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Remando al viento

Drama. Romance. Intriga Dos poetas ingleses, Mary Shelley y Lord Byron, se ven obligados a huir de Inglaterra. Durante el viaje, Mary recuerda cómo conoció en casa de su padre adoptivo al joven y apasionado poeta Shelley, cómo lo amó y cómo se fugó con él. También evoca una cita con Byron en Suiza. Pero, sobre todo, rememora una noche de noviembre de 1816 durante la cual, mientras sus amigos contaban historias de terror, ella daba a luz al legendario monstruo ... [+]
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
7 de setiembre de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Remando al viento" es una magnífica producción española dirigida por Gonzalo Suarez. De vez en cuando la industria de nuestro país se atreve con proyectos de calado artístico y cultural. Un modo de tratar el cine que puso en boga la ya fallecida y muy criticada (injustamente por la derecha rancia del P.P.) Pilar Miró. La película de Suarez lleva el mismo sello de "qualité" que "Los antos inocentes", "La colmena" y "El perro del hortelano", por poner algunos ejemplos. Un tipo de cine que, con todos sus defectos y pretensiones, hay que reivindicar por encima prejuicios y desconfianzas.
Interpretada por Hugh Grant (convincente en el papel de Byron), Valentine Pelka (un Percy Shelley demasiado envarado desde mi punto de vista), una acertada Liz Hurley (Clare), Virginia Mataix dando vida a la ilustre creadora de Frankenstein) y Jose Luis Gómez (inadecuado Polidori). "Remando al viento" nos narra la vida de dos de los más señalados poetas del romanticismo inglés. Uno, Lord Byron, autor de "Las peregrinaciones de Childe Harold", "Caín", "Manfred" y "Don Juan"; el otro, Percy Beshee Shelley, al que debemos el "Prometeo liberado", entre su breve pero intensa obra. Situemos la acción: Shelley, su amante Mary, acompañada de su hermana Clare, visitan al Lord exiliado a Suiza, donde vive en Villa Diodati, junto al lago Leman con su médico y amigo Polidori. Durante estos días de pasión, sexual y literaria, nacen el celebérrimo "Frankenstein" y el menos conocido pero muy interesante poema "El vampiro" de Polidori. Los demonios románticos, su deseo de romper tabúes, de enfrentarse a las convenciones; el anhelo por lo oscuro, transidos por el dolor del infinito, del ansia prometeica... se dan cita en los corazones rotos de tan extraordinarios personajes en forma del monstruo creado por Mary Shelley, espejo de sus miedos y pasiones.La acción continúa abarcando sus vidas hasta la muerte de Shelley, ahogado tras salir a navegar cuando amenazaba con tempestad y la de Byron en Missolonghi, donde había viajado para luchar por la independencia de Grecia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
janto
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3 de febrero de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta encontrar en éste páramo intelectual, grandes realizadores capaces de medirse con los mejores del 7º arte. Y sólo ha habido uno, capaz de hilvanar una historia y unos personajes que penetran en las entrañas de una época irrepetible.

Rodada en Asturias, la película simula estar en los Alpes Suizos, las costas de Dover, en el lago Le Man, Italia, etc... Homenajeando en cada fotograma, a los mejores pintores románticos de la época.

Pero donde la película destaca por si sola, es por cantidad ingente de literatura y poesía enhebrada en cada frase que espetan sus personajes. Sobre todo Mary Shelly y Lord Byron, los personajes centrales de toda la trama: Mary Shelly, la eterna alma torturada que asiste impotente a como todo su mundo se va desmoronando. Y como contrapartida, el mejor Byron jamás llevado a la pantalla, encarnado por Hugh Grant: histrionico, cínico, irónico, ingenioso, mordaz y con una carisma que sólo venían a ocultar lo que su alma gemela, Mary Shelly mostraba en sus infinitos y tristes soslayos. Pues ambos son las dos caras de una misma moneda.
El personaje perfilado por Hugh Grant fue uno de los primeros que le dio la oportunidad de explotar su lado dramático. Siendo a la postre, la mejor interpretación de toda su carrera. Tras ver ésta película, uno no puede dejar de preguntarse cómo ha sido tan desaprovechado éste actor.

