripulación con los ganadores de los juegos olímpicos y zarpan sin rumbo en la nave "Argo". Tras unos días de navegación arriban a la isla del tesoro de los dioses, donde no se puede robar nada so pena de despertar a Talos, el enorme titan de bronce que la vigila, el cual la emprende contra los argonautas porque Hércules ha robado un bastón y la expedición está a punto de naufragar a no ser por la protección de la diosa Hera. Por indicación de ésta se encaminan a Frigia para que el profeta Fineo, castigado por los dioses a no poder comer porque las arpías le roban su comida, les indique el rumbo. Jasón y sus hombres atrapan con redes a aquellas y esto le permite, por la información de Fineo, encaminarse a los desfiladeros de la Cólquida, donde les espera Tritón, el hijo de Neptuno, que es llamado por los dioses al Olimpo, lo que permite el paso de la “Argo”. Llegados a a la Cólquida, su rey descubre que Jasón viene a robar el Vellocino y encierra a la tripulación pero la princesa Medea les indica la senda del Vellocino, protegido por la temible hidra de Lerna. Jasón da muerte en terrible combate a la hidra. Pero el rey Eetes, usando los dientes de la hidra, llama en su ayuda a los sietes guerreros Esqueletos, de los que Jasón a duras penas logra salvarse arrojándose por el acantilado y siendo recogido por la Argos. Pero el Vellocino...

La historia de Jasón se presenta como un relato de aventuras y de viajes por el Mediterráneo, de la misma manera que lo es la Odisea. Está lleno de peligros y el mayor de ello es perderse en el mar y ser víctima de las desgracias [Arpías, hidra, titanes, castigo de los dioses]. Pero el relato original de Jasón es de un fuerte contenido religioso. Todos estamos en manos del padre Zeus y de la madre Hera, sin cuya ayuda los hombres no serían nada en el viaje de la vida. La conquista del Vellocino en la lejana Cólquida es el deseo de encontrar la eternidad y la solución de los males, entre los cuales está la muerte. No se trata de buscar El Dorado como han sugerido algunas críticas. En realidad el viaje de Jasón es iniciático: debemos superar un conjunto de dificultades para conseguir el objetivo en la vida. Pero el director, que tal vez no estaba en el ajo de esta filosofía, está más interesado en los efectos especiales. Esto son un poco burdos pero cuando se hizo la película no había ordenadores. La versión que da de Jasón difiere de la leyenda griega pero no quita valor a la película.

Estamos ante un clásico de los años 60 que, bajo mi punto de vista, merece un reconocimiento mayor del que posee. Y es que este film combina de un modo ejemplar la famosa mitología griega con el cine de aventuras más añejo. Y aunque es cierto que hablamos de una cinta con carencias que son muy evidentes, no menos cierto es que por aquel entonces no había los medios que sí hay hoy en día. Así que Jasón y los argonautas es un clásico con mayúsculas que merece al menos un vistazo. Nos encontramos en la antigua Grecia, donde los mortales vivían bajo la atenta mirada de los dioses del Olimpo, de los cuales Zeus era el rey. En un principio, parece que asistimos a una historia de venganza, pero cuando pasa un rato, se empieza a apreciar la verdadera esencia de la película con la selección de aquellos que acompañarán a Jasón durante su largo y peligroso viaje hasta el confín del mundo. De esta forma, da comienzo una inolvidable travesía a bordo del Argo. Dicha travesía nos ofrece memorables momentos de cine fantástico, pues vemos seres mitológicos como gigantes de bronce, gárgolas, dragones de innumerables cabezas y esqueletos armados. Todos ellos recreados mediante un stop motion que para la época era lo más. Eran otros tiempos, eran los 60... También aparece el famoso Hércules, aunque su protagonismo es escaso. En líneas generales, Jasón y los argonautas es una producción que cumple a la hora de entretener por medio de una aventura con claros toques de fantasía, pero da la sensación de tratarse de una propuesta que está sin terminar. No habría pasado nada si el metraje llega a durar 15 minutos más.

El epopéyico magín del largometraje Jasón y los Argonautas (1963) del británico Don Chaffey, quizás este su mayor resultado tras una cámara de cine, es una obra de extraordinaria reputación y fama con grandes cualidades para la industria cinematográfica. Sus mayores atributos, su epicidad fuera de lo normal y la imaginación que desborda el límite de lo fijado, formando así unas andanzas para todos los públicos. El mito de Jasón y la tripulación del Argo es ampliamente conocido, gracias en parte por la película de Chaffey, además de ser la historia más famosa de la mitología griega de un poema épico de Apolonio de Rodas, Argonáuticas. Beverley Cross y Jan Read son los autores de transformar el guion para el cine y los trucajes y creaciones en efectos especiales fueron de la mano de Ray Harryhausen. Esta excelente y vibrante película, causa en mí nostalgia y a la vez alegría, por escasez de producciones de este contexto y mi júbilo, porque en cierto modo este filme se puede percibir y es tangible de ser buen material. Ni mil palabras pueden describir lo que esta película supuso para el espectador en su día y ahora que han pasado más de sesenta años, sigue tan imperante como siempre y ofreciendo admiración por ella a raudales. La cinta no adolece ni tiene defectos, en mi libre opinión, pues goza de ser una obra del cine bien realizada en todas sus localizaciones y escenografías, como en sus laboriosos efectos de ilusionismo por parte del maestro Harryhausen y su stop motion. Si esperas un filme digno de echar un vistazo y respirar aventura en grandes dosis, embárcate con Jasón y los Argonautas en su viaje a la Cólquida sin demora.