Mi nombre es Julia Ross

Mi pregunta sería que estando la mujer sufriendo ese internamiento, ¿a qué dedicaría todo el tiempo libre? Porque allí está varios días, no una hora cómo dura la película. Resulta un poco extraño que en una casa tan grande no tenga ocasión de hacer nada más que aguantarse. Siempre puede estar en la verja mirando como pasa la gente hasta que viera un policía municipal, o a un buen ciudadano, o cascando con el guarda hasta hacerle creíble su historia.

El caso es que lamento considerar la historia como muy muy previsible pero no es mala. Está bien relatada y nuestro amigo George Macready nos causa algo de intranquilidad, sobre todo porque le vemos muy obsesionado con la navajita, el vestuario y el mobiliario. Bueno, el secreto está en tomarse el argumento con las restricciones de aquellos tiempos, comprender que no había una comunicación tan fluida como la hay hoy, y la sociedad era más severa y la gente más limitada o menos perspicaz, incluso las mujeres, entendiendo esas cosas se podrá disfrutar mejor de la historia.

Breve, atrevido, prometedor, intrigante, macabro, endeble, desasosegante, reiterativo, emocionante e irregular relato de intriga, en el que una joven norteamericana, encuentra trabajo en Londres como secretaria personal de una dama inglesa, cuyo hijo es un hombre enigmático.

Joseph H. Lewis, presenta y desarrolla un particular y enigmático relato de suspense, en el que tiempo y espacio, pasan a ser elementos fundamentales.

La ambientación y la fotografía, junto con los diálogos, dan sentido a una experiencia enfermiza de lo más teatral.

Mi nombre es Julia Ross, queda como un claustrofóbico, reiterativo e insoportable relato de suspense psicológico.

Confieso que algunas veces me sorprenden las valoraciones que se hacen de ciertas películas, para bien o para mal. A mí esta me parece una película floja, floja. Vale que tiene el encanto de los años 40, tiene a Nina Foch, al eterno psicópata George MacReady o a May Whitty, de acuerdo. Pero es que el resto...La trama es absolutamente disparatada, el comportamiento del personaje de Nina Foch es estúpido a más no poder, hay una serie de coincidencias o licencias abracadabrantes constantemente. En fin, no sé qué más decir. No le pongo un suspenso más gordo por lo que dije al principio, pero creo que se lo merecería.

El arranque de la película es altamente prometedor, pero, una vez que se descubre la verdad de la trampa en que ha caído la pobre protagonista, el asunto empieza a decepcionar: todo se vuelve forzado, inverosímil y, finalmente, convencional y ramplón. Destiñe. Cuando los malos, además de malos, son tontos y tienen ocurrencias disparatadas para salir de apuros, y, cuando los buenos igualmente son tontos, aunque con suerte, la historia no puede ir muy allá.
Tampoco en el aspecto visual e interpretativo estamos una película de gran nivel. Quizá cabría decir que en 1945, en su estreno, esta historia siniestra podía enganchar a los espectadores, por lo novedoso de la trama, dado que este género de cine estaba entonces por despegar, pero eso sería tanto como ignorar que en aquellas fechas el séptimo arte había dado ya obras de terror psicológico que aún nos impactan.

Buena película de ese gran realizador todavía no demasiado conocido que fue Joseph H. Lewis, autor de un buen número de excelentes trabajos y alguna que otra pequeña obra maestra ("El demonio de las armas").
En este caso se trata de una muy meritoria cinta de intriga y suspense, muy bien narrada y con perfectas interpretaciones (hace "gracia" ver a Dame May Whitty hacer de mala).
Va in-crescendo el interés, y el guión de Muriel Roy Bolton, adaptando la novela de Anthony Gilbert dosifica los golpes de efecto y las penosas situaciones que soporta la ejemplar protagonista, una dúctil Nina Foch, estupenda actriz de larga trayectoria que siempre estaba excelente.
Muy buena banda sonora del maestro Bakaleinikoff y entretenimiento asegurado durante su corto metraje, apenas algo más de una hora de duración, pero densa y a ratos casi insoportable dados los reiterados y abortados intentos de la protagonista para lograr su libertad.
Deja muy buen sabor de boca y resulta un claro ejemplo del buen cine, mal catalogado de serie B, que se hacía en el viejo Hollywood dorado, donde había estupendas ideas y sabían desarrollarlas.

https://filmsencajatonta.blogspot.com