La emboscada

Otra película de robos, que aporta muy poco al género, con situaciones más que poco creíbles, increíbles, y la verdad bastante lenta. Lo único interesante, los actores, Connery, como siempre enorme, en el papel de maestro, y Zeta-Jones, demostrando que puede sacar oro de cualquier personaje, por lo demás, poco mas.

¿Qué es lo mínimo que le podemos pedir a una película? Pues dos cosas: la primera es que no nos aburra y la segunda es que los actores estén decentes, La Trampa cumple con estos dos objetivos perfectamente siendo una película perfecta para pasar un buen rato. No espereis una trama de mucho pensar (aunque tiene giros interesantes) esto es entretenimiento y al tratarse de una cinta sobre robos se nos incorpora ese surrealismo que tanto nos gusta en este tipo de películas: Nos colamos buceando, pasamos los dichosos rayitos (y ya de paso Catherine Zeta-Jones se luce), final "inesperado" con varios giros en la historia... en definitiva, puro entretenimiento, simplemente sientate y disfruta.

A todo esto hay que añadir que, aunque parezca imposible, Zeta-Jones y Conery tienen química dando lugar a una pareja creible a pesar de la diferencia de edad porque ¿Cuántos años tenía la Zeta-Jones en esta película? Unos veintitantos...

Yo la ví en el cine y me encató y hoy día me sigue encantando, me entretiene y con eso puedo darme con un canto en los dientes.

Funciona de menos a más, como debe ser. Comienza de manera convencional y sube en espiral, hasta lograr la cima en sus minutos finales.

La vi en cines cuando se estrenó, y debo reconocer que Catherine Zeta-Jones, me pareció impresionantemente hermosa... bellísima.

Sean Connery en un papel rejuvencedor, con casi setenta años, demostrando que le sobraba oficio para acometer con solvencia, una bien calibrada interpretación.

Le daría un seis y medio, pero optaré por la nota más baja, no sabría dar una razón...

En 1999 Jon Amiel (Copycat, Sommersby) dirigió esta entretenidísima película de ladrones, que tuvo como escenario de buena parte del metraje las imponentes Torres Petronas de Kuala Lumpur.

El guión de Ronald Bass (La boda de mi mejor amigo) nos sumerge en un relato protagonizado por dos astutos ladrones, perfectamente encarnados por un formidable y carismático Sean Connery y una sensual, atractiva y voluptuosa Catherine Zeta-Jones. Ambos actores funcionan muy bien en pantalla, de forma que, conforme va avanzando la aventura, lograrán enganchar al espectador en todo momento.

Como suele ser inherente a este tipo de films, existen varios giros inesperados en la trama, ritmo ágil en la narración y ciertos momentos de acción más o menos bien conseguidos, lo que unido a las buenas interpretaciones de todo el elenco de actores, deviene finalmente en una amena película, que si bien no llega a ser referencia del género de ladrones, sí que resulta bastante agradable de ver.

Robert "Mac" MacDougal (Sean Connery) es un hombre maduro y Virginia "Gin" Baker (Catherine Zeta-Jones) es una joven ambiciosa, ambos ladrones de guante blanco y etiqueta.

Ellos planean el golpe del siglo en las Torres Gemelas Petronas en Kuala Lumpur, Malasia, aprovechando el cambio del milenio, ¡el botín será de $8 mil millones!

"Mac" es un mítico ladrón capaz de entrar en cualquier lugar con las medidas de seguridad más sofisticadas que puedan imaginarse, la policía nunca ha podido incriminarlo.

Excelente película de acción y ritmo trepidante, aunque con algunas situaciones nada creíbles, cuenta con escenas de acción muy bien logradas, y con buenos efectos especiales, una película de acción bastante entretenida.

La película tuvo un presupuesto $66 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $211,7 millones, además recibió nueve nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano cuatro de ellos.

La temática de los ladrones de guante blanco y etiqueta, con un corte de suspense y romance, donde el robo se presenta como un arte no es nada nuevo en Hollywood.

“To Catch a Thief” (1955), con Cary Grant y Grace Kelly, es sobre un antiguo ladrón muy sofisticado, sobre el que recaen las sospechas de algunos golpes recién cometidos.

“How to Steal a Million” (1966), con Peter O'Toole y Audrey Hepburn, ella se hace de los servicios de un ladrón de guante blanco, para robar una estatua de un millón de dólares. La sofisticada secuencia del robo nocturno combina suspense, comedia y romanticismo.