En lo que respecta al aspecto negativo de la película, es el excesivo acervo emotivo e histrionico de algunos personajes, (sobre todo Percy Bysshe Shelly) cuyo máxima meta en su vida es caminar hacia el abismo sobre el que se va a ahogar. Con una visión infantil pero a la vez torturada de su existencia.

La música, si bien no es original, (ya que tira de los clásicos como el Fantasía On Theme de Thomas Tallís) es un prodigio ver lo bien que viste las escenas y la fotografía de los paisajes tristes.

O el mismo inicio de la película, con esas palabras que se te graban a fuego:
'Tuve un sueño, que no era del todo un sueño.
El brillante sol se apagaba, y los astros
vagaban diluyéndose en el espacio eterno,
sin rayos, sin senderos, y la helada tierra
oscilaba ciega y oscureciéndose en el aire sin luna;
la mañana llegó, y se fue, y llegó, y no trajo consigo el día'

Una película espléndida, sólida y brillante.
Buscapé
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1 de marzo de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi en su estreno y la vuelvo a ver 27 años después y hay que decir que aguanta.
Solo que esta vez me ha parecido que el guión es un tanto pretencioso, literario de literariedad, con demasiadas citas que no vienen del todo a cuento.
Las interpretaciones son correctas pero no geniales. Hugh Grant cumple pero hace falta más profundidad para interpretar a Byron.
Y luego la esencia del guión, las muerte lIgadas a las pesadillas de Mary Shelley, la creadora de Frankestein, está un poco traída por lo pelos.
Pero merece la pena que la vean quien no la hayan visto.
yoparam
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6 de setiembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor:

Una fotografía excelente.
Vestuario bien hecho.
Paisajes maravillosos.
Buena interpretación de "casi todos", destacar a José Luis Gómez, ¡qué gran actor!, una dicción perfecta, no entiendo por qué no vemos más a este maravilloso intérprete, todo lo hace creíble, es así como se hacen las grandes interpretaciones,.
Música adecuada y envolvente, basada en grandes clásicos.

Lo peor:
Hugh Grant, es un actor muy plano, espero que con los años aprenda, a mí particularmente, no me gusta, comprendo que Gonzalo Suárez le eligiera, se parece mucho al verdadero Lord Byron, pero no convence.
Tampoco me gusta el actor que hace de Shelley, creo que no capta el espíritu del poeta.
El resto de actores sí son convincentes.
La película es un poco pretenciosa, no acabas de creerte lo que ves, algo falla y mira que Gonzalo Suárez es un buen director.

Curiosidades:

La hija de Lord Byron, Ada Byron fue una excelente matemática, inventora del lenguaje de los actuales ordenadores.
¿Por qué no dicen los relatos tan importantes que se escribieron en esa casa?, algo curioso, los menos conocidos en aquel momento han sido los que han pasado a la historia de la literatura.
Polidori escribió un terrorífico relato, "El vampiro", Mary Shelley "Frankestein".
conserja
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15 de octubre de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los que amamos la literatura tanto como el buen cine, tenemos con esta película un buen motivo para disfrutar y aprender. No soy yo un gran fan de Hugh Grant, pero aquí le hubiese perdonado hasta que tuviese granos (muy lejos no se quedaba de la pubertad). Claro, porque Gonzalo hizo maravillas con él y con todos los que se atrevieron a dar vida a unos siempre difíciles personajes decimonónicos, donde el romanticismo impregna aún más de dificultad el caracterizar a un personaje. No digo que fuera de ese período no lo sea, pero todos sabemos las peculiaridades que han tenido siempre los hombres de letras, pero más aún los que atormentaron su vida en el siglo XIX, bebiendo arsenta, inflando sus pulmones con opio, llegando así al delirium tremens.
Todo les parecía poco, se asqueaban de la vida que les rodeaba, no estaban contento nunca con los hombres de su tiempo y, además, escondían cierta falsa pedantería que les servía de escudo contra la amarga vida.
Todo esto fue narrado por Suárez, en ese universo chiquitito que es el cine, dándole sentido a unos literatos que habían sufrido, hasta entonces, el maltrato de directores y guionistas. Escenarios conseguidos hasta la explosión del buen gusto, con un vocabulario, trajes y maneras que se acercan muy mucho a lo que nos dejó el siglo XIX.
Gracias por eso Gonzalo.
Saludos cordiales.
Wagner
WAGNER
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