¡Vampiros en La Habana!Animación
5.396
Animación. Comedia
Un científico vampiro ha creado el Vampisol, una pócima revolucionaria, que permite a los vampiros pasear bajo la luz del Sol. En cuanto la noticia llega a oídos de los grandes clanes de vampiros, todos viajan a La Habana para hacerse con el control de la fórmula: los estirados y siniestros vampiros europeos, y los mafiosos vampiros norteamericanos. Pepito, un trompetista, sobrino del creador de Vampisol, será perseguido por ambos ... [+]
24 de setiembre de 2011
13 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión, "Vampiros en la Habana" es una película cuyo mérito radica en su lectura como texto ideológico. No nos hallamos ante un cine de animación de calidad en términos de dibujo, sonido o guión, y perdonen que discrepe. Si ponemos el cine de Padrón con la animación de la época nos daremos cuenta de que su propuesta resulta apolillada, desmañada y torpe. Y si ponemos la propuesta estética de Padrón en relación al gusto estético actual observaremos que ha envejecido mal.
Leo entre las reseñas un aplauso generalizado al sentido del humor de la cinta. A mí, personalmente, tamaña confusión de mafias, de tetas por aquí y perros dándose por culo, más me ha dado sueño que otra cosa.
Hay algo que quisiera salvar, sin embargo y es el hecho de que, si algún valor perenne tiene la cinta, es la inteligente manera en que ridiculiza las políticas capitalistas tanto de los Estados Unidos como de Europa. Las principales potencias aparecen directamente asociadas a la corrupción, a la nocturnidad y al mercantilismo. No piensen que Padrón está siguiendo con ello una clave vampírica: está haciendo cine social con inteligencia.
Pepe, el protagonista, no ha de ser concebido simplemente como una suerte de protagonista simpático sin más, sino como el ejemplo por antonomasia del "buen cubano". Con todas las reservas que podamos hacer a la propuesta programática de Padrón, debemos destacar la sutileza con la que identifica simbólicamente la luz solar, el sueño comunista y la fórmula que permite a los vampiros ver la luz del día.
Muchas más lecturas subliminales pueden establecerse a partir de dicha premisa. Lástima que una noción inteligente se convierta en apenas hora y media en una galería cargante de gritos, gente corriendo y -mal- humor.
Leo entre las reseñas un aplauso generalizado al sentido del humor de la cinta. A mí, personalmente, tamaña confusión de mafias, de tetas por aquí y perros dándose por culo, más me ha dado sueño que otra cosa.
Hay algo que quisiera salvar, sin embargo y es el hecho de que, si algún valor perenne tiene la cinta, es la inteligente manera en que ridiculiza las políticas capitalistas tanto de los Estados Unidos como de Europa. Las principales potencias aparecen directamente asociadas a la corrupción, a la nocturnidad y al mercantilismo. No piensen que Padrón está siguiendo con ello una clave vampírica: está haciendo cine social con inteligencia.
Pepe, el protagonista, no ha de ser concebido simplemente como una suerte de protagonista simpático sin más, sino como el ejemplo por antonomasia del "buen cubano". Con todas las reservas que podamos hacer a la propuesta programática de Padrón, debemos destacar la sutileza con la que identifica simbólicamente la luz solar, el sueño comunista y la fórmula que permite a los vampiros ver la luz del día.
Muchas más lecturas subliminales pueden establecerse a partir de dicha premisa. Lástima que una noción inteligente se convierta en apenas hora y media en una galería cargante de gritos, gente corriendo y -mal- humor.
31 de enero de 2010
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca antes había escrito la crítica de ninguna pelicula, así que voy a explicar las razones por las que he elegido esta para hacerlo por primera vez.
No es solo porque ¡Vampiros en La Habana! sea la mejor película de dibujos animados que he visto en mi vida.Tampoco porque a su vez sea la mejor película de vampiros con la que me he topado jamas. Es que !Vampiros en La Habana! es perfecta. Una historia que tiene de todo y en tan solo 69 minutos de duración, cosa rara en estos tiempos en los que parece ser que es imposible hacer nada que dure menos de dos horas y media.
Comedia, terror y cine negro se dan la mano para contar esta divertidísima y apasionante historia en la que una Habana en plena revolución se convierte en el epicentro de una guerra de vampiros, en la que hasta la banda sonora es espectacular.
Si no la han visto haganló, les doy mi palabra de que no se arrepentirán.
No es solo porque ¡Vampiros en La Habana! sea la mejor película de dibujos animados que he visto en mi vida.Tampoco porque a su vez sea la mejor película de vampiros con la que me he topado jamas. Es que !Vampiros en La Habana! es perfecta. Una historia que tiene de todo y en tan solo 69 minutos de duración, cosa rara en estos tiempos en los que parece ser que es imposible hacer nada que dure menos de dos horas y media.
Comedia, terror y cine negro se dan la mano para contar esta divertidísima y apasionante historia en la que una Habana en plena revolución se convierte en el epicentro de una guerra de vampiros, en la que hasta la banda sonora es espectacular.
Si no la han visto haganló, les doy mi palabra de que no se arrepentirán.
