Perturbada

Película interesante que juega hasta cierto punto con la mente de la protagonista y de los espectadores: ¿está loca o dice la verdad? Diría que es la típica película que te encuentras en la televisión durante un sábado por la tarde con dosis de suspense e intriga.

Muy bien Claire Foy en ese papel de perturbada y muy angustioso ese personaje de mujer ingresada en una institución mental contra su voluntad (siempre hay que leer la letra pequeña y nunca confiar en los desconocidos… aunque sea por tu bien). Y Joshua Leonard también me ha gustado en su papel (no digo nada para no dar pistas). En general las actuaciones no están mal a pesar de ser una película con un argumento sencillo (lo de haber sido rodada con un iphone hasta tiene su gracia).

Me gusta también toda esa parte de crítica hacia los negocios médicos privados: el dinero es un mal común. Sin olvidar tampoco esa parte de crítica hacia el personal de esos centros (la escena cuando Sawyer tiene la visita con el médico para su valoración que está distraído y le dice lo de “Míreme” es muy significativa). Es curioso como una bata, un uniforme o una posición social o laboral hace que algunas personas tengan un ego superlativo (la escena final con la propia Sawyer también es un ejemplo).

En definitiva es una película entretenida que mantiene la tensión hasta el final. No es para tirar cohetes pero no está mal.

La idea es muy buena, y cuando mejor se pone, se desaprovechan muchas cosas: las posibilidades que brindaba la investigación policial, el proyectado retiro del acosador con la protagonista a una cabaña (nos quedamos con las ganas de ver cómo habría salido aquello), la incertidumbre respecto de la supuesta locura de Sawyer (resuelta demasiado pronto, sin sacar petróleo). Y el final es penoso.

Lo mejor: la interpretación de Claire Foy.

Lo peor: la relación de aspecto y otros detalles cuasi-televisivos.

Largometraje que tuvo su estreno en el Festival Internacional de Berlín, eso sí, fuera de competencia, filme independiente con un presupuesto escaso de millón y medio de dólares, con nombres poco conocidos, aunque con una protagonista en ascenso y que se da el lujo de tener a Matt Damon en un papel ínfimo.

La obra es parte de esta última y activa etapa en la carrera de Soderbergh, donde ha continuado explorando con distintos medios en la realización de sus trabajos, en este caso en particular, haber filmado con el iPhone 7 Plus. No obstante, hay que recalcar que no ha sido la primera que se graba esta forma, por cierto, la más conocida es la extraordinaria Tangerine (2015) de Sean Baker, que fue filmada de hecho con un 5S y con un presupuesto muchísimo menor, que apenas alcanzó los cien mil dólares.

¿Acaso es este el futuro del cine o no pasará de simples ejercicios cinematográficos? Sea cual sea la respuesta, queda claro las facilidades que este medio otorga para los realizadores, aunque también es evidente que hay que tener talento para llevar proyectos de este tipo por buen camino. Para Soderbergh es la oportunidad para seguir experimentando, a tal punto que al año siguiente del estreno de Unsane presentó otra película filmada de la misma forma.

Este largometraje tiene como protagonista a Sawyer Valentini (Claire Foy), una joven que se está instalando en una nueva localidad y trabajo huyendo de un pasado que la acosa, un día va a una cita a Highland Creek, una institución que trata problemas de salud mental para comentar sobre su situación y termina siendo recluida en contra de su voluntad. Esto sucede durante los primeros minutos de metraje, posteriormente se muestra su lucha en este lugar mientras intenta quedar libre.

Unsane se encasilla dentro del thriller psicológico, fue escrito en conjunto por Jonathan Bernstein y James Greer, construye sus elementos en base a la intriga, el guion no deja de tener ciertas facilidades y ser un tanto reiterativo en lo que expone, ante una protagonista que comete errores de forma absurda que complican su situación. Conforme avanza se va volviendo más sórdida.

Soderbergh, que desde Traffic (2000) se encarga de la fotografía de sus películas, filma en apenas diez días, muy beneficiado porque el grueso del metraje se desarrolla en este centro de salud, que por cierto es un hospital psiquiátrico real, por tanto, la ambientación no puede ser más precisa, la naturalidad con la que filma la mayoría de las escenas transmite a la perfección el contexto que lleva. Unsane es una obra que, a pesar de sus defectos, no deja de ser cuanto menos una propuesta curiosa.

Thriller muy bien construido a nivel tanto narrativo como realizativo y un interesante reflejo de la paranoia en la sociedad americana así como de la problemática detrás de su sistema sanitario y de seguros.

Desde el punto de vista de la fotografía, es un acierto el uso de la cámara de telefono, que no solo nos da el toque voyeurista, sino una constante visión aberrada y distorsionada debido al uso de lentes angulares en las distancias cortas.

Una lástima que hacia el final se vuelva más un thriller convencional en vez de seguir la vertiente inicial que llevaba la película, pero al menos consigue construir su historia de forma atrapante e hipnótica.

Vamos a ver… No se puede medir un “experimento” cinematográfico con las mismas reglas y criterios que una peli normal. Soderbergh rueda esta película nada menos que con un Smartphone… y, perdonen, teniendo eso en cuenta es un peliculón. Consigue que, una vez metidos en la trama, ni nos acordamos de esto. Luego es verdad que para mí no consigue llegan a los niveles de angustia que pretende, pero a otras personas a lo mejor sí. Buenas interpretaciones, especialmente Foy y buenos cameos que aportan cosas a la trama.
Me ha gustado mucho, me ha recordado al Soderberg de “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”. Puro cine independiente a estas alturas en su carrera…