Regresaron tres

Anoche, buscando qué ver en la televisión, me topé con este interesante relato de una famosa escritora estadounidense que fue prisionera de los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Cuando leí la descripción de la película no sabía qué esperar. La verdad fue algo novedoso para mí, pues no conocía esa parte de la historia.

Dentro de la enorme filmografía sobre la IIªGM siempre queda algún tema o algún escenario que no se ha tratado tanto como los más comunes, y no nos ha de extrañar, todos sabemos que el planeta se desangró prácticamente por los cuatro costados. Por eso es imposible decir que no cuando a cualquier cinéfilo le llega a las manos una película en la que no se pegan tiros en Normandía, en el Norte de África o trata sobre la triste vida de los prisioneros en Alemania. O Stalingrado, ¿cuántas pelis sobre Stalingrado deben haber?

El caso es que "Regresaron tres" nos coloca en Borneo, cuando en plena expansión del ejército japonés invadían casi toda isla que se proponían. En uno de esos lugares, un grupo de súbditos británicos (así es como se autodenominan) tiene que hacer frente a la ocupación. ¿Qué tenemos?; pues los problemas típicos y conocidos de todo prisionero de guerra, supongo que con la particularidad de que esta gente no son soldados y (esto es una opinión) reciben un trato diferente. No es que vivan en suites de lujo, lo pasan tan mal como cualquier prisionero, de manera que han de afrontar una vida de sufrimientos inacabables. Y lo que es peor: durante unos cuantos años.

Así que a la enfermedad y la desnutrición se le suma todo lo que ya sabemos, falta de información, desánimo y desolación. "Regresaron tres" vive de grandes y preciosos detalles, como la presencia del alto oficial japonés y esos niños que simbolizan esa esperanza que nunca se ha de perder. Buenas interpretaciones, vida, muerte y ciertos rastros de humanidad que mucha otra población invadida no tuvo.

Entendía que Negulesco era un director menor. Me equivocaba. No sólo es Cómo casarse con un millonario, comedia divertidísma, sino que en los dramas como este también se maneja muy bien. La verdad es que la trama lo permite, pero mantiene una tensión más que razonable en un desarrollo temático que no da mucho de si, antes al contrario, puede propiciar que se repitan una y otra vez los temas, las conversaciones, etc.
Claudetrte Colbert está magnífica, verdaderamente soberbia. Qué bien lo interpreta a la mujer digna que no deja domeñar, ni domesticar... no cede en su dignidad, y eso, al final, es lo que salva a la raza humana.
El oficial japonés, el mismo que El Puente sobre el río Kwai borda también su papel, aunque me temo que es el único de su carrera, repetido varias veces.

Conocemos bien el sistema carcelario nipón a través del cine. AhÍ está el "Puente sobre el río Kwai" para demostrarlo. Pero nada sabíamos de los campos de concentración de mujeres en la guerra del Pacífico, hasta que apareció la novela autobiográfica de Agnes Newton (Colbert) que Negulesco llevó con notable acierto a la pantalla.
Un sólido guion muestra el traspaso de la administración británica de Borneo a la nueva autoridad militar japonesa que se ha hecho con el poder. El cambio brusco de estatus que se produce entre los occidentales.
Sin caer en maniqueísmos ni demagogias narra los esfuerzos de un grupo de mujeres y de niños por mantener la dignidad y la entereza en una cárcel, en un gulag del archipiélago malayo de resonancia solzhenitsiana, donde los carceleros humillan a las presidiarias, a veces hasta la vejación. Pero donde también hay guardianes decentes y honestos.
Excelente el análisis de los personajes, variados y sinceros, con sus luces y con sus sombras. Mujeres especialmente, sobresaliente Claudette.
Con Hiroshima y la literatura al fondo. Extraña combinación de sentimientos en un presidio femenino en Oriente.
Buena película.

Exagerado melodrama sobre la segunda guerra mundial ambientado en Borneo, con una Claudette Colbert que hace una buena interpretación.
El coloreado del film es horrible, los suelos de tierra color azul.
Y un final para que todos quedemos contentos.