20 de agosto de 2007
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia a veces cae en las metáforas obvias del marxismo más autocomplaciente pero así y todo la película conserva cierta frescura. Amadeus Von Drácula obtiene una fórmula -el VampiSol- que permite a los vampiros exponerse al sol sin perecer. El descubrimiento va a difundirse para que gratuitamente todos puedan disfrutarlo pero esto amenaza el imperio de los gangsters norteamericanos que manejan el negocio de playas artificiales para vampiros y los intereses económicos de los europeos que buscan enriquecerse con la comercialización de la fórmula. Amadeus Von Drácula tiene a su sobrino -Pepe o Joseph- como demostración del éxito de su creación pero le oculta a éste su condición de vampiro. Pepe se relaciona con un grupo político para derribar al tirano Machado y usa sus encantos para poder entrar en su casa.
A veces estas historias se entrecruzan con algo de desprolijidad pero siempre mantiene un tono "zumbón" que entretiene.
Realizada con fondos de la ex-RDA y la España de Felipe González, con intención panfletaria, la película sale ilesa -aunque hay magullones- y se deja ver fácilmente. La presencia de la trompeta de Arturo Sandoval en la música original es un punto a favor.
La película es del año 1985, cuatro años antes de la caída del Muro de Berlín. Queda por ver la segunda parte (2003) del mismo Juan Padrón y ver si la opción fue apostar más al panfleto o al cine; o la mejor opción de encontrar un equilibrio como casi lo logra esta primera película que para algunos ya es de culto.
A veces estas historias se entrecruzan con algo de desprolijidad pero siempre mantiene un tono "zumbón" que entretiene.
Realizada con fondos de la ex-RDA y la España de Felipe González, con intención panfletaria, la película sale ilesa -aunque hay magullones- y se deja ver fácilmente. La presencia de la trompeta de Arturo Sandoval en la música original es un punto a favor.
La película es del año 1985, cuatro años antes de la caída del Muro de Berlín. Queda por ver la segunda parte (2003) del mismo Juan Padrón y ver si la opción fue apostar más al panfleto o al cine; o la mejor opción de encontrar un equilibrio como casi lo logra esta primera película que para algunos ya es de culto.
17 de enero de 2008
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre largometraje y mediometraje, entre pieza de culto (friki) y totalmente underground, se encuentra esta producción cubana. Funciona muy bien como testimonio de que hacer una película va más sobre tener buenas ideas que de contar con dinero. Un trasfondo de sociedad vampírica muy similar a la imaginería de Anne Rice, que a su vez dio paso a un juego de rol. La verdad, por fecha no sé si fue una inspiración de retroalimentación de ideas, o era el camino más lógico para reinventar la temática vampírica. Luego Carpenter nos recordaría que los vampiros no son románticos y no están -tan taimados, tan sutiles, tan ladinos; todos ellos- detrás de teorías de conspiración.
Tiene algo de propaganda política. Aunque hay que buscarla, o estar sensible a ella. Se puede disfrutar de manera totalmente lúdica. Es muy divertida.
“oyeeee chico, tu mañana no tieneh que tlabajal?, con la tlompetita toda la nocchhe” (así, escrito, como que pierde gracia).
Tiene algo de propaganda política. Aunque hay que buscarla, o estar sensible a ella. Se puede disfrutar de manera totalmente lúdica. Es muy divertida.
“oyeeee chico, tu mañana no tieneh que tlabajal?, con la tlompetita toda la nocchhe” (así, escrito, como que pierde gracia).
22 de mayo de 2010
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Vampiros en la Habana’ es una cinta de animación visualmente bastante pobre y horrenda. Al margen de los detalles ténicos del film, la historia, aunque mejor, tampoco es como para tirar cohetes. Sí que es cierto que supura sátira por los cuatro costados, pero la trama me acaba por parecer liosa, enrevesada y caótica. Y ya es raro en un peli de tan poca duración.
El caso es que Juan Padrón se sacaba de la manga a Pepe, un vampiro que gracias al saber de su tío, puede ver el sol sin ningún problema. El milagro tiene forma de pócima, y se llama Vampisol, elaborada en la Habana. Y hasta allí que irán los chupasangres más hambrientos. Estarán todos, los financieros norteamericanos, los imperialistas europeos, la mafia estadounidense. ¡Hasta el cornudo de Machado andaba por allí detrás de la pócima! Pero Pepe como buen cubano que es, evitará el lucro, la avaricia y el negocio. Con una radio popular y a ritmo de trompeta, desvelará a todo el mundo (vampírico) la fórmula. En fin, curiosa película, que tiene sus momentos de sarcasmo, pero poco más. No creo que le guarde especial cariño. De todas formas, comparada con ‘Crepúsculo’, es una auténtica joya.
El caso es que Juan Padrón se sacaba de la manga a Pepe, un vampiro que gracias al saber de su tío, puede ver el sol sin ningún problema. El milagro tiene forma de pócima, y se llama Vampisol, elaborada en la Habana. Y hasta allí que irán los chupasangres más hambrientos. Estarán todos, los financieros norteamericanos, los imperialistas europeos, la mafia estadounidense. ¡Hasta el cornudo de Machado andaba por allí detrás de la pócima! Pero Pepe como buen cubano que es, evitará el lucro, la avaricia y el negocio. Con una radio popular y a ritmo de trompeta, desvelará a todo el mundo (vampírico) la fórmula. En fin, curiosa película, que tiene sus momentos de sarcasmo, pero poco más. No creo que le guarde especial cariño. De todas formas, comparada con ‘Crepúsculo’, es una auténtica joya.
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