Robin Hood

Si hay un personaje, junto a James Bond, con adaptaciones ese es Robin Hood. Son docenas las historias que nos han contado del ladrón que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, de mil y una formas. Aquí llega una más, que llega con bastante polémica. Lo primero que hay que saber antes de verla es que la cinta se toma muchas licencias. Coge la famosa historia y de ella toma algunas pinceladas, pero la narrativa es otra.

A lo largo de la trama se suceden algunas cosas que no pegan demasiado con la época que se está viviendo o da la sensación de entremezclar siglos como le da la gana. Algunos de estos aspectos se notan a simple vista, solo con fijarse un poco. Han metido cosas que parecen sacadas de otras películas y las han puesto aquí para hacerlo más cinematográfico, supongo. A los más fans del personaje no le agradará demasiado.

La historia, como decía, tiene pinceladas de la obra madre, de la leyenda que conocemos de sobra, pero incorpora aspectos de su propia cosecha. Esto no gustará a mucha gente, de ahí la nota media y las duras críticas que tuvo; pero contar otra vez la misma historia, calcada, sería también aburrido, creo yo. Al final todo depende de cada uno, de gustos. Si te ponen algo nuevo la gente se queja porque no es fiel; si te ponen algo idéntico la gente se queja porque es una copia y más de lo mismo. Nunca llueve a gusto de todos.

En cuanto a interpretaciones la cinta va bien servida. No creo que nadie le eche la culpa a actores de renombre como Jamie Foxx o Ben Mendelsohn. El protagonista, Robin, es Taron Egerton, un actor pasable a secas que aquí cumple y poco más. Yo habría escogido a otro, pero bueno. Foxx es el acompañante del héroe, con menos minutos de los que merece alguien como él, pero demostrando nuevamente su talento interpretativo. Y lo mismo Mendelsohn, aquí como villano, el sheriff de Nottingham. Más de lo mismo. Un actor increíble. El resto, chica incluida, pasables y del montón.

Subrayar un apartado técnico más que solvente. Temas de fidelidad a la realidad a parte, los efectos visuales son buenos. Destacaría una puesta en escena correcta, con unas coreografías de combate efectivas. Todo lo referente al uso de las flechas está bien cuidado, aunque a veces sean fantasmadas. Pero ese es otro tema. Y luego están esos fallos históricos y éticos con los que cuenta la película, que sacan un poco de situación. Las Cruzadas y los cruzados mal representados, la chica impoluta mientras todos están sucios y desarrapados, flechas que atraviesan paredes de piedra... Son bastantes cosas.

En resumen ''Robin Hood'', de 2018, es una película que sirve para pasar un rato distraído, pero hay que saber a lo que se viene. Dista lejos de la famosa historia de siempre, pero como entretenimiento no se le puede poner ninguna pega. Hablar de esta cinta, viendo su media, de cualquier forma que no sea negativa, será como caminar sobre arenas movedizas, quizás me caigan palos, pero a mí me ha entretenido, que es lo que buscaba.

Lo mejor: Es entretenida, Foxx y Mendelsohn y la puesta en escena.
Lo peor: Esos fallos históricos y generales cantan bastante y no es fiel al relato.

* Un 5 alto *

A ver, la peli no engaña. Empieza con un narrador diciendo: olvidad todo lo que sabéis de las historias que ya os han contado de Robin Hood. Y más que una recomendación yo lo considero una advertencia, porque como intentes ver en este bodrio de película alguna similitud al Robin Hood que todos conocemos, te explota algo en la cabeza fijo.

El problema en sí no es que la película sea mala (que lo es y mucho), el problema es que como el título es el que es, pues la cabeza tiende a comparar.

