El castillo de cristal

Estamos ante una película que desde el principio nos anuncia que esta basada en hechos reales, una periodista reconocida se zambulle en una piscina terapéutica para ver de cerca sus fantasmas y hacerlos desaparecer con un plumazo redentor, primero con su libro (que no he leído debo confesar) y segundo con esta película. La familia de la escritora es toda una sorpresa para los espectadores, y es el punto neurálgico de la pelicula. Esta familia especial trata de huir del sistema, busca un rumbo que aveces se ve claro y otras no tanto, poder vivir sin las presiones del capitalismo, encontrar en todo una enseñanza, que sea ademas un pretexto contundente para dejar esta sociedad consumista, es una gran tarea y queda muy bien reflejada en esta cinta, quizás las formas elegidas para enseñar a los niños no sea la mas pedagógica, pero es sin embargo profunda y llena de humanidad, algo que a veces en los mismos colegios no se enseña, la historia nos refleja a nosotros mismos como sociedad, nos da un golpe bajo cuestionándonos si tal o cual método sirvió para que aprendiéramos algo, quien no ha tenido estos cuestionamientos en la vida, ¿Que realmente somos? acaso un producto que se construyo a base de aciertos o de errores o podríamos preguntarnos si una vida sin problemas en la infancia asegura una vida sin problemas en la adultez y viceversa, Es este laberinto al que entramos con esta historia , que va encajando piezas, tomando elementos del pasado que aun permanecen como sombras en el presente, y ahí es donde al final te encuentras solo con tu conciencia, te preguntas acaso ¿todo eso fue lo que me formo? . y desde tu corazón te respondes : ahora que se que estoy bien puedo reconciliarme con mi pasado ese fantasma que siempre estaba ahí que al principio te atemorizaba, que luego querías atrapar, no estaba afuera, estaba dentro tuyo, eras tu mismo

Brie Larson, Naomi Watts, Woody Harrelson, trio perfecto unas actuaciones que marcan la vida, son de las pocas películas que destrozan la alma, te marcan tu existencia y te dejan huella, empieza con ritmo espléndido las apariencias humanas, nos rodean nos ponemos mascaras, para ser aceptados, perdemos nuestra identidad, de donde venimos, de donde somos, todo por hacer un poco de dinero entre tanta pobreza, creemos que llenando nuestros estómagos, seremos felices pero la vida es mucho mas compleja, requiere mas auto-realizaciones luchamos por la nada a veces, una filosofía de lo que es ser padres marca toda la película, como tenemos mas de ellos de nosotros creemos nos avergonzamos, de nuestra naturaleza, pero no debe ser así, nos dice nuestro protagonista padre Woody Harrelson, es necesario luchar con nuestros demonios, por esta gran enseñanza y mucho mas le doy de 10 de 10, será una película que les marcara la vida.

Las películas deberían entretener, divertir y sobre todo decir cosas importantes. Esta película lo tiene todo. Se echa de menos hoy en día así que estoy encantada de haberla elegido. Después de verla te quedarías en el asiento media hora más porque hace pensar. Perfecta para un buen cineforum.

Aunque la historia que quiere contar ‘The Glass Castle’ es muy interesante y conmovedora, el director Destin Cretton se equivoca a la hora de ponerla en marcha. Y es que por momentos parece estar fragmentada. Seguramente, porque opta por contar la historia en dos partes, la de la protagonista de niña y de grande. Por ello, hay muchos saltos temporales, y aunque sean muy marcados pueden acabar despistando al espectador.

Pero si por algún aspecto destaca la película, es por sus interpretaciones. De acuerdo, Brie Larson no está al nivel que demostró en ‘Room’ (2015) hace un par de años, pero hace una actuación convincente y elegante. Naomi Watts hace muy bien el papel de madre excéntrica y despreocupada, aunque es verdad que no convence cuando la protagonista es mayor, porque casi está caracterizada de la misma forma que cuando la protagonista es una niña. Quien sí está bien caracterizado en las dos tramas y hace la mejor interpretación del film es Woody Harrelson. Si la película tiene muy buenos momentos, es gracias a él. Un personaje para querer y odiar al mismo tiempo.
Por otra parte, el guión de la cinta está bastante bien, y más si estamos hablando de una película que se basa en unas memorias biográficas. Pero el problema es que se opta por hacerlo muy "happy", buscando un aire como el de ‘Little Miss Sunshine’ (2006), con canciones alegres que acompañan algunas secuencias. Parece que se tenga miedo a contar una historia dramática ya a veces parece una comedia con momentos dramáticos. Esto no es lo que pide un film de estas características. Eso sí, el final también busca la emotividad y la lagrimita fácil.