Cuando dudas si Taron Egerton interpretaba a Robin de Locksley o a Bruce Wayne en plan millenial (playboy de día vs justiciero "ninja" de noche) o cuando no sabes distinguir a unos templarios cruzados de unos marines de EEUU en Irak, por poner dos ejemplos, te empieza a doler la cabeza. Cuando empiezas a pensar que la Robin Hood de Rusell Crowe es una obra maestra es hora de hacer una pausa y reflexionar si seguir, porque yo no quiero que me explote nada en el coco, la salud es lo primero.

Pasé de verla entera y no me gusta hacer eso cuando escribo una crítica, pero es que el desastre no se hubiese arreglado ni aunque hubiesen resucitado a Errol Flyn para hacer un cameo en la última media hora.

En definitiva... Hacer un remake o un reboot de una historia, además tan conocida, no es sencillo si no tienes talento. Lo siento pero así no.

Infumable. Una mezcla de conceptos y estereotipos mal asimilados, llevados a un ridículo mundo postapocalíptico que dan al traste con una leyenda universal. Se puede ser un poco transgresor, pero tanto...
De todas formas Ridley Scott dejó el listón muy alto..

Realmente poco para destacar en esta nueva versión de Robin Hood que esta a años luz de cualquier otra hecha antes, no solo por lo aburrida sino que por quererle ponerle escenas espectaculares la verdad aburre. La historia es la venganza de un Lord que vuelve de la guerra contra los moros y ve que quedó en ruinas por culpa del sheriff y de paso su novia que lo creía muerto está con otro hombre. Allí veremos como se une a un moro (Jamie Foxx) y juntos en una especie de Karate Kid de pacotilla tratarán de mejorar sus técnicas y combatir a un enemigo que realmente es muy tonto. No hay química entre Robin y Marian por lo que la parte de romance tampoco funciona, las escenas de acción son insólitas y algunas realmente insostenibles. No pierdan el tiempo con este film.

Otto Bathurst se ha ganado un lugar como uno de los realizadores televisivos más laureados y apreciados de los últimos años. No puede ser de otra forma, cuando dirigió uno de los capítulos más alabados de Black Mirror, el primero e inefable "National anthem", y también se ha puesto tras la cámara al servicio de series tan prestigiosas como Peaky Blinders o La Materia Oscura. Sin embargo, su debut cinematográfico no ha podido ser más desgraciado y equivocado.
Este Robin Hood no es Robin Hood. De hecho, se podría haber llamado de cualquier otra manera, porque no recuerda ya nada, ni en la sombra, al arquetípico personaje del héroe del pueblo, que roba a los ricos para dárselo a los pobres.
Para empezar, es imposible aclararse sobre la época en que está ambientado esto. A ratos parece el medievo, por los decorados, pero de repente van todos vestidos de raperos, surferos, moteros o unas especies de curas modernos. Un pastiche difícilmente digerible. Y nos quejábamos del Robin Hood moderno de Guy Ritchie. Madre mía. Aquello era Shakespeare comparado con esta película. Pero lo peor no es esto.
Lo peor es sin duda una historia absurda, unos diálogos francamente lamentables y una aventura que se extiende hasta las dos horas, imperdonable si tenemos en cuenta que no sólo no nos están contando nada, sino que los personajes además son ridículos y apenas están esbozados. Una pena ver al gran Taron Egerton en esto, tan perdido entre la ropa motera y el carácter adolescente de este Robin de Loxley. La pobre Ewe Hewson directamente tiene cara de no saber muy bien qué hace allí, la presencia de Jamie Dornan es casi testimonial, y Jamie Foxx, pese a haber recibido alguna nominación como peor actor, por lo menos pone algo de ganas, teniendo en cuenta que de inicio no pega ni con cola en una película así. En general, esto ocurre con todo el reparto: todos están como un pulpo en un garaje en esta suerte de cinta épica futurista tan extraña y pobre en lo narrativo.
En definitiva, una cinta fallida de principio a fin, un pastiche incomprensible y un insulto a la memoria de tan queridos personajes.

Lo mejor: Jamie Foxx, sorprendentemente criticado cuando es de largo lo mejor.
Lo peor: Casi todo.