En definitiva, ‘The Glass Castle’ es una película que hubiera podido dado mucho más de sí, pero funciona para el espectador que busca una comedia dramática. Aunque llegan haber momentos fuerza pesados y nada arriesgados. Al final llegamos a la conclusión de que es un film que destaca por las interpretaciones y donde Woody Harrelson brilla por encima el resto en una película que se hubiera podido ejecutar de una mejor manera.

Película basada en el homónimo y autobiográfico libro de una tal Jeannette Walls cuya lectura sea, posiblemente, la única manera de aclarar ciertos pasajes difusos del largometraje y de tratar de extraerle unas conclusiones que yo, personalmente, no he sido capaz de encontrar. Eso, o mirar en Wikipedia, que es lo que he hecho yo antes las pocas ganas de profundizar en el tema que me ha suscitado el visionado de esta película más allá de buscar algo de material con el que rellenar esta reseña.

Y es que “El castillo de cristal” me ha dejado completamente indiferente con la única duda de si ha sido una pérdida de tiempo o simplemente un peñazo de esos que hay que tragarse en ocasiones como precio para encontrar alguna película decente de vez en cuando. Me inclino por lo primero y diría que hay tercer motivos fundamentales que lo explican. El primero, que es una película mal escrita, con continuos saltos en el tiempo que no guardan una coherencia argumental ni tienen sentido narrativo. El hecho de que arranque con la infancia de la protagonista, luego viaje al presente y más tarde nos maree aleatoriamente con saltos hacia su infancia, juventud y madurez no responde a relaciones de causa y efecto entre experiencias pasadas y reacciones presentes, sino a la más pura arbitrariedad. La película se podría haber contado perfectamente en orden cronológico sin alterar el resultado final, aunque entonces no parecería tan cool. Quizá más amena, pero menos chic. Baja Nolan, que llega Destin Cretton.

El segundo motivo está relacionado con el anterior: “El castillo de Cristal” avanza a golpe de revelaciones que se hacen sobre la marcha. El esquema que se repite en bucle es el de personajes en pantalla haciendo o diciendo cosas sin motivo aparente y difíciles de explicar, hasta que el guion suelta la pista que todo lo aclara. Esa técnica puede funcionar en la literatura, porque el formato escrito se presta a que el escritor inteligente pueda dejar indicios en páginas previas que enlazan con una sorpresa en un momento dado. En el cine, por contra, es más complicado y suele requerir de flashbacks anticlimáticos o, como en este caso, simplemente tener al público aburrido e ir soltando alpiste argumental de vez en cuando.

Y ya para terminar, se puede decir claramente que la vida de Jeannette Walls no pasa de dramita. Vale que sus padres eran unos nómadas hippilondios, que su padre le hacía vivir fantasías maravillosas que nunca se hacían realidad por culpa de la bebida y que a la madre le faltaba voluntad para cortar con todo aquello y empezar de cero con sus hijos… pero vamos, que tuvo una niñez en la que (afortunadamente) ni pasó privaciones, ni (afortunadamente) sufrió malos tratos, ni (afortunadamente) nada le impidió ponerse a trabajar y salir adelante como periodista. Hay mejores padres, obviamente, pero también, sin tener que irnos muy lejos, los hay mucho, mucho, mucho peores. A falta de más datos, veo la película y sólo percibo rencor hacia un padre con un gran potencial desaprovechado y que, MUY de vez en cuando, se acuerda de su hija famosa para sablearla. Ojo, y lo dice una chica que según Wikipedia se colocó de periodista del corazón en una TV americana y ha escrito tres libros, todos ellos basados en ella y/o en su familia… vamos, que a buenas horas iba a haber tenido el relativo éxito que ha tenido, si su padre hubiese tenido un trabajo de oficina de nueve a cinco.